Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La manipulación con los titulares

02-Diciembre-2007    Joan Chittister
    Este es un ejemplo de cómo una declaración episcopal de los obispos norteamericanos sobre la responsabilidad moral de los ciudadanos en democracia, muy matizada, es manipulada por un titular de periódico con intenciones políticas. En España, también en precampaña, hay que desconfiar siempre de los titulares y acudir al texto de la noticia o del documento. Siempre lo recomendamos. Hay que desconfiar incluso de nuestros titulares.

Los redactores de titulares son una clase muy especial de periodista de letra impresa. Tienen 3 tareas principales: 1) conseguir el interés del lector y, por tanto, interesar a una persona en el material que se presenta; 2) llenar el espacio de la columna reservada para el artículo con un tamaño de letra que aporte un buen diseño y equilibrio a la página; y 3) contar la historia resaltando su tesis central. Conseguir al menos 2 de estas 3, supongo que es mejor que nada. Sin embargo….

Por ejemplo, el diario The Chicago Tribune [el 15 de noviembre] imprimió un titular en dos líneas, de 4 columnas de anchura en una página de 6, junto a una foto de los obispos católicos durante una sesión de su conferencia nacional anual que llenaba el espacio exactamente y era seguro que atraería la atención de los lectores. Pero es cuestionable si realmente era fiel, en el fondo, al punto principal del artículo*.

El titular decía “Los obispos católicos dicen que las almas de los votantes están en juego”. Después de años de “política de monotema”**, observaba cómo las personas que estaban a mi alrededor miraban el titular frunciendo el ceño y seguían leyendo otros artículos de la primera página. ¿Publicaron los obispos un documento semejante en la España fascista de Franco? me preguntaba al leer el artículo. ¿Le dijeron esto los obispos al pueblo alemán durante el Tercer Reich de Hitler y el Holocausto de los judíos? Es una pregunta de peso. Si las preocupaciones morales son selectivas, la guía moral es confusa. Y a menudo ignorada. No queda claro cuántos lectores simplemente consideraron que aquel era un artículo más, poco importante o inaceptable, sobre las preocupaciones de la Iglesia Católica en relación con la campaña electoral. Cualquiera sabe cuántos se pararon a leer el artículo completo.

Todavía es más difícil saber lo que dedujeron del titular. Y es problemático. El hecho es que todos, una vez más, sacaron la impresión de que las iglesias utilizan la religión para influenciar la política por el procedimiento de amenazar a las personas que van a la iglesia con la condenación eterna si no votan como la iglesia les dice que tienen que hacerlo.

El titular era ciertamente como para echarse a reír en un mundo que se tambalea por la “guerra contra el terror” y en un país que debate los resultados devastadores del calentamiento global, la necesidad de seguro médico universal***, el deterioro del sistema educativo, la pérdida de los beneficios sociales para las generaciones futuras, la necesidad de una política de inmigración sólida y humana, la pérdida del ’status’ en un mundo nuclear y la amenaza de bancarrota por una creciente política exterior militarista. Pero no se trataba de eso.

Lo cierto es que en su último documento del 14 de noviembre de 2007, “Formando las conciencias para una ciudadanía fiel” –que representa el intento de la iglesia de transmitir la importancia de la participación ciudadana en el proceso político– los obispos evitan completamente la “política de monotema”. Los católicos no somos votantes ‘monotema’. La postura de un candidato frente a un único tema no es suficiente para garantizar el apoyo del votante” dice el documento de manera directa. Evitan comparaciones morales entre partidos políticos y candidatos basadas en temas aislados, algo que ha sido la tónica de las intervenciones de la iglesia en las elecciones más recientes.

Por el contrario, el documento recuerda a la gente que votar es, por supuesto, un acto moral pero que la moralidad política –la moralidad social– comprende mucho más que los temas sexuales, todos ellos son moralmente muy importantes, todos ellos deben ser considerados como la obligación moral del votante de sopesarlos y sopesar sus efectos en la sociedad en general. “La vida está siendo atacada directamente desde el aborto, la eutanasia, la clonación humana y la destrucción de embriones humanos para la investigación. Siempre hay que oponerse a estos males intrínsecos“, dice el documento. Pero añade con la misma claridad, “estas enseñanzas también nos obligan a los católicos a oponernos al genocidio, a la tortura, a la guerra injusta, y al uso de la pena de muerte****, como también nos obligan a trabajar por la paz y contribuir a superar la pobreza, el racismo y otras situaciones que degradan la vida humana”.

Es un documento mucho más equilibrado y aleccionador que lo que el titular parecía implicar. Sí, define el aborto como un tema social y moral de gran importancia pero también, insisten los obispos en este documento como no lo han hecho en el pasado, “lo son las enseñanzas de la iglesia sobre inmigración, la guerra justa y la pobreza”. Sin embargo, considerando la historia reciente de las recomendaciones electorales de la iglesia de EEUU, y la naturaleza del titular, el contenido real del documento ha quedado oscurecido cuando más se necesitaba. Y esto es una lástima.

Este documento es significativo precisamente porque enseña en lugar de amedrentar o de intimidar a los fieles. No insiste ni sugiere que los católicos deben votar a un determinado candidato o a un determinado partido político. “No les decimos a los católicos cómo deben votar”, dice –como señal para esos clérigos que, como poco, flirtearon con la tentación de hacerlo en los últimos comicios.

Reconoce la primacía de la conciencia individual. Resalta la obligación del individuo de formar su conciencia cuidadosamente. Presenta todo lo que abarca la doctrina social católica en lugar de insistir en algún elemento aislado de la misma. Reconoce, al menos implícitamente, la complejidad de la toma de decisiones morales en una sociedad plural y la necesidad de “discernimiento” y “prudencia” en este proceso. Pide a la comunidad de los católicos que voten informadamente. Vuelve a elevar el catolicismo al nivel de participación adulta en el proceso político. En resumen, este documento puede hacer mucho para devolver la credibilidad del papel social de la iglesia y reducir la tendencia a seguir estereotipando a los católicos como “votantes monotema”. Después de todo, según los datos facilitados por el Instituto Pew sobre Religión y Vida Pública aproximadamente el mismo número de católicos votó a John Kerry o al Presidente Bush en 2004.

Parece que todavía los obispos pueden seguir debatiendo si los católicos y los políticos católicos que se niegan a criminalizar el aborto mientras que a la vez trabajar para tratar de eliminarlo por otros medios deben, o no, ser apartados de la comunión. Pero si lo hacen, como lo hicieron, por ejemplo, durante los debates sobre el control de natalidad durante el final de la década de los 60, puede tener el mismo efecto que entonces –alienación total de la iglesia o no hacer caso en absoluto de sus enseñanzas.

Desde mi punto de vista, la persuasión moral, el idealismo, el ejemplo personal, y el respeto por la complejidad de la toma de decisiones morales son siempre más efectivas para que la gente se comprometa que el castigo, la intimidación y la excomunión. Se llama “coger más moscas con una cucharada de miel que con un barril de vinagre”. A veces se llama también “a semejanza de Cristo”. Quizá alguien se lo deba explicar a los redactores de titulares.

NOTAS de la traductora:

* el artículo, aunque sin la foto, se puede leer (en inglés) en la página de Chicago Tribune.

** Se refiere a situaciones en las que, por ejemplo, una campaña electoral se centra en un único tema que se utiliza para aglutinar a diversos partidos políticos, o a grupos de votantes. En España la lucha antiterrorista es (o ha sido) el ‘monotema’ de un amplio sector de la sociedad, con exclusión de otros problemas importantes. En Estados Unidos el ‘monotema’ de la Iglesia Católica ha sido la oposición al aborto y a las leyes que lo regulan.

***En EEUU no existe un servicio médico gratuito para todos los ciudadanos equivalente a la Seguridad Social española. Cada individuo (o familia) tiene que contratar su propio seguro médico privado, a un coste muy elevado.

****En los últimos 30 años, en EEUU han sido ejecutadas 1099 personas según Death Penalty.

    [La H. Joan Chittister, OSB, pertenece a las Hermanas Benedictinas de Erie, PA, USA. Ella es conferenciante y autora conocida internacionalmente. Directora ejecutiva de Benetvision (benetvision.org). Este artículo se publicó en ncronline.org para la revista National Catholic Reporter. Ha sido traducida por MR para Atrio.org con permiso de la autora]

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