Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

¿Equipara el obispo la homosexualidad con pedofilia?

28-Diciembre-2007    Atrio
    Cuando los obispos hacen documentos colectivos se lo piensan y procuran usar un lenguaje suficientemente ambiguo como para no enfrentarse con la opinión pública sin necesidad. Pero cuando se les coge hablando espontáneamente son temibles. Descubren con facilidad lo que llevan dentro. Por ejemplo su ignorancia sobre el sexo y su homofobia pseudocientífica a lo Polaino. Damos el texto completo de una divulgada entrevista al Obispo de Tenerife.


Entrevista al Obispo don Bernardo Álvarez en el diario Opinión de Tenerife
LA LAGUNA, 27 de diciembre de 2007

Por Laura del Campo

–Según las estadísticas, las bodas civiles superan ya en Canarias a las religiosas, ¿por qué piensa que se da esta tendencia?

–Son varias las causas que lo justifican. Muchas de las bodas que se celebran en Canarias son segundas o terceras bodas. Si hubo una boda canónica y una separación, la nueva boda ya no puede ser canónica. En segundo lugar, esto significa también que la gente se casa menos. Tenemos otras formas de convivencia y esto forma parte de una sociedad plural en la que hay gente creyente y gente que no lo es. La gente a la hora de casarse sabe que el matrimonio en la Iglesia es para toda la vida y, por tanto, no quieren correr el riesgo hasta estar muy seguros. Luego, también influye esta especie de montaje que se ha hecho alrededor del matrimonio, todo el gasto en la parafernalia que se monta alrededor de esto.

–Canarias tiene el récord nacional de divorcios. ¿Nos falta amor o compromiso en el matrimonio?

–Yo diría que falta madurez. Frivolizamos un poquito las cosas serias, no sé si porque somos una región muy soleada o porque somos muy abiertos. La gente se casa sin la conciencia y sin la responsabilidad que esto implica. También se cree que el matrimonio es algo que uno toma y deja como quien se sube y baja del tranvía. Hay una especie de incapacidad para afrontar el sufrimiento, el sacrificio; para aceptar al otro con sus limitaciones, para perdonarse. Todo esto influye y si encima se tiene una puerta de escape como el divorcio exprés, el mensaje es: No se complique usted la vida, ¿para qué hacerlo si hay una salida fácil?

– ¿Está usted de acuerdo con que casarse por lo civil o irse de copas sea motivo de despido de un profesor de Religión, como ha sucedido en Canarias?

–Yo no sé cuáles fueron los motivos por los que hubo esos despidos, pero seguro que no fue solo por eso. Una boda civil sí puede ser una causa de despido. Bueno, no de despido, porque nosotros no despedimos a nadie, lo que hacemos es no renovarle la misión. Para dar clases de Religión hace falta cumplir una serie de requisitos. Por eso, el encargo se renueva anualmente. La clase de Religión es algo muy peculiar. Estamos hablando de un trabajo en el que están involucradas las creencias. Esto está regulado de una forma muy especial, que es difícil de compaginar con los derechos de los trabajadores.

–El País adelantó el lunes las dos nuevas sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en las que se condena al Obispado de Gran Canaria por “vulneración consciente” de los derechos fundamentales de las dos docentes de Religión despedidas en 2001.

–El artículo de El País es tendencioso y tiene una marcada agresividad. Con Las Palmas hemos optado por callarnos porque se han escrito cartas al director de ese periódico y no las publican. Segundo, en el TSJC ha habido una filtración que vulnera el secreto sumarial, porque ese artículo decía que el tribunal diría tal cosa. Pero lo que no dicen es que en varias ocasiones el Tribunal Supremo de España ha dicho que el de Canarias no tiene razón. El TSJC puede emitir todas las opiniones o valoraciones que quiera, pero luego hay un tribunal superior que ha dado la razón a la Iglesia. Todos podemos reclamar cosas, pero el Obispado de Las Palmas no ha actuado en contra de la Ley. Nadie puede dar clases de religión si el obispo no da el nombramiento y si lo hace es que el Estado se está metiendo en un campo que no le compete. El Estado puede readmitirlo, pero en otra función. En clases de Religión, seguro que no. No podemos ceder en esto.

–El obispo de San Sebastián dijo que que la COPE debería evitar “destilar animosidad”, “ironía mordaz” o “sectarismo”. ¿Está usted de acuerdo con estas acusaciones? ¿Escucha habitualmente esa emisora?

–La escucho poco. Tengo poco tiempo y si escucho la radio pongo música clásica. Primero hay que decir que la COPE no es la Iglesia. Es una emisora en la que la Iglesia tiene la mayoría de la propiedad. Esto significa que es libre, no la maneja nadie ni se vende a nadie. La llevan los que la dirigen y cada uno de los profesionales es libre y responsable de decir lo que quiera. Unas veces hay unas voces como las de la mañana, que yo no comparto para nada. Son voces esperpénticas y tendenciosas y otras veces hay otras voces. Y si no existiera la COPE habría que inventarla, porque si no estaríamos todos cortados por la misma línea informativa.

–¿Es cierto que no marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta es pecado, como dice Jiménez Losantos?

–Esa expresión es una hipérbole literaria.El lenguaje de Federico hay que entenderlo en el contexto en el que él habla. Creo que ni él mismo pondera lo que dice. Pero al margen de cuestionar la forma, muchas veces el contenido de su discurso da en el clavo.

–Usted sabe que en Canarias hay un colectivo homosexual muy numeroso?

–¿Tan grande es?

–¿Qué opina de la homosexualidad?

–Yo creo que lo primero que hay que hacer es distinguir a las personas del fenómeno. Las personas son siempre dignas del mayor respeto. Si una persona, por una razón fisiológica elige esta forma de vida me merece mi máximo respeto. Otra cuestión es que la homosexualidad sea o no una virtud. Hay que tener mucho cuidado hoy en día porque no se puede decir que la homosexualidad se sufre o se padece. No es políticamente correcto decir que es una enfermedad, una carencia, una deformación de la naturaleza propia del ser humano. Eso que decía cualquier diccionario de Psiquiatría diez años atrás, hoy no se puede decir. Está clarísimo que, en este sentido, mi pensamiento es el de la Iglesia: respeto máximo a la personas. Pero, lógicamente, creo que el fenómeno de la homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad. A la larga pagaremos las consecuencias como las han pagado otras civilizaciones. Yo no digo que se reprima, pero entre no reprimirlo y promoverlo hay un margen. Creo que hay que promover la educación. Los valores de la feminidad y la masculinidad debemos inculcarlos en los niños. Puede que nos digan que estos valores son retrógrados, pero nosotros pensamos que estos valores respetan la libertad pero al mismo tiempo orientan a las personas.

–¿Hay que orientar la sexualidad?

–No se puede dejar a las personas libradas a lo que salga, ¿por qué no hacemos lo mismo con la violencia o con otros impulsos que tiene el ser humano? Además, sólo un 6% de los homosexuales se deben a cuestiones biológicas. No hay que confundir la homosexualidad como necesidad existencial de una persona, con la que es practicada como vicio. La persona la practica como puede practicar el abuso de menores. Lo hace porque le atrae la novedad, una forma de sexualidad distinta.

–La diferencia entre una relación homosexual y un abuso está clara.

–Por supuesto. Pero, ¿por qué el abusador de menores es enfermo?

–Para empezar, un abuso es una relación no consentida.

–Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece.

Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

Escriba su comentario

Identificarse preferentemente con nombre y apellido(s). Se acepta un nick pero con dirección de e-mail válida.

Emplear un lenguaje correcto, respetar a los demás, centrarse en el tema y, en todo caso, aceptar las decisiones del moderador