Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Divide y perderás

28-Enero-2008    Imanol Zubero
    Y ya que hoy hemos empezado por elecciones, bien estará que pongamos nuestra atención en Euskal Herria donde las consultas al pueblo adquieren una especial importancia y conflictividad. Los análisis de Zubero son siempre sugerentes.

Allá por 1967, al final de su vida en el exilio mexicano, el poeta León Felipe advertía del hecho de que en un siglo tan caótico como el XX había surgido de pronto «una mecánica perfecta de definiciones y clasificaciones», como si la Historia la estuviesen haciendo «el entomólogo y el detective». Y así como hay tarjetas para definir morfológicamente a cada insecto -denunciaba el poeta-, «hay también tarjetas para definir, políticamente, a un ciudadano», de manera que «el hombre no es ya más que un insecto preso y rotulado». Como siempre, la poesía supo adelantarse a la ciencia social para llamar la atención sobre uno de los fenómenos que más nos preocupan hoy: la construcción política de categorías colectivas que se imponen a los individuos que conforman una sociedad como si de atributos naturales se tratara, dividiendo fatalmente a estos individuos en grupos yuxtapuestos y herméticos.

El problema es que de la taxonomía (ciencia que trata de los principios, métodos y fines de la clasificación) a la taxidermia (arte de disecar animales para conservarlos con apariencia de vivos) no hay más que un paso. Y hay taxonomías políticas que no hacen otra cosa que disecar las sociedades a las que se aplican: las privan de vida, las dividen en partes y las convierten en realidades resecas, agostadas y duras.

España ha sido siempre un terreno abonado para la proliferación de taxonomías políticas, desde las más dramáticas (como aquellas que dieron lugar a la Guerra Civil) hasta las más patéticas (como el ex presidente Aznar en el IV Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, repartiendo etiquetas de arrogancia, coraje, sectarismo y talento). También Euskadi ha producido lo suyo en este campo de las clasificaciones, con una especial inclinación hacia la taxidermia. La última gran aportación en este sentido ha sido la realizada por el candidato del PNV al Congreso, Josu Erkoreka, que el pasado domingo hacía la siguiente declaración: «Cualquier ciudadano vasco sensato, sea nacionalista o no, que se preocupe por los intereses del País Vasco y que tenga los pies en la tierra, no tiene más remedio que orientar su voto hacia grupos como el del PNV».

Erkoreka decidió vestirse de viviseccionista para responder airado a una intervención del líder del PSE, Patxi López, en la que pedía el voto para su formación a aquellos nacionalistas a los que no les dé igual quién sea el próximo presidente del Gobierno. Es en este contexto de berrea preelectoral, donde cada dirigente político brama y se encara sin cesar con sus adversarios con el fin no sólo de mantener su rebaño (con perdón y sólo por seguir con la analogía animal) sino de aumentarlo con la incorporación de miembros de otros grupos, desde donde hay que leer las palabras de Erkoreka. No creo que debamos tomarlas en su literalidad. Espero.

Sin embargo, están de sobra. La sensatez del voto de cada ciudadano no se juega en la opción que finalmente elige, sino en el hecho mismo de elegir libremente. Todos ganamos con este acto. Lo único insensato, en todo caso, sería pretender disecar una sociedad viva con el único fin de que se adapte a la imagen que cada cuál tenga de ella. Con esto perdemos todos.

    [Este artículo, enviado directamente por el autor para su divulgación y comentario en ATRIO, fue publicado ayer domingo en El Correode Bilbao]

Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

Escriba su comentario

Identificarse preferentemente con nombre y apellido(s). Se acepta un nick pero con dirección de e-mail válida.

Emplear un lenguaje correcto, respetar a los demás, centrarse en el tema y, en todo caso, aceptar las decisiones del moderador