Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

CAÍN, ¿DÓNDE ESTÁ TU HERMANA?

08-Marzo-2006    Dones Creients de València

Con motivo de la celebración del 8 de marzo, la asociación Dones Creients queremos que se escuche nuestra voz en la sociedad y en la iglesia valenciana para promover una reflexión y un debate que lleva a un cambio de actitud respecto a la violencia contra las mujeres.

Aún estamos indignadas, con mucho dolor, por el artículo del señor Gonzalo Gironés en una publicación vinculada al arzobispado y que se distribuye en las parroquias de nuestra diócesis.

Tal y como se manifestaron los diversos grupos de mujeres creyentes y feministas del estado español en el último encuentro estatal en Mallorca, queremos expresar nuestra solidaridad y nuestro apoyo a todas las mujeres que han sufrido y sufren malos tratos y violencia física, psíquica o espiritual en todas sus formas.

Tanto en la iglesia como en la sociedad necesitamos tomar conciencia de las diferentes formas de violencia que padecen las mujeres. Se trata de una realidad compleja y dolorosa que va mucho más allá de la violencia física: la feminización de la pobreza, la discriminación laboral y la manipulación de la conciencia, la marginación, la explotación sexual y laboral, la realidad de las mujeres inmigrantes, o las muchas barreras a la participación de las mujeres en la vida social y eclesial, también son formas de violencia. Todos y todas, desde nuestras diferentes sensibilidades políticas y religiosas tenemos que trabajar codo con codo para erradicar cualquier tipo de violencia y en especial la violencia de género, analizando con rigor sus causas.

También estamos convencidas de que la violencia de género es hoy un desafió para la iglesia y para su credibilidad ante las mujeres

Para la mayoría de sus miembros la violencia doméstica constituye un problema privado o como mucho social, que no afecta directamente a la fe o a la comunidad eclesial. Casi nunca escuchamos hablar de él públicamente en la iglesia, o en la preparación del matrimonio. También nos preguntamos si estará presente en el Encuentro Mundial de la Familia que se celebrará en julio en nuestra ciudad. Esta postura es inaceptable. La violencia doméstica y el maltrato a la mujer son pecados personales, sociales y estructurales muy graves, y la iglesia no sólo tiene la obligación moral de denunciarlos sino el deber pastoral de repararlos y de contribuir a la transformación cultural y social necesaria para erradicarlos. Estamos esperando un pronunciamiento inequívoco y claro de la Conferencia Episcopal al respecto, o ¿es que la vida de tantas y tantas mujeres que sufren en silencio, o son asesinadas a manos de sus parejas no clama al cielo?

En esta fecha del 8 de marzo, Dones Creients de València queremos estar codo a codo con todas las personas que están trabajando en todos los ámbitos a favor de una transformación profunda de las relaciones entre hombres y mujeres. Nos sentimos comprometidas con la creación de unas nuevas formas de relaciones no patriarcales, donde las diferencias son utilizadas para justificar la subordinación y la opresión, y os animamos a apoyar esta causa en la vida cotidiana. Todos y todas podemos hacer algo, todos y todas tenemos el deber de hacer algo.

Dones Creients nos comprometemos a seguir trabajando por la dignidad y la igualdad de hombres y mujeres.

Valencia 8 de marzo de 2006

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