Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La emigración, un problema de cada uno de nosotros

25-Junio-2008    José Luis Servera

Constantemente nos están llegando noticias sobre la emigración de ciudadanos africanos hacia la Europa del bienestar. Se nos va haciendo un callo y casi parece que ya no es noticia. Sin embargo, detrás de cada emigrante existe un grave problema humano. Procuremos no mirarlos en grupo. Detengámonos a pensar en cada uno de ellos, como personas individuales, con el drama que arrastran.

En una de las últimas avalanchas, la policía cogió a uno que salió por la pequeña pantalla diciendo:”Por favor, no me echen, yo sólo busco un poco de trabajo”. Nos vienen sólo y únicamente para poder sobrevivir, buscando un poco de trabajo para poder seguir mal viviendo y además, si se puede, enviar algo a los suyos que se quedaron allí y lo están pasando muy mal.

Estos días leyendo el libro sobre Jesús de Pagola que por cierto sin caer en exposiciones piadosas, tan frecuentes en este tipo de libros y faltas de base histórica, Pagola ha sabido conjugar una certera visión de Jesús con fundamento crítico-histórico con un trasfondo poético y de denuncia que rebosa cristianismo auténtico. Desde esta perspectiva, al oír la frase, “vengo a buscar un poco de trabajo” me vino la siguiente pregunta: ¿Cómo actuaría Jesús ante tantos desgraciados emigrantes que nos llegan agotados a nuestras costas, habiendo pasado un verdadero calvario para poder llegar hasta nosotros? Para mí la respuesta es clarísima. En estos pobres emigrantes se nos acerca Dios suplicante. En cada uno de ellos, los marginados, los desheredados está Jesús pidiéndonos trabajo y/o un poco de pan.

¿Qué podemos hacer nosotros, los que nos llamamos cristianos, ante este acuciante problema? No nos podemos cruzar de brazos, ni decir que son otras personas las que lo deben resolver o que el problema es tan grande que nos desborda totalmente.

La pésima situación que está viviendo el continente africano tiene su historia de la que no es ajena Europa. África siempre ha sido vista como una reserva de materias primas que los europeos hemos sabido explotar, esquilmar y traer a Europa para enriquecernos, sin preocuparnos de cómo vivían los ciudadanos africanos. Fruto de esta larga explotación y falta de inversiones rentables para ellos, ha sido el empobrecimiento constante que está viviendo el continente africano.

Estamos en un mundo globalizado cuya globalización no sólo es para poder hacer mejores negocios sino que conlleva un nuevo modo de vivir la realidad del mundo que nos rodea. Gracias a los medios informativos y de comunicación están desapareciendo las fronteras y nuestros horizontes abarcan a todo el mundo. Cualquier problema, por lejos que esté, nos puede ser cercano y saber más de él que del vecino del piso de al lado.

Hoy día, dados los medios que disponemos, ante esta situación se nos exige una respuesta de mayor calidad humana para intentar resolver los problemas que tiene que abordar el mundo actual. Es verdad que uno se siente muy pequeño ante los grandes problemas que van surgiendo, pero también es verdad que la unión hace la fuerza y que hoy día, a través de internet, tenemos un medio rápido y eficaz para unirnos y encontrar una solución ante problemas que nos acucian y que los políticos sólo se moverán cuando capten una fuerte fuerza que les obligue a moverse.

La emigración es un problema serio y complejo. Es verdad que para poderlo solucionar es necesario un estudio serio para saber el número de inmigrantes que se pueden admitir. Dicho estudio debe ser serio tanto con las posibilidades receptivas que tenga cada nación como con el respeto que se les debe a ellos. Pero esto sólo no basta. No basta porque hoy más que nunca formamos un mundo globalizado, necesariamente más solidario y no basta porque los europeos hemos expoliado África y ahora tenemos una mayor responsabilidad, sin podernos fácilmente desentender de su futuro, sobre todo de sus personas.

Debemos despertar una nueva conciencia globalizada de responsabilidad y solidaridad, una conciencia que nazca de una mayor calidad humana extendida entre los europeos

Los europeos deberíamos exigir ante este problema de la emigración primeramente un estudio serio, hecho por la UE, que no sea excluyente, ruin y cicatero, sin amenazas y violencia. No insistiendo más en la represión que en la preocupación sincera y compasiva para resolver el problema. Y cuando se haya llegado a un tope, no quedarse con el “ya no podemos hacer más”. Ya no se puede permitir que el Primer Mundo siga viviendo a costa del Tercer Mundo, ni que se diga: “Es que si repartimos ya no podremos vivir al nivel de vida en que vivíamos”. Es necesario repartir y compartir y nadie tiene derecho a lo superfluo cuando a alguien le falta lo necesario. Este reparto de bienes, si no se hace por solidaridad, a la larga se hará por medio de la violencia, pues este injusto reparto es violento y origen de violencia en los ya cansados de sufrir tanta injusticia. Esta es la panorámica que se abre ante nosotros. ¿Respondemos a ella desde una mayor calidad humana o dejamos que la situación se pudra, sin resolverla y estalle en violencia?.

Deberíamos crear a través de internet unas plataformas de sensibilización y exigencia para influir en la opinión pública y a través de ella en los gobiernos.

Solos no podemos casi nada, pero juntos ¡ no sabemos hasta donde podemos!

Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

Los comentarios están cerrados.