Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Balanza fiscal ¡y financiera!

16-Julio-2008    Eloy Isorna
    El gobierno, cumpliendo un mandato parlamentario que viene de los tiempos de Aznar, ha hecho públicas las Balanzas Fiscales. Pequeña legítima corrección de las grandes injusticias producidas por los flujos financieros inversos entre comunidades y entre estados, de los que hablaba un lúcido artículo de Leopoldo Abadía que publicamos el 30 de marzo en Conversaciones. Eloy nos ayuda a distinguir entre redistribución fiscal y flujos financieros.

Dice la prensa que la publicación de las balanzas fiscales (relación entre los ingresos que percibe el Estado de los ciudadanos de un territorio y el gasto que el mismo Estado realiza en dicho territorio) “reabre la guerra territorial” (Ver EL PAÍS de hoy).

Pero quizá convendría añadir que, tal como parece plantearse, lo que abre es un debate al que faltan datos complementarios, es decir un falso debate, y desde luego incompleto, dando lugar muy probablemente a una detección “teórica” de problemas y de propuestas de soluciones tergiversados.

Los flujos de las llamadas balanzas fiscales no son sino una parte del total de flujos financieros entre territorios. Son los flujos financieros totales y no sólo los saldos (positivos o negativos) de las balanzas fiscales los que determinan que parte del ahorro total (forzoso vía impuestos y voluntario vía depósitos en entidades financieras o bursátil, en su caso y condiciones) de una Comunidad cualesquiera es invertida en la propia Comunidad y territorio o en otra distinta a la generadora del ahorro.

Se trata de saber, por ejemplo (aparte de la información derivada de las balanzas fiscales), que parte del ahorro generado por ciudadanos y empresas en Extremadura, Andalucía o Galicia es “trasvasado” - a través del sistema financiero normalmente - a otras Comunidades y territorios. Es decir, donde se invierte realmente ese ahorro y donde genera “riqueza”.

Se ha discutido, en diversas circunstancias, sobre la “verdadera sangría” que para muchas comunidades y territorios ha supuesto esta “fuga” del ahorro a zonas mas ricas, prósperas y rentables. Se han efectuado también estudios de “trasvases” del ahorro de carácter sectorial. Por ejemplo que parte del ahorro del sector de población agrario, revierte a las propias estructuras agrarias o se “desvía”, por ejemplo, a inversiones industriales o de servicios ajenos al sector.

Pero lo que aquí parece plantearse ahora es la cuestión de flujos “inter-territoriales”.

En una primera aproximación, podríamos decir que el “ahorro no fiscal” de una Comunidad y territorio (!ojo¡ se podría matizar también entre “comunidad de personas” y “territorio” y así entraríamos en la discusión del los flujos del ahorro emigrante e inmigrante) se invierte o no, en otra Comunidad y territorio distinto del que lo genera, en función de dos factores complementarios:

    1) las oportunidades de inversión y rentabilidad, y
    2) la voluntad de los dirigentes de la entidad canalizadora del ahorro. Es decir la decisión de elección de alternativas de inversión que tomen los dirigentes de la correspondiente entidad financiera (Caja de Ahorros, Banco u otra) canalizadora del ahorro.
  • El factor 1) las oportunidades de inversión y rentabilidad, probablemente tiendan a canalizar los flujos de ahorro (o a retenerlos en su caso) en las Comunidades y territorios mas prósperos, porque al haber mayor dinamismo económico en ellas, habrá mas demanda de recursos, mejores oportunidades de seleccionar inversiones solventes, y mejor remuneración de los recursos, es decir mayor rentabilidad.
  • El factor 2) la elección de alternativas territoriales de inversión llevada a la práctica por la “voluntad” de los dirigentes de las entidades financieras podría tender, en general, a canalizar los flujos de ahorro a la Comunidad y territorio en que se encuentre ubicados dichos órganos dirigentes (por mucho que actualmente este de moda la globalización y movilidad internacional de los capitales). Y ello fundamentalmente por factores “políticos” (estaría mal visto que por ejemplo la mayor parte del ahorro de Madrid o de Cataluña fuese invertido por una entidad financiera típicamente madrileña o catalana en Andalucía o Galicia, aunque allí también haga inversiones, pero normalmente lo hará en un porcentaje inferior al ahorro captado).
  • Sea lo que fuere, la conjunción de ambos factores, junto a otros posibles complementarios, nos dará una resultante de los trasvases territoriales del ahorro y es esta resultante, la que habrá de ponerse ineludiblemente encima de la mesa de la negociación de la financiación autonómica (junto con factores complementarios, como densidad y dispersión de población, déficit histórico de inversión y servicios, nivel de renta y oportunidades de la respectiva población, sector económico predominante en la zona (por ej. agrario o no) y posibilidades reales de transformación y o conservación por razones de interés general etc. etc. etc.) .

    Por eso entendemos que sería falso tomar como núcleo central y único de la discusión de la financiación autonómica las llamadas balanzas fiscales. El sentido común -siempre necesario-, el respeto a la realidad económica y financiera, el sentido de solidaridad e incluso los propios principios constitucionales de igualdad y oportunidad, obligarán a poner sobre la mesa los flujos financieros totales (fiscales y no fiscales) y los restantes factores, entre otros, que, a simple título de ejemplo, hemos señalado.

    Evidentemente el análisis de flujos (financieros y no financieros) puede llevarse al plano internacional y ahí podríamos ver como quizá no pocas veces es el ahorro de poblaciones depauperadas, el que está produciendo riqueza en otras zonas. Se trataría de la llamada “fuga internacional de capitales de países pobres hacia países ricos”, propiciada quizá, en algunos casos, por sus propios dirigentes o por el juego de intereses de empresas internacionales. Pero ese es otro tema.

    Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

    Los comentarios están cerrados.