El cardenal Cañizares ha hecho balance de los dos primeros años del Gobierno Zapatero.
Aunque dice que “él no se mete en valoraciones políticas”, arremete contra el Gobierno, según dice, porque afecta “a los Derechos Humanos y a la Ética”.

Las recientes leyes del Divorcio, reproducción asistida y Educación -dice- van contra el derecho a la familia, la vida y la “verdadera” educación (que incluye clases de religión, evaluables a todos los efectos, como cualquier otra asignatura, me imagino querrá decir, aunque no lo diga).

Además se está inculcando un “laicismo” pernicioso que afecta de forma radical al hombre.

Ha expresado su rechazo total a estos dos años del Gobierno Zapatero.

Porque además, para que quede todo perfectamente claro, afirma que “no se está cumpliendo la Constitución”.

Incluso habla (aunque no quiere hablar de política), del Estatuto de Autonomía andaluz. Y dice que “realidad nacional” no le gusta porque hay que insistir en el concepto de España y su unidad. (¿A qué me sonará a mí eso?) (Ver Religión Digital del 20-4-06)

Como siempre, nuestro flamante Cardenal no puede ser más explícito.

Ya sabemos que con Rouco y Martínez Camino (el trío de Añastro), lidera las posiciones más conservadoras y reaccionarias de nuestro episcopado.

Yo me pregunto: ¿hizo balance Cañizares de los dos años del Gobierno de Aznar? ¿Los problemas que trajo y sigue trayendo la guerra de Irak no tienen nada que ver con los derechos humanos?

¿No hay ahí “derecho a la vida”?

¿Tampoco cuando el inmenso desastre del Prestige? ¿Tampoco eso atentaba a los derechos humanos?

¿Ni los escándalos financieros ocurridos en su mandato en los que instituciones eclesiales estuvieron implicadas?

Estas “pequeñas cuestiones”( por señalar sólo algunas), ocurridas en la etapa de Aznar, por lo visto no atentaba contra los Derechos Humanos ni contra la Ética. No merecían un balance de su gestión. Ni merecían que él saliera en manifestación (cuando millones de españoles lo hacíamos) para protestar. Él sí ha salido en estos dos últimos años.

Por otro lado: es curioso que en ese balance no haga la más mínima mención a algún aspecto positivo de este Gobierno. Sólo a lo que él cree negativo, que por lo visto es todo.

Está todo demasiado claro. Tenemos algunos obispos y hasta algún cardenal que no nos merecemos. Se les nota demasiado su sintonía política con la derecha política de este país.

Los mismos que nos piden a los demás que “no nos metamos en política”. (Si no es la política de derechas que ellos profesan, claro.)

¡Qué lejos quedan aquellos años en que el Cardenal Tarancón abogaba por una sana neutralidad política entre los obispos en la etapa de la transición a la Democracia…!

Con declaraciones como las de Cañizares ¡cúanto daño se hace a creyentes y no creyentes por aparecer tan alineados en las mismas posiciones que la oposición!

Como creyente, me gustaría pedir a nuestros obispos mucha mayor capacidad de objetividad, moderación, tacto, diálogo y acercamiento a todos y de respeto y valoración de todas las opciones políticas.

Si actuaran así, sus actitudes pastorales serían más acordes con los valores del Evangelio de Jesús y no se provocaría, como ahora, el rechazo entre tantos sectores de la Sociedad Española que no comparte las identificaciones partidarias de nuestros obispos con todo lo que signifique grupos conservadores y de derecha.

Juan Cejudo Caldelas
jucecal@ono.com