La Revolución del Azafrán protagonizada por los monjes de Birmania en septiembre de 2007 fue un aldabonazo ante el mundo recordando la existencia de una severísima dictadura militar en Birmania (Myanmar). “La mujer y los monjes de Birmania “ se titulaba el “post” que Antonio Duato publicó en ATRIO , llamando nuestra atención sobre esa realidad en dicha fecha.

No había ni pasado un año de estos acontecimientos cuando de nuevo las noticias de Birmania conmovieron al mundo: en mayo de 2008, un terrible ciclón, el Nargis, asolaba el sur de Birmania . Pero sobre la terrible desgracia, el dolor y la desolación que el Nargis dejó a su paso, otra noticia nos asombró tanto o más: El Gobierno de Birmania, la Junta Militar Birmana, en lugar de ayudar , ponía obstáculos, reticencias, desconfianza, rechazo e ineficacia, brindando al mundo una prueba de su ignominia al impedir y dificultar la llegada de ayuda a las víctimas del ciclón Nargis.

Un Seminario en Madrid sobre Birmania

Ha pasado un año . Y el espeso silencio que rodea normalmente todo lo concerniente a Birmania se ha solidificado hasta el extremo. No obstante la vida sigue y sigue también en y para Birmania. “Un año después del Nargis, lecciones aprendidas. Como cooperar con Birmania ” es el título del Seminario que el día 13 de mayo, organizado por el grupo español “Birmania por la Paz” se celebró en la Casa de Asia en Madrid.

Los 6 ponentes, todos conocedores, sobre el terreno, de la realidad birmana, aportaron su experiencia y su esperanza . Los oyentes éramos pocos, muy pocos; 15 conté. Así pues 21 personas reunidas de 5 a 9 de la tarde en la Casa de Asia de Madrid, situada en la Carrera de San Jerónimo, ¿que hacíamos allí?.

El título del Seminario lo expresa muy bien: No lamentarnos, no desesperarnos, no consolarnos mutuamente, sino, desde el dolor de la situación y la desgracia preguntarnos ¿qué podemos hacer?, ¿Cómo cooperar con Birmania?. De alguna forma la primera tarea nos la decía también el título del Seminario: “Un año después del Nargis, lecciones aprendidas” . Si, es importante preguntarnos ¿qué lecciones hemos aprendido de aquel terrible ciclón y de aquel inicuo comportamiento de la Junta Militar?.

Ciertamente algún aprendizaje hemos hecho personalmente nosotros , hemos descubierto un ignoto mundo de barbarie y dolor, y a un pueblo birmano esclavizado pero luchando valientemente por la democracia y el respeto a los derechos humanos y hemos sabido de su líder Suu Kyi, que sigue detenida en la temible prisión de Insein y que, por cierto, estos días no se encuentra bien de salud a tenor de las ultimas noticias que nos llegan.

También las organizaciones internacionales de ayuda y las ONG (ACNUR , Manos Unidas Caritas etc. ) han obtenido su cuota de aprendizaje: la necesidad de formación del voluntariado y de los cooperantes sobre el terreno, la necesidad de coordinar las acciones, la prudencia en sus actuaciones, la prioridad a las necesidades manifestadas por el propio pueblo birmano etc.

Entramado social de comprensión esfuerzo y ayuda mutua

Pero el aprendizaje lo ha sido muy especialmente para el propio pueblo birmano , que ante la falta de ayuda oficial de su propio Gobierno y Administración, comenzó a tejer redes sociales informales de cooperación, de común esfuerzo y ayuda mutua. Y estas redes se formaron sobre el denominador común de la desgracia, de las víctimas. El ser víctima constituyó un elemento de reconocimiento común en el que pudieron encontrarse, ayudándose mutuamente, gentes de muy distintas etnias y religiones. Y esto constituye un nuevo factor de cohesión social .

Esta formación de un entramado social de comprensión esfuerzo y ayuda mutua nacido de la soledad en la desgracia y el desamparo no es cuestión baladí y entiendo que así nos lo dejaron ver los ponentes. Porque no olvidemos que Birmania está constituida por multitud de etnias, que allí se hablan muchas lenguas y se practican diversas religiones, y que entre estos diversos grupos sociales las relaciones no siempre han sido de mutua comprensión y pacíficas.

Por otra parte la Historia ha hecho que el pueblo de Birmania pasase del dominio de sus reyes al del imperio colonizador británico y sólo conoció 15 años de democracia formal desde 1948 hasta 1962 en que el General Ne Win dio su segundo y definitivo “golpe de Estado”. Situación “golpista” que ha sobrevivido al propio General insurrecto al amparo de una estructura de la cúpula de poder en forma de Junta Militar que se sucede así misma desde entonces.

Es evidente que la consolidación de una sociedad civil en Birmania está emergiendo como una prioridad básica de esperanza hacia el futuro lo mismo que la acción conjunta y coordinada de las instituciones de ayuda internacional y especialmente, y esto es muy importante, de las organizaciones políticas como la ONU, la Unión Europea y la ASEAM (Asociación de países del Sudeste Asiático).

La conciencia de la necesidad de coordinar las acciones parece ser que se esta traduciendo en Comités de reflexión y acción conjunta que pueda plantear a la Junta Militar requerimientos y propuesta coordinadas, estorbando que la Junta pueda sortear obstáculos negociando por separado con las distintas instituciones o con cada uno de los países que las integran.

La necesaria presión internacional

Y es precisamente en el esfuerzo y la presión para que las cosas sean así, donde es preciso que nuestra voz se escuche de una forma especial: los Gobiernos de todo el mundo, nuestro Gobierno de España, los Gobiernos Autonómicos, deben escuchar el clamor de los ciudadanos para que se involucren activamente en reforzar los mecanismos de cooperación y acción conjunta frente al régimen militar birmano, así como en los mecanismos conjuntos de ayuda humanitaria y cooperación. Tu voz, lector, y mi voz son necesarias y válidas para que renazcan y crezcan los brotes verdes para Birmania

Parece ser que dentro de la férrea estructura del Ejercito birmano también se pueden escuchar algunas voces que, impelidas por sus conciencias, buscan rendijas para el cambio. Se sabe de un general cristiano que ha abandonado el ejercito por razones de conciencia frente a la sucia tarea que tenía encomendada.

Para más información:

• - Los libros de la Premio Nobel de la Paz de 1991 Aung San Suu Kyi “Libres frente al Miedo” (Circulo de Lectores) y “Cartas desde Birmania ” (Editorial Circe. Barcelona) a los que nos hemos referido en otras ocasiones, cabe recordar también estos dos:
• - El estupendo y libro de Emma Larkin (pseudónimo de la autora, para poder seguir viajando a Birmania) “Historias Secretas de Birmania. A la sombra de George Orwell (Revista Ataïr. Barcelona 2008. 260 páginas)
• - El delicioso y encantador librito (102 páginas con letra amplia) “Cartas a mi tatarabuela. Viaje a Birmania en busca de la raíz familiar” de Mercé Viladomiu. La Introducción es de Pilar Viladomiu (Edita Mercé Viladomiu. Barcelona 2006).

De este último libro transcribo un párrafo de presentación:

“En nuestro linaje femenino había una gran ausencia, la tatarabuela de Birmania. El hecho de que fuera de etnia asiática hizo se ocultara su existencia. En aquellos años dicha etnia era considerada inferior y, de haberse sabido, sus hijas nunca hubieran sido aceptadas en una escuela alemana ni, más tarde, integrados en una familia española. Así la bisabuela y su hermana custodiaron el secreto de familia durante toda su vida”.

Y PARA CONTACTAR Y PARTICIPAR EN CAMPAÑAS POR LA LIBERTAD EN BIRMANIA:

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