Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Aplazamiento de la reunión en la ONU

01-Junio-2009    Verónica Pojmaev
    La Asamblea de la ONU, según acabamos de saber, ha decidido aplazar tres semanas la celebración de la cumbre sobre la crisis económica que debería iniciarse hoy. Se celebrará definitivamente el 24,25 y 26 de junio. Ojalá que este tiempo se aproveche para realizar el trabajo de sensibilización entre los políticos de los 20 y de los 172, como recomienda la autora en este artículo que nos envía desde Argentina.

    Mi opinión sobre el encuentro de la ONU de los 192 jefes de estado

    Verónica Pojmaevich. Neuquén - Argentina 01/06/09

Leonardo Boff, en el artículo publicado ayer en ATRIO “¿Quién la escuchará la voz de las víctimas?” y que se refiere al encuentro que propone Miguel d’Escoto Brockmann a los 192 jefes de estado, hace mención, si entendí bien, a que la propuesta de trabajo ya está pensada en función de una estrategia de acción para mejorar la configuración actual de la humanidad: tanto económica como social y ecológica. Su preocupación es la posible no adherencia del G-20 a esta planificación y por lo tanto el perder la posibilidad de dar comienzo a un nuevo orden mundial.

Si me permiten, voy a enriquecer mi opinión sobre este tema con experiencias que he tenido, que me han hecho pensar y que se me vinieron a la mente cuando leí el artículo de Boff.

En mi tiempo de estudiante de psicología, en una materia que se llama “Salud Pública” se nos daba la posibilidad de preparar una temática para exponer, y mi profesora, entre los temas que sugería, menciona el ante-proyecto de ley de salud mental de Neuquén, algo que yo desconocía y decidí investigar con una compañera. El grupo de profesionales que se había conformado para pensar esta temática luego de encuentros y reflexiones, finalmente presenta dos proyectos de ley distintos; ninguno de los proyectos termina en ley. Le preguntamos a la directora de salud mental por qué pensaba ella que el proyecto de ley se había frenado y nos comenta que “no se había sensibilizado a los políticos“. Luego, dialogando en una entrevista con un ex subsecretario de Salud de Río Negro y administrador e interventor de varios hospitales de Neuquén me comenta que cuando le tocó trabajar en Salud Pública en Neuquén se acercó a políticos amigos del Gobierno que regía y les preguntó a cada uno en una charla de café “¿Qué sabés de Atención Primaria de Salud?”, pregunta que quedó sin respuesta y añade “en general he comprobado que los políticos no saben lo que implica la atención de la Salud de la Población“. Una politóloga (porque intentamos entrevistar a varias personas pensando en tener una mirada compleja de la temática) a su vez me comenta: “que ésta es una buena iniciativa por ser una petición que surge desde la comunidad y no impuesta desde arriba, desde los políticos“. Está claro que era y sigue siendo una buena iniciativa. Pensando qué falló o faltó, se me ocurre lo siguiente:

  • - Desconozco si se invitó a la población toda a participar del debate. Habría que haber sensibilizado y concientizado a la población.
  • - Por lo que me enteré se tomó como modelo las ley de salud mental de Buenos Aires (y creo que la de ley de salud mental de Río Negro también), pero Neuquén es otra provincia, tiene otras problemáticas que deben tenerse en cuenta. No sé si se hizo un diagnóstico situacional profundo de la realidad de Neuquén.
  • - El grupo de profesionales no terminó de hacer una reflexión conjunta, en algún momento un subgrupo armó un anteproyecto y lo emitió. Entonces otro grupo armó otro anteproyecto contemplando lo que se había venido trabajado en los encuentros para que se termine de dialogar en la instancia de la Comisión revisora. Habían diferencias de opinión entre los profesionales.
  • - Desconozco si se trabajó en una reflexión en conjunto con políticos, aparentemente no fue así. No se los sensibilizó.

Hoy pienso que un proyecto de ley es lo último que se logra luego de un largo proceso de reflexión, análisis, concientización, sensibilización de la mayor cantidad de actores sociales posible.

Entonces pienso que no se puede presentar una estrategia de acción sin antes sensibilizar a los que queremos convencer de la necesidad de un cambio. Hay que hacer un insight verdadero para querer cambiar.

Sigo asociando ideas y enriqueciendo mi reflexión; lo siguiente es del libro “7 hábitos de gente altamente efectiva” de Stephen Covey [COVEY, STEPHEN, 1997, “Los 7 hábitos de gente altamente efectiva. La revolución ética en la vida cotidiana y en la empresa“, Ed. Paidós]:

    Recuerdo un minicambio de paradigma que experimenté un domingo por la mañana en el metro de Nueva York. La gente estaba tranquilamente sentada, leyendo el periódico, perdida en sus pensamientos o descansando con los ojos cerrados. La escena era tranquila y pacífica.

    Entonces, de pronto, entraron en el vagón un hombre y sus hijos. Los niños eran tan alborotadores e ingobernables que de inmediato se modificó todo el clima.

    El hombre se sentó junto a mi y cerró los ojos, en apariencia ignorando y abstrayéndose de la situación. Los niños vociferaban de aquí para allá, arrojando objetos, incluso arrebatando los periódicos de la gente. Era muy molesto. Pero el hombre sentado junto a mí no hacía nada.

    Resultaba difícil no sentirse irritado. Yo no podía creer que fuera tan insensible como para permitir que los chicos corrieran salvajemente, sin impedirlo ni asumir ninguna responsabilidad. Se veía que las otras personas que estaban allí se sentían igualmente irritadas. De modo que, finalmente, con lo que me parecía una paciencia y contención inusuales, me volví hacia él y le dije: “Señor, sus hijos están molestando a muchas personas. ¿No puede controlarlos un poco más?

    El hombre alzó los ojos como si sólo entonces hubiera tomado conciencia de la situación, y dijo con suavidad: “Oh, tiene razón. Supongo que yo tendría que hacer algo. Volvemos del hospital donde su madre ha muerto hace más o menos una hora. No sé qué pensar, y supongo que tampoco ellos saben cómo reaccionar“.

    ¿Puede el lector imaginar lo que sentí en ese momento? Mi paradigma cambió. De pronto vi las cosas de otro modo, y como las veía de otro modo, pensé de otra manera, sentí de otra manera, me comporté de otra manera. Mi irritación se desvaneció. Era innecesario que me preocupara por controlar mi actitud o mi conducta; mi corazón se había visto invadido por el dolor de aquel hombre. Libremente fluían sentimientos de simpatía y compasión. “¿Su esposa acaba de morir? Lo siento mucho… ¿Cómo ha sido? ¿Puedo hacer algo?“. Todo cambió en un instante.

Para que uno experimente un cambio de paradigma uno debe “informarse más de lo que está sabiendo en ese momento” como se ve en el ejemplo anterior. La pregunta que me hago es ¿qué información está faltando a estos jefes de estado que les ayude a pensar-sentir-actuar de otra manera?, y ¿cuál podría ser un modo de presentación que despierte su interés y su sensibilidad ? [Hace un tiempo vengo reflexionando que una reflexión colectiva debe pasar en un estadío final por manos de artistas que le den ese toque que provoque la capacidad contemplativa de las personas y desde allí despierte emociones y sentimientos como bronca, dolor, tristeza, compasión que movilice finalmente a hacer algo].Esto es, enseñar a pensar complejamente, por ejemplo, determinada medida económica, ¿qué consecuencias puede llegar a tener? Me dirán que soy ingenua, que todos los jefes de estado están bien informados de las consecuencias fatales de las medidas económicas que se vienen aplicando sin compasión. Bueno, entonces es una cuestión de educar para la compasión, dado la escotomización de la afectividad que se intuye en personas que ocupan cargos de poder. Esto por un lado.

Por otro lado, bien sabemos los que trabajamos alguna vez en multi-nacionales como yo, que las teorías de empresa clásica formaron a sus directivos y empleados en “una visión/misión de empresa” que se traduce en objetivos a alcanzar y estrategias de acción. Está claro, como dice Boff del sistema económico-financiero reinante que “el propósito es cómo ganar más con el mínimo de inversión, compitiendo en el mercado y considerando el estrés de la naturaleza y la pobreza como externalidades“. La visión de estas empresas y de este sistema tiene anteojeras, no va a contemplar nada que se aleje de sus objetivos, va a cerrar todos sus sentidos a todo aquello que lo pueda sensibilizar y permear sus objetivos . A las personas con valores individualistas, con rasgos narcisistas, no se le puede pedir empatía, esto exige todo un desarrollo de su psiquismo que lleva tiempo. No es mi intención desaminar a don Miguel en tan nobles objetivos como los que tiene, pero no sé si puede contar con la adherencia del G-20 en este momento, habrá que hacer todo un trabajo de sensibilización y de desarrollo de psiquismo.

Pero don Miguel no se tiene que olvidar que le quedan 172 países que puede sumar a su causa. Y con estos hay mucho que hacer, además de lo que tiene planeado, a mí se me ocurre que sería bueno trabajar en indicadores humanos de desarrollo de una sociedad como los que plantea Robert Putnam sobre confianza social y conciencia cívica. Bernardo Kliksberg habla de “reducir la brecha entre economía y ética, de asumir la responsabilidad social(y yo agregaría ecológica) en las políticas públicas, responsabilidad social(y ecológica) en las empresas privadas, responsabilidad social (y ecológica) en los medios de comunicación, responsabilidad social (y ecológica) en la sociedad civil. Y así construir una sociedad virtuosa“. Él menciona que “Noruega es número uno en el mundo en los últimos seis años en la tabla de desarrollo humano de la ONU y tiene la mayor esperanza de vida del planeta. La distancia entre el más rico y el más pobre es de seis veces; en América latina es de 50. En esa sociedad, como en todas las sociedades nórdicas, la ética está presente en la economía todos los días” [Tomado de una entrevista a Bernardo Kliksberg: “La equidad no se consigue por decreto”, para el diario La Nación, 15 de Junio, 2008].

Hace poco escuché a un analista/interventor de crisis en el programa “Argentina para armar”, que Finlandia tuvo, no hace muchos años, una gran crisis financiera económica, y que, una de las primeras medidas que tomaron sus funcionarios fue la de duplicar el presupuesto de Educación y de capacitación laboral; redujeron costos y tomaron otras medidas. por supuesto, pero apostaron el doble a educación y se recuperaron muy rápido de la crisis.

Esto es lo que “humilde y reductivamente (seguramente)” puedo reflexionar y opinar sobre este tema.

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