Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Apender a dudar

05-Octubre-2009    Juan Masiá

Con el título de “Vivir en la frontera” comenzó este blog, hace tres años, en Religión Digital. Vivir en la frontera es estar siempre en camino y no renunciar a pensar. Para pensar hay que aprender a preguntar y a dudar. Pensar, habría dicho Foucault, es caer en la cuenta de que ya estábamos pensando más de lo que creíamos, pero quizás estábamos pensando mal. Pensar es poner en duda el propio pensamiento. Los comentarios entre interlocutores de diálogo, tanto favorables como adversos al pensamiento respectivo, ayudan a que la reflexión crezca.

Hoy, al iniciar este blog nueva andadura, comienzo agradeciendo a simpatizantes, amigas y amigos, lectores y lectoras, sus comentarios. No incluyo en este memento al grupo de la crispación que, al renunciar a pensar, bloquea el diálogo.

El pasado mes de julio, presiones desagradables por parte de grupos ideologizados que ocultan su identidad, pero podrían etiquetarse genéricamente como “Inquisición española, S.A.”, me llevaron a tomar la iniciativa de renunciar para mi blog al nicho ecológico que durante tres años me había proporcionado Religión Digital (Informé de ello en carta abierta al director). Lo sentí por el Director, que tan amable y generosamente se portó siempre conmigo. Lamentablemente, mi iniciativa no sirvió para evitar que continuasen por la espalda las manipulaciones y presiones ante la institación de mi pertenencia para intentar infructuosamente reducirme al silencio.

Durante estos dos meses el grupo encabezado por “Simpatizante de JMC” abrió este blog. Repito mi agradecimiento y acepto con gusto tomar de nuevo las riendas responsablemente, para proseguir desde aquí el diálogo con lectores y lectoras capaces de dudar y caminar por la frontera.

Ya sé que esta opción por la mayéutica y la hermenéutica no es del agrado de cierto pensamiento romano o romanizado, obsesionado con el síndrome del miedo al relativismo y partidario del involucionismo religioso, el integrismo filosófico y la crispación política. Pero creo en la conveniencia de relativizar y dudar para poder repensar. Por eso he elegido como emblema para este primer post de la nueva andadura del blog rescatar del olvido un texto unamuniano de hace un siglo.

Escribía Don Miguel, el 9 de diciembre de 1907, en La Nación, de Buenos Aires, con el título “Mi religión” uno de sus ensayos más característicos.

“Tanto los individuos como los pueblos de espíritu perezoso propenden al dogmatismo… La pereza espiritual huye de la posición crítica o escéptica…Mi religión es luchar incansablemente con el misterio…Sólo espero de los que ignoran, pero no se resignan a ignorar; de los que luchan sin descanso por la verdad y ponen su vida en la lucha misma más que en la victoria… Mi empeño ha sido, es y será que los que me lean piensen y mediten en las cosas fundamentales, y ho ha sido nunca darles pensamientos hechos Yo he buscado siempre agitar, y a los sumo, sugerir más que instruir. Si yo vendo pan no es pan, sino levadura o fermento” (Texto completo en Obras, ed. Escelicar, III, 260-263).

Identificándome con estas palabras del pensador bilbaíno, las encuentro apropiadas para brindarlas como gratitud al grupo de “Apoyo a JMC” y como aviso para navegantes, dedicado a ese otro grupo adverso (compuesto por algunos mitrados de geta adusta, jaleados por voces “des-mitradas”, pero igualmente desquiciadas) que siguen la vieja tradición de los panfletos, delaciones y denuncias, ladrando sin cesar contra quienes cabalgan por las fronteras.

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