Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Memoria de las víctimas y justicia en Uruguay

24-Octubre-2009    Atrio
    Mañana está convocado en Uruguay un referéndum para abolir una vergonzosa “Ley de caducidad del ejercicio de la pretensión punitiva del Estado”, claramente inconstitucional, con la que se quería blindar la Impunidad de los dictadores. Hace veinte años un referéndum similar se perdió por un pequeña diferencia, tras el miedo de caos inculcado al pueblo. Hoy dos eximios uruguayos –Gabriel Sánchez y Eduardo Galeano– nos explican por qué votarán SI.

POR QUÉ VOTO POR SI A LA DEROGACIÒN DE LA LEY DE IMPUNIDAD

Gabriel Sánchez

    Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres. Eduardo Galeano

No existe ninguna sociedad que lastimada en su ser esencial por el miedo y la injusticia pueda encarar nuevas etapas sin salir de ese circulo del miedo, sin gritar justicia… cuando sus muertos, cuando sus luchadores, cuando lo mejor de ese país clama Justicia, porque cuando se ha vivido una dictadura que desaparece y asesina… y la voz de los muertos, sigue clamando sobre la sociedad, el ser recordados, el que se rescate su lucha y su memoria, el que sea posible la justicia y todos señalen al verdugo, para que nadie se atreva nunca más a conjugar a la barbarie, a la tortura a la muerte…

Porque si no…estaremos entregando a la posteridad y a los hijos de nuestros hijos, un sociedad manchada con la sangre de los caídos, que pertinaces, volverán a romper nuestros silencios y nuestras claudicaciones, para que esa sociedad que quiere alumbrar nazca, sabiendo que no podrá nacer, sin Justicia.-

Porque obligaremos a las generaciones por venir, a rememorar esa etapa de nuestra historia con vergüenza, pensando que fuimos cómplices, que no fuimos capaces de resistir a los que querían AHOGAR EL GRITO DE JUSTICIA…que hoy tapan los rostros y los sueños de los caídos, con olvido, con indiferencia, con impunidad… por el país que le debemos a los hijos de nuestros hijos, que si claudicáramos en este empeño, nos señalarían como la generación infame que permitió que los verdugos, los más feroces, los que beben la sangre de los martirizados, continuaran impunes, que la sociedad, siguiera sin Justicia, que el futuro se construyera sin memoria… no puedo ni quiero resignarme a que les entreguemos este Uruguay a las generaciones venideras, con las voces rebeldes y lastimeras de los mártires, que nos reprochan la impunidad de sus verdugos, haciendo doler la conciencia, la mía y la nuestras, la de todos…Por eso, para que el porvenir se ilumine en los ojos de los hijos de los hijos de nuestros hijos y nos miren con orgullo, por sanamos la terrible herida que nos hizo el torturador y asesino, es que levanto, como un acto desesperado de resistencia un SI …QUE SE VUELVE COSMICO, COLECTIVO, ENCRESPADO, DECIENDOLES A LOS CAIDOS, QUE AQUÍ ESTAMOS LEVANTANDO SU BANDERAS MANCHADAS CON SU SANGRE…CON LA BENDITA SANGRE DE LOS SOÑADORES MILITANTES DEL AMANECER…

* * *

PALABRAS PARA LAS VÍSPERAS

Eduardo Galeano

Y ojalá acabemos también con otra discriminación todavía peor, la ley de impunidad, ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, bautizada con ese nombre rocambolesco por los especialistas en el arte de no llamar a las cosas por su nombre.

La Corte Suprema de Justicia acaba de dictaminar que esa ley viola la Constitución. Desde mucho tiempo antes se sabía que también viola nuestra dignidad nacional y nuestra vocación democrática. Es una triste herencia de la dictadura militar, que nos ha condenado al pago de sus deudas y al olvido de sus crímenes.

Sin embargo, hace veinte años, esta ley infame fue confirmada por un plebiscito popular. Algunos de los impulsores de aquel plebiscito estamos reincidiendo ahora, y a mucha honra: perdimos, por muy poco pero perdimos, y no nos arrepentimos. Creemos que aquella derrota nuestra fue en gran medida dictada por el miedo, un bombardeo publicitario que identificaba a la justicia con la venganza y anunciaba el apocalipsis, larga sombra de la dictadura que no quería irse; y creemos que nuestro país ha demostrado, en estos primeros años de gobierno del Frente Amplio, que ya no es aquel país que el miedo paralizaba.

Eso creemos, digo, y ojalá no me equivoque.

Ojalá triunfe el sentido común. El sentido común nos dice que la impunidad estimula al delincuente. El golpe de Estado en Honduras no ha hecho más que confirmarlo. ¿Quién puede sorprenderse de que los militares hondureños hayan hecho lo que han venido haciendo desde hace muchos años, con el entrenamiento del Pentágono y el visto bueno de la Casa Blanca?

La lucha contra la impunidad, impunidad de los poderes y los “poderitos”, se está desarrollando en los cuatro puntos cardinales del mundo. Ojalá nosotros podamos contribuir a desenmascarar a los defensores de la impunidad, que hipócritamente ponen el grito en el cielo ante la inseguridad pública, aunque bien saben que los ladrones de gallinas y los navajeros de barrio son buenos alumnos de los banqueros y los generales recompensados por sus hazañas criminales.

Ojala el próximo domingo confirme nuestra fe en una democracia sin coronitas, ni las coronitas del uniforme militar, ni las coronitas del dinero.

Ojala podamos envolver esta ley en papel celofán, en un paquete bien atado, con moña y todo, para enviársela de regalo a Silvio Berlusconi. Este gran mago de la impunidad universal, que ha atravesado más de sesenta procesos y no conoce la cárcel ni siquiera de visita, nos agradecerá el obsequio y seguramente sabrá encontrarle alguna utilidad.
Ojala.

Lo único seguro es que, pase lo que pase, la historia continuará, y continuará el incesante combate entre la libertad y el miedo.

Yo suelo invocar una palabra, una palabra mágica, una palabra abrepuertas, que es, quizá, la más universal de todas. Es la palabra abracadabra, que en hebreo antiguo significa: Envía tu fuego hasta el final. A modo de homenaje a todos los fuegos caminantes, que van abriendo puertas por los caminos del mundo, la repito ahora:


    Caminantes de la justicia,
    portadores del fuego sagrado,
    ¡abracadabra, compañeros!

• Versión del discurso pronunciado en el Obelisco de Montevideo, en el cierre de la campaña contra la ley de impunidad, la noche del martes 20. Brecha digital.

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