Zenit.org (1 de julio) escribe:

“Tras el clamor por legalizar el matrimonio del mismo sexo, resulta que pocos homosexuales lo desean verdaderamente. Tras una dura batalla el año pasado, el gobierno español dio a los homosexuales el derecho a contraer matrimonio. Desde que la ley entró en vigor, el 3 de julio del año pasado, hasta el 31 de mayo, sólo han tenido lugar 1.275 matrimonios de personas del mismo sexo, informaba el periódico ABC el 17 de junio.

Comparativamente, esta cifra suma un mero 0,6% de los 209.125 matrimonios contraídos en España durante 2005. De la suma total de matrimonios del mismo sexo, 923 fueron entre hombres, y 352 entre mujeres.”

Yo me pregunto, si el matrimonio entre homosexuales es un fracaso rotundo ¿por qué los jerarcas españoles, el cadenal López Trujillo, el Vaticano en pleno y el mismísimo Banedicto XVI ponen el grito en el cielo y van gritando alarmados que se destruye la familia? (la familia católica tradicional, se supone)

Días atrás (en Auschwitz) Benedicto XVI se quejaba de que Dios permanecía callado. Pero parece que, sobre este tema, le habla muy a menudo. Así que, en nombre de Dios, ha dicho últimamente: “La cuestión de la familia es estructura esencial de la sociedad y de la unión en matrimonio de un hombre y una mujer, según el designio impreso por el Creador en la naturaleza humana”

Si Jesús de Nazaret no hubiese roto con un montón de tradiciones y leyes de la religión judía y no hubiese predicado tantas novedades, tantas buenas nuevas, hoy no existiría el cristianismo. Puede que la Iglesia Católica, sí.