Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Fe y evolución

01-Septiembre-2006    Atrio

Hace unos días Religión Digital titulaba “Roma abandona a Darwin” una información que tomaba de lo que había publicado The Guardian bajo el título “La Iglesia se prepara para apoyar el Diseño Inteligente”. Ambos alarmantes titulares no aportan ningún dato nuevo a la cuestión que, oficialmente, sigue como lo exponíamos hace algo más de un año en ATRIO con un titular menos periodístico Diseño inteligente y evolución.

La única novedad que se ha producido es que mañana, día 1 de Setiembre, empieza en Castelgandolfo una reunión de antiguos alumnos del profesor Ratzinger, a la que han sido invitados algunos expertos, para estudiar el tema “Evolución y creación”.

Eatas reuniones no son oficialmente convocadas por la Santa Sese, ni representan un “staff” especial del papa. Pero no carecen de importancia. Eran las habituales Schuelerkreis, círculos de estudio anuales para los amigos y colaboradores de un profesor que “crea escuela”. Ratzinger las mantuvo aún después de ser cardenal y el año pasado trasladó a Castelgandolfo la que había sido convocada el año anterior, con el mismo tema propuesto antes de ser Papa: “el Islam”. El tema de este año estaba decidido desde hace un año.

Tres hechos han hecho que la discreta y reservada reunión de estudio que se va a celebrar estos días, de las que no saldrán conclusiones ni documento alguno, haya saltado a los titulares como si se fuese a producir un cambio en la postura oficial de la Iglesia.

1. La sustitución hace unos días del P. Coyne como director del Observatorio astronómico del Vaticano, con sede en Castelgandolfo. El P. Coyne es un defensor acérrimo de la autonomía total de la ciencia respecto a consideraciones filosóficas o teológicas –“yo me imagino a Dios como un Padre del Universo, dándole su empuje y creatividad y dejándole libre para que siga su camino, como hace todo padre”, dice en declaraciones a la NCR–y se opuso claramente a la mezcla de planos que representa la teoría del “diseño inteligente” una teoría que pretende ser tan científica como la de la evolución basándose en los discutidos cálculos de Penrose y otros- que parecía defender el Cardenal Schönborn en su famoso artículo al New York Time que desató la polémica el año pasado. Pero parece ser que el cambio es por motivos de edad y salud y que la sustitución por otro jesuita no va a influir en un cambio de la postura oficial. En el mismo sentido de plena autonomía de la ciencia se declaraba otro jesuita, Fiorenzo Fachini, en un artículo de L’Oservatore Romano el pasado mes de enero que reproduce Chiesa.

2. La presencia del cardenal Schönbrun en el seminario de Ratzinger, del que es participante habitual desde hace mucho tiempo. No parece sin embargo que su pensamiento. tal como lo expresó el año pasado, vaya a prevalecer. Uno de sus críticos más duros, el profesor alemán Peter Schuster, bioquímico evolucionista (véase su interesante presentación sobre el tema), es uno de los expertos invitados a la reunión y ha hecho unas declaraciones a John Allen en Nathional Catholic Reporter, dejando bien claro lo que él va a defender al respecto y cómo es el parecer del 95% de la comunidad científica, sean creyentes o no. Puede verse la manera como él explica, con una presentación en PDF, la evolución que se ha ido produciendo en las teorías de la evolución, para afianzarse definitivamente con las aportaciones de la bioquímica y la biología molecular

3. La carta dirigida al papa por Dominique Tassot, ingeniero de Minas y presidente de un Centre d’Etude et de Prospectives sur la Science or CEP, montado en Francia el año 1997, con la participación, según ellos, de 700 científicos é intelectuales católicos. Todo pinta a que es una asociación forzada por el interés de que se pueda presentar en Europa un grupo en apoyo del Diseño Inteligente, que no sería así cosa exclusivamente de Estados Unidos. En la posterior entrevista que le hizo también en NCR, y que es la que provoca los alarmantes titulares de The Guardian y Religión Digital, se puede ver el poco relieve de esta asociación, cuyo fundador, desde luego, no ha sido invitado a Castelgandolfo y se atreve a dictar lo que allí se debería decidir, incluso criticando a la misma Academia Pontificia de las Ciencias porque en ella hay miembros que no se declaran católicos…

En definitiva, a la ciencia lo que es de la ciencia, con sus enormes avances, con la acumulación impresionante de observaciones, con sus hipótesis explicativas y paradigmas siempre cambiantes ante nuevas posibles observaciones, sin que pueda afirmar ni negar nada sobre el último sentido de la realidad. Y la comunidad científica internacional, por razones y mecanismos que van ya mucho más allá de las que tenían Darwin y Lamarck, sigue siendo unánimemente evolucionista, sin que pueda detectar en esa maravillosa historia una prueba de una intervención de Dios.

Y a la fe, pero sobre todo a la fe madura, a la mística que va más allá de formulaciones e imaginarios tradicionales, le corresponde la búsqueda del sentido y la verdad última. Pero la última, no la penúltima. Creer de verdad en un Dios Creador significa que la ciencia vaya aportando datos para ir purificándolo de las pequeñeces que le hemos atribuido, al hacerle intervenir como tapagujeros o legitimador de tanta ignorancia y estupidez humana.

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