El pontificado de Benedicto XVI está cerca ya de cumplir dos años. Casi 22 meses Al principio se mantuvo la duda de si el papa se ceñiría a ser una continuación del cardenal Ratzinger o podría aportar sorpresas significativas en la línea del aggiornamento impulsado por el Concilio.

Ya muchos interrogantes se han resuelto y justo para las próximas semanas se esperan algunas de las decisiones más importantes que marcarán su pontificado, probablemente de una manera claramente conservadora y restauradora en la línea que se venía marcando desde el antiguo Santo Oficio, a la sombra del papa Wojtyla.

Las próximas decisiones que se esperan en el Vaticano son éstas:

1. La contrarreforma litúrgica. Se sigue a la espera del documento sobre la autorización para celebrar la misa en latín y con el misal y las normas anteriores al Vaticano II. Es lo que ya han obtenido los miembros de la Institución que reúne a los seguidores de Lefebvre pero autorizándolo de manera general, sin necesidad de permiso previo. Para muchos significa un torpedo a la línea de flotación del Concilio Vaticano II. Los obispos franceses, sobre todo, han reaccionado muy fuertemente para detener la operación. Estaba anunciada la salida del documento en diciembre. Parece que se retrasa. Sólo ha salido lo de la traducción del “por muchos”, que va en la misma línea de contrarreforma litúrgica. ¿Será una preparación para el otro documento o una compensación a los conservadores por estar detenido lo que esperaban?

2. El nombramiento de Presidente del episcopado italiano. Tras el nombramiento este verano del nuevo Secretario de Estado (un colaborador en la Congregación para la Defensa de la Fe, teólogo más que diplomático pero que cree que su apertura al fútbol modernizará la Iglesia…) no se puede retrasar mucho la sustitución del cardenal Ruini como Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Es el cargo más importante para la Iglesia italiana y, en cascada, para todas las relaciones entre la Iglesia y los partidos políticos en el resto del mundo. Parece que para este cargo los mismos obispos italianos preferían a Tettamanzi, actual Arzobispo de Milán, a quien los neoconservadores consideran como blando y permisivo en el terreno político. Angelo Scola, patriarca de Venecia, con pedigrí de Comunión y Liberación es el candidato para continuar la línea del “partido católico” (conseguir, con la ayuda de políticos “teocons” infundir miedo a los partidos para que no se atrevan a hacer algo que no le guste a la jerarquía) que ha promovido Ruini como moderno sustituto de la Democracia Cristiana. ¿Hacia dónde se decantará Benedicto XVI?

3. En la primavera se publicará un libro de Joseph Ratzinger sobre Jesús, acabado de escribir ya por Benedicto XVI, que se presentará, con gran despliegue mundial, como una aportación personal, no como un acto de magisterio. Ahora se va a publicar el primero de los dos tomos previsto que se titulará “Jesús de Nazaret. Del Bautismo en el Jordán a la Transfiguración”. Hasta ahora se ha dado a conocer únicamente el Prólogo. Ver información completa en Chiesa con el texto del prólogo al final. Es interesante que un teólogo que ha llegado a ser papa quiera seguir haciendo su aportación a la Iglesia ofreciendo la obra de su vida, su interpretación de la inabarcable figura de Jesús a partir de tantos años de estudio y meditación interior. No conozco ningún teólogo que no aspire a esto. Nuestro amigo Pikaza ha enviado ya a imprenta una obra semejante que aparecerá casi simultáneamente a la del papa. Y prueba de que el papa es un teólogo es que esté dedicado a ese trabajo de síntesis suprema y que lo conciba como una aportación, no como una obra definitiva y definitoria. Pero ¿acaso este honesto planteamiento no será reconvertido por el infalibilismo reinante (tendencia a considerar como infalible todo lo que provenga del papa aunque técnicamente no lo sea) en pauta para denunciar a los falsos teólogos, a los que no coinciden con la interpretación de Ratzinger? Las próximas intervenciones de la Congregación para la Defensa de la Fe mostrarán si se toma en serio la libertad que él mismo propone en el prólogo:

Por cierto no hay necesidad de decir expresamente que este libro no es en absoluto un acto magisterial, sino que es únicamente expresión de mis investigaciones personales sobre el “rostro del Señor” (Sal 27,8). Por tanto, cada quien es libre de contradecirme. Pido sólo a las lectoras y lectores aquel presupuesto de simpatía, sin la cual no hay ninguna comprensión.

Ojalá ese “presupuesto de simpatía, sin la cual no hay ninguna comprensión” lo tuvieran él y su curia con otras cristologías nacidas en contextos diferentes a los vividos por el Herr Professor y después cardenal Ratzinger. Desgraciadamente se temen inminentes decisiones muy duras contra teólogos en este terreno como lo hubo contra las preciosas obras de Schillebeck, Pohier, Küng, Boff, Balasuriya y otros.

4. Próximo documentos de la Congregación para la Defensa de la Fe. Ha sido el secretario Monseñor Angelo Amato el que, con ocasión de la publicación de un grueso libro que recoge los 105 documentos emitidos por la congregación para la doctrina de la fe en los cuarenta años que van del 1965 a hoy, quien ha hablado de un “estilo Ratzinger” que va a continuarse en dos nuevos importantes documentos: uno sobre los problemas de defensa de la vida humana continuando la “Donum vitae” y otro, novedoso pero aludido en muchos documentos, para tratar expresamente sobre la Ley Natural y la vinculación necesaria con la doctrina cristiana. Informa de ello también Sandro Magister en Chiesa. Vamos a esperar su publicación antes de hablar de estos documentos. Pero pueden constituir una orientación definitiva que marque todo el pontificado. Con la que se podrá disentir abiertamente, pues de ninguna manera serán documentos infalibles sino prudenciales, con el valor que tengan los argumentos aportados que necesariamente serán más filosóficos que de fe estricta. Hoy lo que de positivo pueda tener el iusnaturalismo o doctrina de la ley natural sólo se puede descubrir a partir de una hermenéutica, que dependerá de muchos puntos de vista y contextos diferentes. Véase el reciente libro Etica hermenéutica de Jesús Conill.

Y una nota final. Al escribir una vez más sobre las cosas de la cúspide de la Iglesia Católica lo hago desde el espíritu y a responsabilidad que pedía el teólogo de Sri Lanka Tissa Balasuriya como un servicio de colaboración solicitado por el mismo papa, que es el líder religioso con más influjo en el mundo. Un servicio por tanto a todo el mundo qu esperan de las religiones una acción desinteresada de fermento de paz y justicia, no un atrincheramiento en opciones de identidad exclusiva y conservadora. Y lo hago desde Atrio del que no me considero, como algunos querrían, un simple árbitro neutral de las discusiones sino un impulsor de todo aquello que lleve al mayor diálogo entre las diversas religiones y entre creyentes y no creyentes, en un clima de libertad religiosa que sólo proporciona la verdadera laicidad.