Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

El Anticristo y el Gran Inquisidor

10-Marzo-2007    Antonio Duato

No sé si en la manifestación de esta tarde alguien exhibirá la pancarta que apareció en la manifestación espontánea del día en que se comunicó la nueva situación penitencial de De Juana: “ZAPATERO EL ANTICRISTO”.

De lo que sí estoy seguro es que en la última semana de febrero tanto el papa como sus colaboradores se habrán planteado si este jefe de un gobierno europeo, calificado de Bambi por su aparente debilidad y talante pacifista, no será acaso el prototipo del Anticristo tal como algún escritor lo profetizaba a finales del siglos XIX. Y verán por qué lo digo.
Cada año, en Cuaresma, el Papa y los altos cargos de la Curia Romana se reúnen para hacer unos Ejercicios Espirituales. Para ello el Papa invita a un predicador. La tradición viene de antiguo, no sé si desde Juan XXIII o antes. El P. Voillaume, fundador de los Hermanitos de Jesús, fue invitado un año. Se han alternado muchos nombres, pero últimamente han sido obispos y cardenales los invitados a predicar a sus pares. Y este año el invitado fue un cardenal, emérito de la diócesis de Bolonia, famoso por su conservadurismo y por haber publicado un libro sobre “El breve relato del Anticristo” de Soloviev. Era seguro que iba a hablar sobre ello, como lo confirma esta información de Terra.
¿Se imaginan al papa con todos los cardenales meditando, bajo la sugestión de Biffi (el profesor Luigi Lombardi, que lo conoce, me autoriza a decir en su nombre que es “patético”), dónde podría encontrarse hoy ese “pacifista, ecologista y ecuménico” líder mundial que iba a dejar a los verdaderos fieles, el papa, el starlet y el científico, arrinconados a la espera de la segunda venida? Esta es la espiritualidad apocalíptica de resistencia, ya conocida en Biffi, que por deseo papal se ha querido imbuir a los altos cargos de la Iglesia, tan diferente de la que predicaría el padre Voillaume, autor de “En el corazón de las masas”.
Soloviev fue un cristiano sincero y espiritual que vivió angustiado por los enormes cambios sociales que presentía al final del siglo XIX desde su gran alma rusa. No le faltaba razón pues todo se iba a transformar. Murió el mismo año que Nietzsche, en 1900, previendo el nuevo siglo como una hecatombe total, mientras que el también angustiado filósofo alemán lo a esperaba como una aurora. Para ambos la emancipación del hombre era el Anticristo. Se sabe que Nietzsche había leído a Dostoievski y a Tolstoi que le inspiraron parte de su visión sobre el verdadero Cristo inédito que hay en su Ecce Homo y en su Anticristo. Pero ¿se leyeron mutuamente Nietzche y Soloviev?
El que sí conoció y admiró a Soloviev fue Dostoievski, aunque sus planteamientos sobre la fe y el cristianismo del futuro difirieron mucho. ¿No hubiera sido oportuno, en estas meditaciones papales, incluir también La leyenda el Gran Inquisidor que Dostoievski incluye en Los Hermanos Karamazov?
Las referencias literarias son importantes pues toda una ideología y una visión del mundo se vehiculan en ellas. Y por eso nos interesa a todos los cristianos y a todos los hombres qué tipo de predicador dirige las meditaciones de la alta cumbre de la Iglesia y qué tipo de fragmentos literarios utiliza para crear el imaginario de quienes han de tomar decisiones trascendentales para todos. Poca falta les hacía a los monseñores que les estimularan contra quien busca paz y liberación en el nombre del Hijo del Hombre (manera “laica” de autodenominarse Jesús) y no en el de Cristo Dios y su Vicario en la tierra. Ese imaginario del demonio laicista y de la iglesia perseguida y arrinconada está ya en ellos y se proyecta en los movimientos neoconservadores que alimentan manifestaciones como las de hoy basadas en embustes y revanchismo.
Más necesario sería para ellos darse cuenta de que con su intransigencia inquisitorial y su manipulación autoritaria de lo religioso pueden estar arrojando de nuevo a Jesús de nuestro mundo, como hizo el Gran Inquisidor en Sevilla.

Notas: -Del relato de Solviev no he encontrado traducción española en Internet, pero sí en italiano . En español he encontrado una amplia presentación en la revista Humanitas.

-El contexto en que Dostoievski relata la parábola del Gran Inquisidor, sus relaciones con Soloviev y la importancia de este texto puede verse en el número 6 (Mayo, 1997) de Cuadernos de la Diáspora, la revista de la Asociación Marcel Légaut. Como en aquel tiempo era yo el editor, con permiso del autor y presidente de la Asociación, ofrezco en ATRIO el texto completo de la presentación que hizo Domingo Melero y del diálogo en que se incluye .

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