Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

El corazón podrido de la derecha

20-Abril-2007    Juan Luis Herrero del Pozo

Anoche seis millones de ciudadanos seguimos las preguntas a Rajoy y sus respuestas. Sin entrar en lo anecdótico, en los quiebros dialécticos de esta viscosa anguila política, limito mi comentario a dos puntos:

1) Se puede ser inteligente, incluso algo erudito, pero inculto. Me parece ser el caso de don Mariano. Su relativa (¡sólo relativa!) habilidad dialéctica, digo, denota cierta inteligencia. Pero su incultura humanística, al igual que en tantos políticos, me parece monumental. Este señor es de derechas sin saber cuál es la esencia de la derecha. Que es mi segundo punto…

2) Quedé sorprendido por su reiterada invocación de las “libertades individuales”. Nada nuevo bajo el sol, ya lo propugnó Adam Smith, llamado ‘padre de la economía política’ hace doscientos cincuenta años. A mi entender, de este filósofo arranca el núcleo perverso del capitalismo, hoy neoliberalismo. Y de ahí no se ha movido en su sustancia. Se entiende que en aquella época Smith pensara así, pero ¿hoy,don Mariano? ¿No se ha enterado usted ni sus congéneres del decisivo aporte del ‘personalismo’? En la filosofía clásica occidental la persona es un individuo, un ser cerrado “in se” y autosuficiente. Craso error que, durante siglos, ha hecho de la caridad un correctivo exógeno, un ‘pegote’. Antropólogos, filósofos y psicólogos convergen hoy en algo decisivo: la persona más que un “in se”, es esencialmente “ad alios”, es decir, relación a los demás. Y sólo en esta apertura activa construye sanamente su historia. Ésta es la clave de la articulación entre individuo y sociedad. No se contraponen sino que se exigen mutuamente. De ahí que el liberalismo socio-económico de la derecha es de un primitivismo vergonzoso, a estas alturas. Volviendo a nuestro caso, cuando Rajoy enarbolaba los derechos individuales lo hacía frente a la ingerencia de la sociedad y, sobre todo, del estado. Don Mariano, que ésto es de primero de bachiller !!!

Los derechos individuales no existen como tales y se convierten en fábrica de injusticia si no se articulan con el bien general. Ésta es el alma del socialismo.

Así se entiende mejor la incultura de tantos políticos y economistas, ciegos tras las huellas de Adam Smith que propugnaba:
Cuando cada individuo procura sus intereses particulares, la ‘mano invisible’ del mercado logra el bien general. Que es tanto como decir, cuanto más un cuadrado es cuadrado más se convierte en círculo. El colmo de la estupidez -que éso en esencia es la derecha- y la inmoralidad erigida en virtud: el dios (’la mano invisible’) del mercado transforma el egoísmo en solidaridad. ¡Fuera intervencionismo exógeno! ¡Santa libertad de mercado!

Si es caso, después…ya dejaremos espacio para las ONG y las madres Teresas.

Juan Luis Herrero del Pozo

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