Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

¿Reflexión cristiana ante las elecciones?

13-Mayo-2007    Antonio Duato

Se ha hecho normal que antes de una elección las autoridades eclesiásticas y otros grupos cristianos manifiesten en público sus preferencias pero de forma velada, proponiendo unos criterios que debería tener en cuenta un cristiano para decidir el voto.

La forma de enunciar estos criterios trasluce generalmente ya una opción política que se recubre de lenguaje religioso. Esto era muy claro en los tiempos de XII y la Democracia Cristiana en Italia cuando pedía a los católicos sólo dos cosas: “1º Votar en cristiano. 2º Votar unidos”.

Hoy las recomendaciones jerárquicas suelen ser mucho más matizadas. Salvo que el idealismo de los postulados abstractos pueda inducir el voto inútil a grupos testimoniales o la abstención (explícitamente pedida ya en un caso: el referendum italiano sobre temas de biogenética), los documentos episcopales se inclinan claramente por la derecha política mientras que otras minorías de cristianos de base apuntan al voto de izquierda.

¿Sirven para algo estas invitaciones a la reflexión de unos y otros?

¿No sería mejor que no se dijera absolutamente nada o que cada uno explicara el sentido de su voto concreto y el proceso por el que desde un análisis de la realidad y unas exigencias cristianas le han llevado hoy y aquí a esa decisión? Se propondría como un ejemplo pero no una doctrina general a imponer a otros.

Me parece que en estos días que quedan de campaña no estaría mal pensar en los criterios que unos y otros proponen y si uno quiere expresar en concreto la decisión a la que le ha llevado esta reflexión.

Como documentación de ayuda, propongo la lectura d estos textos:

    Mirad sólo qué matizadamente tratan el tema del final de la vida, no con el radicalismo de Italia y España:
    a todo lo que se hace para acompañar a las personas al final de la vida, respetando su dignidad, luchando contra el sufrimiento físico y psíquico. Decimos sí al desarrollo de los cuidados paliativos y a la formación de un personal sanitario capacitado para esto. Decimos no claramente al ensañamiento terapéutico, no al recnocimiento de un pretendido “derecho a morir” que constituiría una legalización de la eutanasia.”
  • Last but non least, el conocido artículo de nuestro colaborador Juan Luis Herrero del Pozo, provocativo pero iluminador, publicado en ECLESALIA: EL VOTO A LA DERECHA ES INMORAL, que reproducimos íntegramente aquí abajo:
    • ECLESALIA, 07/05/07.- Lo he repetido innumerables veces y me ha valido más de un paraguazo endilgado a guisa de réplica contundente por cristianos conservadores, a la puerta de los templos en las pasadas elecciones. ¿Qué quiero decir? Que la derecha, en una u otra medida, sustenta y propicia el capitalismo y éste es intrínsecamente perverso. Por ello, el voto a su favor es en sí éticamente inmoral, aunque el votante por ignorancia proceda de buena fe.

      De costumbre lo he argumentado a nivel filosófico desde el mero análisis de su principio vertebrador que sacraliza las leyes del mercado y las erige en absoluto operativo mediante una libertad vaciada de su función social (ahí está la perversión). Basta recordar el principio del fundador del capitalismo, A. Smith, hace 250 años, para quien la mano invisible del mercado convierte en bien general el simple interés particular. Es decir, el mercado opera el milagro de transformar en equidad, justicia y solidaridad la ambición individual. Hoy me parece relevante dar un paso más: es obligado devolver lo robado y aunque mi riqueza no sea efecto (directo) del robo no me es permitido disponer de ella a mi antojo.

      Hay que ser ciego para no entender que la causa principal, si no única, del despojo de los pobres, personas y pueblos, y del desastre ecológico del planeta (robo a cargo de las generaciones venideras) es el modelo real de capitalismo. Es pura y simplemente un robo que exige devolución.

      Entre los primeros cristianos se había extendido una convicción que tuvo vida efímera por la dureza de nuestros corazones, cerrados al hermano. La que antes se olvidó fue la institución eclesial oficial y hoy ya ¡vamos! casi que la persigue cuando aquella convicción se encarna en la teología de la liberación.
      ¿Qué pensaban aquellos cristianos, parecidos a los de la parroquia de Entrevías que el cardenal Rouco ha mandado cerrar? QUE LO MÍO SUPÉRFLUO PERTENECE AL NECESITADO. Así de simple. No será fácil hacer operativo este principio pero sólo él, nunca abjurado, me permitirá conducir la barca de mi economía: Ante cada gasto, sobre todo a las puertas de los templos del consumo, he de interrogarme sin piedad: ¿puedo disponer libremente de este dinero para algo superfluo cuando tantos no alcanzan lo necesario? ¿Cómo decidir? La sensibilidad humana de cada uno encontrará la respuesta. Pero más vale asumir humildemente la incertidumbre de una respuesta tacaña que lavarme la conciencia con la renuncia a los principios que amparan los derechos de los pobres.

      Hay más, a nivel global de pueblos y naciones el abismo de clamorosa, cruel y creciente desigualdad se asienta básicamente en políticas económicas injustas que han despojado a la mayoría en beneficio de unos pocos. Es difícil impugnar esta evidencia salvo por ignorancia o mala fe. Es decir, la situación actual de ricos y pobres es estructuralmente fruto de la rapiña. De tal modo que quien apoya (por ejemplo, con el voto) al sistema neoliberal que la encarna y la promueve se hace solidario de su injusticia.

      Tan sólo sobre la base de estas evidencias, nunca desmentidas argumentalmente y sólo soslayadas por el interés, es posible abordar y buscar soluciones concretas para temas como la ayuda al desarrollo, la deuda externa, el comercio con justicia, la elusión de impuestos, la privatización de servicios sociales, la inmigración…en una palabra, todos los grandes desafíos de las sociedades locales, regionales, nacionales y mundiales.

      Los comentarios brotarían a borbotones. Hoy se me impone en el teclado el asco vomitivo que me ha producido Fernando Sebastián, obispo de Pamplona-Tudela, de comienzos progresistas y de recta final integrista, que recomienda el voto nada menos que a la extrema derecha (Falange, Alternativa española, requetés…).

      ¡Dios santo! Si volviera Jesús, los correría a gorrazos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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