Recibo en mi correo una nota de Atrio que entiendo como una invitación a enviar escritos a este espacio que según se anuncia, si no interpreto mal, pretende ser un lugar de encuentro entre el mundo sagrado y el profano. Bien, debo confesar que es un tema que me atrae, pero que no puedo evitar que despierte en mí cierta desconfianza. Las religiones, como las ideologías, siempre han tratado de hacer adeptos, de modo que me pregunto: ¿qué clase de encuentro es el que los responsables de esta página tienen en su mente?

Para mí, que fui persona religiosa en mi niñez y juventud pero que pertenezco al mundo profano desde que hace ya un buen puñado de años dejé atrás esa hermosa etapa de mi vida previa a la madurez, los únicos encuentros que en mi opinión merecen ser tenidos por tales son aquellos en los que no se habla de religión. Los otros no pueden por menos que parecerme prédica más o menos disimulada. Claro que es tan sólo mi opinión.

Por encuentro entiendo yo el esfuerzo que pueden hacer personas de uno y otro mundo, el religioso y el profano, por tratar un determinado tema de forma consensuada, por hallar soluciones que convengan a ambos, evitando la competencia y superando de buena fe el deseo de “llevarse el gato al agua”, una actitud que, por desgracia, pocas veces he visto en el mundo religioso, en el cual el afán de “convertir infieles” parece ser atávico.

Creo que un buen ejemplo de ese esfuerzo de “encuentro” es el artículo de Juan Masiá, Entre dos inquisiciones publicado en “ecleSALia” el 13.01.2006. Para quien no lo tenga, transcribo el enlace: http://www.eclesalia.blogia.com

Otro magnífico ejemplo de lo que es espíritu de encuentro es, en mi opinión, el artículo de José María Castillo sobre el carnaval que con fecha 14 de este enero publica esta página, ATRIO. Tanto me ha gustado esa actitud de reflexión humana hecha por un cristiano, que cuando más tarde he leído su breve nota aclaratoria, me he sentido lanzado al entusiasmo de un modo incontenible. Y eso pese a que ésa estaba ya más metida en harina religiosa que el artículo que la precedió. A eso le llamo “sintonizar”, es decir, pensar y expresarse en un cristiano claro y comprensible desde el mundo profano.

Y no quisiera terminar sin citar un artículo del Padre Luis Barrios que titula El legado histórico de Martin Luther King, el cual he recibido por el boletín de ARGENPRESS y he posteado en KAOSENLARED, la página de un “colectivo plural anticapitalista” donde habitualmente colaboro. Me ha parecido otro hermoso ejemplo a tener en cuenta. Y como pienso que tanto el contenido como la forma en que lo trata el Padre Barrios merecen la pena, me permito incluir aquí también el enlace al mismo, esperando que eso no moleste a quienes moderan esta página:
http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=14827

Y nada más por hoy. Espero que este escrito que remito a la dirección de ATRIO quepa en el proyecto de esa página, con la que me gustaría colaborar desde este mundo profano que habito.

Con mi agradecimiento, mi cordial saludo.

Pepcastelló