Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Hacia un nuevo modelo de Iglesia

25-Mayo-2007    Pablo Richard
    Hace ya más de un año, tras la elección de Benedicto XVI, el autor de este artículo, veterano animador las comunidades critianas en Latinoamérica, escribió en ATRIO Otra manera de ser Iglesia también es posible. Hoy, mientras los obispos del Celam están en Aperecida, nos ofrece este esquema de su intervención en el Seminario latino-americano de Teología.

I: Iglesia y modelos de Iglesia

“La Iglesia“ no existe, lo que existe son modelos o maneras de ser Iglesia.

Fundamentalmente hay dos modelos:

  • Uno tradicional y dominante, que está en una crisis irreversible.
  • Otro emergente, que busca crear un modelo nuevo de Iglesia
  • .

    Existen otros modelos que no entran e nuestro análisis:

  • Un modelo donde el mismo modelo dominante de Iglesia es ahora construido fuera de la Iglesia. Es la misma Iglesia, pero ahora paralela y fuera de ella (ejemplo: movimiento neocatecumenal)
  • Otro modelo de Iglesia es cuando la misma de Iglesia, busca crecer con el poder de las élites dominantes (Opus Dei).
  • Otro modelo dominante de Iglesia, se da cuando busca crecer con el poder social de las masas y organizaciones educativas y sociales de élite, que tienen mucho dinero y poder (Legionarios de Cristo)
  • II: Modelo tradicional sumido en una crisis irreversible

    Las características de este modelo:

    Es un modelo que ha entrado en una crisis irreversible, porque todo intento por reformarlo es inútil, el modelo no va a cambiar nunca.

    Razones:

    Estructura jerárquica rígida. El Papa en Roma. El Obispo en su Diócesis. El Sacerdote en su Parroquia. Los laicos no existen, menos aún las mujeres. Esta estructura no va a cambiar nunca.

    Una Iglesia donde domina el miedo. Los Obispos tienen miedo a Roma (al Papa, la curia, los nuncios). Los curas tienen miedo a los obispos. Los laicos tienen miedo a los sacerdotes autoritarios. Todos tienen miedo a ser sancionados, marginalizados, o miedo simplemente a no ser promovidos.

    Una Iglesia cerrada sobre si misma, totalmente cortada del mundo. Todos los problemas están fuera de ella y no es capaz de hacer una autocrítica interna y reconocer sus errores.

    Una Iglesia que busca auto-generarse promoviendo misiones generales para atraer a si misma todas las personas que han salido de ella. Una Iglesia que organiza campañas vocacionales para tener mas sacerdotes. Una Iglesia que cree que todo se arregla con una mayor formación de los laicos, la misma que les ha dado siempre.

    Una Iglesia que se auto justifica por la pérdida de millones de católicos culpando a las “sectas”, pero la realidad es que el 80% de los que abandonan la Iglesia lo hacen porque la Iglesia tradicional no les dice nada. La Iglesia no quiere enfrentar estas situaciones con un cambio interno, sino solo culpando a “los de fuera”, por eso, en la medida que no cambia, su crisis será irreversible, pero otro modelo de Iglesia también es posible.

    III Un nuevo modelo de Iglesia

    Características generales

    Es un modelo de Iglesia inserta en la historia, consciente de la situación económica, social política del mundo actual. Una Iglesia consciente qué significa una economía global de libre mercado y la ideología del neoliberalismo. Consciente también de las consecuencias de este modelo para la sociedad y para la Iglesia.

    Una Iglesia capaz de autocrítica, que busca una transformación de sus estructuras internas, sin miedo a la reacción de la Iglesia hoy dominante.

    Una Iglesia que busca su nueva identidad en la Teología de la Liberación, en la construcción de una ética de la vida en el plano personal y social, y en una espiritualidad liberadora y en una nueva manera de insertarse la Iglesia en el mundo actual. Una Iglesia que crece en la base, por la construcción de Comunidades Eclesiales de Base y por la inserción en los movimientos populares.

    El nuevo modelo de Iglesia no busca la contradicción con la Iglesia dominante, sino que busca crecer ahí donde esta su fuerza. Los dos modelos de Iglesia no existen separados uno del otro, sino co-existen al interior de la gran Iglesia actualmente dominante. Esto implica resistencia, para no perder la identidad en medio de las contradicciones. Exige sabiduría para no provocar inútilmente al modelo dominante de Iglesia y más bien saber “caminar sin hacer ruido”. El cambio de modelo de Iglesia no significa la ruptura de la unidad de la Iglesia. Como fue la práctica de San Pablo, debemos defender simultáneamente la Verdad del Evangelio y la Unidad de la Iglesia.

    2: Características específicas del nuevo modelo de Iglesia

    El mundo, a nivel internacional, está fracturado en dos: fractura entre oriente y occidente y fractura entre el norte y el sur. ¿Dónde esta la Iglesia? Mas en occidente que en oriente, mas en el norte que en el sur. El nuevo modelo de Iglesia busca identificarse lo más posible con oriente y con el sur. Esto significa una ruptura con el norte y occidente y, consecuentemente, una ruptura profunda con el modelo de Iglesia dominante, que es profundamente occidental y originado en los países ricos del norte. El cristianismo llegó al Asia, Africa y América Latina y Caribe con la expansión del colonialismo europeo. Hoy ya nos hemos reunidos, desde 1976 y cada 5 años, treinta teólogos de cada continentes, para pensar el cristianismo desde el sur, especialmente desde Asia. Es así que ha nacido una Teología del Tercer mundo, vigente hasta el día de hoy.

    En cada país de nuestro continente hay un abismo entre minorías multimillonarias y mayorías empobrecidas y miserables ¿Dónde está la Iglesia? El modelo de Iglesia dominante está más arriba que abajo, pues no cree que pueda salir algo bueno de la “pobrería” (así me dijo una vez un cardenal). El nuevo modelo de Iglesia busca insertarse entre las mayorías pobres, pero esto le exige un cambio muy radical de sus estructuras, de su teología y de todo su accionar pastoral.

    El nuevo modelo de Iglesia está cada día más inserto en los movimientos sociales de todo tipo: movimiento de los sin tierra, movimientos de campesinos, obreros, tugurios (fabelas) indigentes; movimiento de mujeres, jóvenes, afro-americanos y pueblo indígenas; movimientos de los que tienen una opción sexual diferente, etc.

    La Iglesia apoya y acompaña a todos estos movimientos y a aquellos cristianos que por fidelidad a su fe, se comprometen en estos movimientos. La Iglesia y la Teología nacen de la base y trata de no comprometerse en políticas partidistas y luchas de poder.

    El nuevo modelo de Iglesia hace una opción muy clara y decidida por la Teología de la Liberación. Esta teología ha cambiado y se ha fortalecido mucho en los últimos 15 años. Ahora la teología nace muy diversificada desde los movimientos sociales, con características de género, generación, cultura, raza y muchas otras identidades. La teología se desarrolla mas en los laicos y laicas, mas entre jóvenes que adultos.

    Lo más importante es que este nuevo modelo de Iglesia y estos nuevos modelos de Teología de la Liberación, tiene más presencia y significación fuera de la Iglesia que dentro de ella. Hoy en día el nuevo modelo de Iglesia y la Teología de la Liberación tiene, por ejemplo, plena aceptación en el Foro Social Mundial, en las Universidades estatales, en los movimientos laicos, y en todos aquellos espacios donde la Iglesia tradicional esta totalmente ausente y no tiene ninguna significación. Los millones de cristianos que han salido de sus Iglesias y que no tienen ninguna intención de volver a ellas, mantienen su identidad cristiana identificados con la Teología de la Liberación. Muchos procesos políticos nacionales y latinoamericanos actuales, reconocen sus raíces en los movimientos cristianos populares y en la Teología de la Liberación. Por eso la Iglesia hoy dominante tiene tanto miedo a la Teología de la Liberación, pues esta teología les comunica una espiritualidad, una ética, una teología, incluso una “doctrina” que no encuentran en la Iglesia dominante.

    La Iglesia tradicional todavía no ha tomado conciencia de la perversidad de la ideología neo-liberal. La Iglesia que fue tan implacable con el marxismo, hoy día no es capaz de entender el neo-liberalismo, que está haciendo más daño a la humanidad y al cosmos, que todos los regímenes anteriores. ¿Porqué? Porque el marxismo, con todos sus defectos, representaba el pensamiento de las clases populares; ahora, el neo-liberalismo justifica el modelo económico dominante y refleja el pensamiento de las clases ricas, por eso la Iglesia tradicional se siente menos afectada por esta ideología. Esta situación empieza a cambiar hoy en la Iglesia en la medida que el sistema económico dominante ya no puede ocultar la diferencia entre ricos y pobres y la destrucción de la naturaleza.

    El modelo actual de economía de mercado absolutiza la eficiencia y la ganancia en el mercado y no la vida humana y la vida de la naturaleza. Su ética está determinada por estos valores del mercado. Es bueno, justo y verdadero, lo que tiene “éxito” en el mercado, es decir, lo que produce mayor ganancia. El valor de una tecnología nueva es buena, no porque esté al servicio de la vida humana, sino que es buena por la ganancia que produce en el mercado. Esta es una ética de muerte, que contradice radicalmente la ética de vida de cristianismo. La economía no está orientada al bien común y a la vida de todos y todas, sino a la máxima ganancia. Una empresa busca “ganar” en el mercado, bajando los precios. Esto es posible si trabaja con los menos empleados posibles y con los salarios más bajos posibles, y también no tomando en cuenta la destrucción de la naturaleza. Por eso, la vida se destruye, aumenta el número de desempleados y personas totalmente excluidas del sistema. Esto produce una situación de total iniquidad, donde la riqueza se concentra en pocas manos y las mayorías caen en la miseria total.

    La Teología de la Liberación y el nuevo modelo de Iglesia se identifican totalmente con los excluidos y denuncia la ética de muerte y la situación de iniquidad del sistema de economía de mercado. Esto es posible si hay una ruptura total con la ética y la racionalidad de muerte de esta economía de libre mercado, justificada por la ideología neo-liberal. La Teología de la Liberación mantiene la esperanza que otro mundo es posible, que otro modelo de Iglesia también es posible, y que es posible construir “una sociedad donde quepan todos y todas, en armonía con la naturaleza”. Afirma también la esperanza en un nuevo sujeto, capaz de cambiar la historia. Si el sujeto opresor dice: “si no hay para todos que por lo menos haya para mi”. El nuevo sujeto responde: “si hay para todos entonces habrá para mi”. La humanidad enfrenta la alternativa: “solidaridad o suicidio colectivo”. Nosotros solo podemos tener vida, si los otros también tienen vida. Yo soy si eres tu. El nuevo modelo de Iglesia y la Teología de la liberación optan por la solidaridad y por la vida. fin

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