Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

De la Bioética… al Bioderecho

03-Junio-2007    Antonio Duato

A los lectores habituales de ATRIO les sonará sin duda el nick de Concordia. Desde el anonimato inicial de los debates en este lugar de encuentro de lo sagrado y lo profano, fue destacándose su personalidad a la vez comprensiva con los críticos y firme defensora de los valores tradicionales.

Poco a poco fuimos sabiendo que era sacerdote desde hace casi cincuenta años. De ahí que en algunas trifulcas algunos le llamaran el “Páter”.

Pero hoy descubrimos a todos su verdadero nombre con ocasión de presentar su último libro, De la Bioética… al Bioderecho. Libertad, vida y muerte que ha editado la Cátedra de Bioética de la Universidad de Comillas, con la que viene colaborando desde hace muchos años. Ésta es la ficha del libro:

    ISBN (10):84-9772-642-1
    Título: De la bioética– al bioderecho : libertad, vida y muerte
    Autor: González Morán, Luis
    Publicación: Madrid. Dykinson, S.L. - Libros , 11/2006
    Descripción: 992 p. ; 24×17 cm

Luis González Morán nació en León en 1935. Ingresó en el Seminario-Universidad de Comillas donde se licenció en Filosofía y Teología. Vivimos juntos en nuestra juventud esa compleja inmersión en la naturaleza, la escolástica y la espiritualidad ignaciana que representaba aquella Casona asomada al Cantábrico. Y siguiendo itinerarios diferentes nos hemos reencontrado, maduros de edad y jóvenes de espíritu, en este Portalón de ATRIO asomado al mar del ciberespacio.

Luis se licenció en el prestigioso Instituto Bíblico de Roma en 1960, siendo varios años profesor de Sagrada Escritura en el Seminario de Oviedo.
Simultaneó su docencia bíblica con el estudio de Derecho –una experiencia en que se iría cuajando su talante conciliador de ámbitos a primera vista opuestos–, doctorándose en 1984 y pasando a ser profesor de derecho civil en la Universidad de Oviedo.

Pareció normal que el profesor Javier Gafo, fundador de la Cátedra de Bioética en la Universidad de Comillas –de la que sería director años después Juan Masiá Clavel– solicitase la colaboración de Luis para montar un máster en Bioética. Ninguno mejor que él podía hacer el tratamiento jurídico de los problemas que afrontaba el curso desde otras perspectivas científicas, filosóficas y teológicas: la vida humana y su cuidado desde el inicio hasta el final, el consentimiento informado sobre todo tipo de intervención médica en la propia vida y el valor ético y jurídico del llamado testamento vital para cuando ya no se pueda expresar este consentimiento.

De esa participación suya en esos cursos nació el libro que es una obra imprescindible, casi enciclopédica y llena de buen sentido común y jurídico. ¿Cómo afrontan, por ejemplo, los diversos textos legales (españoles y extranjeros) la protección del no nacido?
Un libro de mil páginas, repleto de documentos y citas, de leyes y sentencias que sientan doctrina, podría parecer ilegible o mero libro de consulta. Pero, como tanto la ética y el derecho tienen como misión ir resolviendo conflictos tan reales como la vida misma, la lectura del libro llega a hacerse amena y desearía uno tener tiempo para adentrarse en él detenidamente. Pongo como ejemplo una de las primeras páginas del mismo:

    Como primera fecha para ser tenida en cuenta a la hora de escribir la historia de la bioética se suele citar el día 9 de diciembre de 1962, en que apareció publicado en el magazine de la revista Life un artículo escrito por la periodista Shana ALEXANDER, que llevaba por título “Ellos deciden quién vive, quién muere”. En él contaba la historia de un comité creado en Seattle con la finalidad de seleccionar los pacientes candidatos, a quienes se pudiera ofrecer la hemodiálisis: ciertamente que estas máquinas podían salvar muchas vidas, aunque el problema venía generado porque se estaba en presencia de un tratamiento y equipamiento escaso, por lo que esta tecnología no podía ofrecerse a todos, motivo por el que se tomó la decisión de crear una comisión de no expertos para que llevaran a cabo la selección de los posibles candidatos a beneficiarios de la hemodiálisis.
    La decisión de crear esta comisión y encomendarle tal misión introdujo algunos elementos innovadores: así, este comité estaba formado mayoritariamente por personas no médicos, entendiendo que los médicos, profesionales que tradicionalmente habían realizado estas tareas, no eran los sujetos más idóneos para tomar tal decisión y que, de hecho, se podía compartir la responsabilidad de la elección de los candidatos a beneficiarse de estos tratamientos por un equipo de expertos y no expertos. Se pone, además, de relieve, la importancia de una innovación técnica la cánula arteriovenosa para el planteamiento y solución de una cuestión moral. El artículo de S. ALEXANDER provocó una auténtica convulsión social; además, al hacerse públicos los criterios utilizados por el Centro de Diálisis de Seattle para la elección de los pacientes beneficiarios de la hemodiálisis, se entabló un gran debate social acerca de los criterios éticos de distribución de recursos escasos (4).
    Otro impulso para ir configurando el espíritu de la naciente bioética lo proporcionó el artículo de Henry K. BEECHER… en él describía veintidós experimentos concretos, realizados entre 1948 y 1965, publicados en revistas científicas, a los que calificó de “no éticos”. Uno de ellos consistía en privar de penicilina a un grupo testigo de sifilíticos negros durante un período prolongado de tiempo para estudiar los efectos de otros medicamentos; veinticinco pacientes contrajeron fiebres reumáticas: más de treinta años más tarde, en 1997, los tribunales fallaron, decretando el pago de una fuerte indemnización económica en favor de algunos de los sobrevivientes perjudicados por tales experimentos. Los sujetos protagonistas de experimentos carentes de ética recogidos en los ejemplos del análisis de BEECHER eran todos miembros marginales de la sociedad: pobres, deficientes mentales, ancianos, gentes recluidas en instituciones sociales y sanitarias.
    (…)
    Otro hito vino marcado por el primer trasplante de corazón, realizado el día 3 de diciembre de 1967 por el Dr. Christian BARNARD en el Hospital Groote Schur, de Ciudad de El Cabo: el trasplante de corazón planteaba graves cuestiones científicas y éticas, como la intención y el consentimiento del donante y conocer el estatuto jurídico del “cadáver viviente”, es decir, la determinación del momento de la muerte.

¡Cuántos dilemas suscitados desde estas primeras páginas! Pues el resto del voluminoso libro es ir siguiendo el desarrollo de la reflexión ética y de la normativa jurídica a lo largo del tiempo, con el progreso de las técnicas y de la mayor conciencia universal de la dignidad humana. Y lo hace con amenidad. La presentación del libro en Oviedo reunió al Rector de la Universidad y al Arzobispo. Y sobre su éxito en la Feria del Libro escribe La Voz de Asturias:

    Entre las curiosidades que han llamado la atención de los vendedores destaca la gran venta que ha tenido el volumen titulado De la bioética al bioderecho , de Luis González Morán. “Es la gran sorpresa dentro de la sección porque el tema es muy concreto y no pensábamos que tendría tanta salida”, dicen Conchita Martín y Raquel García, encargadas de la zona de religión, filosofía, diccionarios y clásicos. En este caso, que el autor estuviese en la firma ha influido y las libreras aseguran que tuvo que volver al día siguiente por la demanda de público.

Esa es la obra de nuestro padre Concordia al que le invitamos a seguir presentándonos debates en ATRIO.

Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

Escriba su comentario

Identificarse preferentemente con nombre y apellido(s). Se acepta un nick pero con dirección de e-mail válida.

Emplear un lenguaje correcto, respetar a los demás, centrarse en el tema y, en todo caso, aceptar las decisiones del moderador