Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

China y la Iglesia Católica

08-Agosto-2007    Ovidio Fuentes
    China es hoy el gran mercado. Financieros y empresarios acuden allí como moscas. Y todos los grupos religiosos. Porque es también un “gran mercado del almas”, como dice John Allen en NCR. Pero la Iglesia Católica está estancada. Hace cincuenta años los protestantes chinos eran tres veces y media menos que los católicos. Hoy son tres veces y media más. ¿Por qué? Nuestro colaborador Ovidio inicia hoy una reflexión sobre este viejo “nuevo mundo”.

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    CHINA
  • 1.- CULTURA CHINA.
  • La cultura y civilización chinas han sido en oriente como Grecia lo fue en occidente. El mismo Japón es heredero cultural de China. El concepto de ser chino no está basado en la raza, sino más bien en el concepto cultural. Hablar y comportarse como chino, aceptar su sistema de valores culturales, es ser chino. Fueron muy adelantados a occidente en muchos aspectos. Por ejemplo: los cargos administrativos, desde hace más o menos 2000 años, se alcanzaban mediante exámenes de oposición muy exigentes. Sólo los hombres cultos tenían mando. Autoridad y cultura iban juntas. La iglesia católica y el Estado chino son las dos instituciones vivas más antiguas.

    En China, la naturaleza es respetada al máximo. Los jardines se hacen a imitación de la naturaleza: con cuevas, fuentes, lagos donde se refleje la luz de la luna, etc. No tiene sentido un jardín con formas geométricas, que violentan la naturaleza. Pero en el teatro ocurre lo contrario: en las óperas occidentales se intenta imitar la realidad. Una lucha se intenta que sea lo más verosímil posible. En la ópera china todo es simbólico: una guerra se transforma en un ballet.

    Allí se han originado algunos grandes inventos, de todos conocidos.

    China ha sido consciente de ser una avanzadilla cultural, y se ha sentido autosuficiente, exclusivista. Cuenta Pearl S. Buck, que vivió en China 40 años, en una de sus novelas, que un campesino chino le aconsejaba a su hijo que no debería salir del valle. Porque, tanto si vivían mejor a la otra parte de las montañas, como si vivían peor, dejaría de ser feliz. En la antigüedad, sin tener noticias de otras culturas, se creían faro iluminador del resto del mundo. Se llamaban a sí mismos “el Imperio del Medio”. Lo mismo ocurría en Delfos, centro religioso de los griegos, donde aún se puede ver la piedra que constituía para ellos el ombligo del mundo. Y en Cuzco, en el templo del sol, está también el ombligo del mundo.

    En el aspecto religioso, es inconcebible que haya un ser personal supremo. La religión consiste en la búsqueda personal de la armonía consigo mismo y con la naturaleza. Por tanto no hay dogmas. Es un contrasentido. En religión hay maestros, no autoridades. El concepto de persona, como sujeto de derechos y deberes, irrepetible, merecedora de los Derechos Humanos, y objeto de la Redención, es básico en nuestra cultura occidental. En oriente es desconocido. La persona es una gota, junto a otras, en el océano de la vida, del mundo.

    El Emperador era el “Hijo del Cielo”, y en las grandes ceremonias de culto, cuando el pueblo tenía que ascender al Templo de Cielo de Pekín, subiendo una gran escalinata, él descendía solemnemente por una leve rampa, en la zona opuesta, ataviado a mitad de camino con los ropajes propios del cargo.

  • 2.- RELACION IGLESIA-CHINA
  • El P. Mateo Ricci, jesuita, intentó una adaptación de la liturgia a la cultura china, ya en el siglo XVI. Fue chino entre los chinos. Pero el Vaticano estaba, (y está) muy lejos de aceptar innovaciones, aun las más cercanas. Como hombre culto, fue admirado y aceptado por el Emperador, a quien hizo ver ya entonces que China no es el centro del mundo. Sólo así pudo hablar del Evangelio. Su figura es siempre respetada. En 1983 se editó un sello conmemorativo del IV centenario de su llegada a China.

    En 1633 Urbano VIII puso fin a la presencia de los jesuitas en China. En 1705 Clemente XI lanzó la bula de excomunión contra los ritos chinos. En 1742 con la firma de la condena definitiva por Benedicto XIV, China reaccionó expulsando a todos los misioneros y persiguiendo a los cristianos. Con la guerra del opio, a finales del XIX, los misioneros son vistos como agentes extranjeros.

      Véase para todo este apartado la descripción vívida que hace Zizola en su libro La Otra Cara de Wojtyla, cap. 11, Tirant lo Blanch, Valencia 2005. [ATRIO, en atención a los lectores que aún no tengan este extraordinario y aún actualísimo volumen, les ofrece en PDF todo el Capítulo XI].

    El historiador Cheng Kua-ying afirma: “la propagación de la fe cristiana mediante los misioneros era el principio de la barbarie para la China civilizada”. En 1922 el Delegado Apostólico convocó el primer concilio chino, para desvincularse de las potencias coloniales. En 1926 Pio XI ordena a los 6 primeros obispos chinos. Pîo XII lanzó la excomunión denunciando el cisma..

  • 3.- POLÍTICA.
  • En este contexto, el año 1949, después de la “Larga Marcha”, entra Mao en Peking, enfrentado a Chiang Kai Chek, que se refugia en la isla de Taiwan. Se rompen las relaciones diplomáticas, y el Nuncio de la S. Sede es expulsado del país. Los seminaristas huyen de momento a Roma para poder continuar los estudios. Mao logra, mediante la radio, unificar, sistematizar, toda China. China encontró la manera de anular al Vaticano, creando en 1957 la iglesia católica patriótica, que se desentiende expresamente de Roma. La iglesia católica fiel al Papa pasa a la clandestinidad. Los católicos son normalmente perseguidos. China cierra fronteras hasta los 80. Los huidos de China no podían ni siquiera escribir cartas directamente a sus familiares.

    “En este ambiente, todavía totalitario, la fe cristiana tiene un potencial crítico de la sociedad que representa una amenaza permanente; por ello la Iglesia se encuentra estrictamente vigilada y, muy a menudo, se ve obligada a aceptar compromisos”. (Dice Alexander M. Schweitzer, Secretario de la Fderación Bíblica Católica). El Gobierno chino nombra obispos, sin reconocimiento del Vaticano, que automáticamente quedan excolmugados. “El papa Juan Pablo II canonizó, justo el 1 de Octubre de 2000, aniversario de la entrada de Mao en Pakín, (ojo al dato) a 120 mártires (87 chinos y 33 misioneros), asesinados en China entre 1648 y 1930, la mayoría durante la revolución de los boxers y ¿qué dijo el Gobierno chino? “Que la mayoría eran agentes del imperialismo occidental y merecían la muerte”. (Véase Zizola) La relación entre el Gobierno chino y el Vaticano es muy tensa. Beijing quiere seguir nombrando obispos, condición que Roma no abdicará jamás. Beijing quiere también que el Vaticano rompa relaciones con Taiwán.” (Ricardo Sánchez. Periodista)

    Políticamente el Papa es el Jefe de un Estado, y es de todos conocida la influencia del Vaticano en la caída del comunismo en Polonia, extensible luego a Rusia. Es compresible la animadversión del régimen comunista chino hacia la iglesia católica. Desde cualquier punto de vista.

    Benedicto XVI invitó a Roma en Octubre de 2006 a los obispos de la Iglesia patriótica, para el sínodo mundial, algo impensable hace algunos años. Ante las próximas Olimpíadas, Pekín necesita un clima de distensión. Aprovechando la ocasión, el Vaticano arrecia en su presión diplomática, dando publicidad a los casos de encarcelamiento y publicando una carta, dirigida a todos los católicos chinos.

    Al parecer hay 10 millones de católicos, la tercera parte de los cuales, pertenecientes a la iglesia patriótica china, sólo reconoce en el Papa a su maestro espiritual. Le niegan toda autoridad. Algunos obispos, ordenados sin consentimiento de Roma, piden luego al Papa ser reconocidos, pero no siempre lo hacen público para conocimiento de los fieles, debido a presiones del Gobierno.

  • 4.- INTENTOS DE ACERCAMIENTO.
  • Juan XXIII quiso que acudieran obispos chinos al Concilio. Con Pablo VI se inicia un diálogo. Juan Pablo II consideraba a las iglesia chinas “como las dos manos de la única iglesia católica”, y pidió perdón porque la “acción de los miembros de la iglesia en China no siempre estuvo exenta de errores”. Lo relativo a la guerra del opio no es fácil de olvidar.

    Es muy expresiva la siguiente carta de un obispo chino, escrita antes que la del Papa:

      El llamamiento a la reconciliación del obispo de Lanzhou

      Carta a mis amigos
      por Joseph Han Zhi-hai
      “………….Desde que soy obispo (no oficial) de la diócesis de Lanzhou me acompaña siempre esta pregunta: nuestra Iglesia debe estar unida, según la oración de Jesús nuestro Señor, y el expreso deseo del Santo Padre, pero ¿cuál es el momento justo y el modo justo para hacerlo? He de admitir que mi corazón alberga aún dudas. Todavía hay obispos que no están unidos al Papa. La Asociación patriótica es ambigua cuando se trata de la unidad con la Santa Sede, que es esencial para nosotros. Esta ambigüedad es la razón por la que muchos hermanos obispos de la comunidad eclesial no oficial son reacios a dar pasos hacia la reconciliación. Sin embargo, mucho ha cambiado en estos últimos años. Me siento muy animado por haber sabido que la mayoría de nuestros sacerdotes, obispos y fieles están unidos en la misma fe y están unidos al Papa. Por lo demás, siento como muy perjudicial para nuestra Iglesia el hecho de que sigamos divididos en una comunidad oficial y en una comunidad no oficial; que celebramos la eucaristía separadamente, cuando la eucaristía es precisamente el momento en el que se cumple y celebra la unidad. Es una contradicción.

      ………..He llegado a la convicción de que no podemos seguir ignorando la oración de nuestro Señor Jesús «que sean uno como nosotros». Como obispo y pastor de la grey de Lanzhou siento el deber de hacer un llamamiento a mis hermanos obispos: liberemos a los católicos chinos de esta ambigua situación de división. El deseo varias veces repetido del Papa –por ejemplo, durante la conmemoración del 400 aniversario de la llegada de Matteo Ricci a Pekín– que nos anima a la reconciliación, nos hace comprender que los anteriores documentos de la Iglesia que desaconsejaban celebraciones eucarísticas comunes entre católicos del área oficial y del área no oficial ya no valen para nuestros fieles, cuando participan en la eucaristía de un obispo o de un sacerdote que ha proclamado con claridad su unidad con el Santo Padre y con la Iglesia universal, por que la eucaristía alimenta la unidad. Hemos de admitir que para la Iglesia en China está naciendo una nueva situación, que nos invita a tomar nuevas iniciativas. Por tanto, sugiero a mis hermanos obispos y sacerdotes de las comunidades oficiales que den pasos concretos hacia la unidad en la Iglesia católica china.
      Todos nosotros, sacerdotes y obispos, digamos claramente a nuestras comunidades de fieles que estamos en comunión con el Santo Padre y con la Iglesia universal, de modo que sepamos claramente de cada uno de qué parte está. Y así cada uno puede con serenidad y valor proceder a encontrar al otro y a celebrar en la eucaristía nuestra unidad en Cristo y en el único Padre de todos. Esto es lo que rogaba el Señor Jesús y esto es lo que se espera el Santo Padre de todos nosotros. Confío que, si tenemos el valor y la generosidad de hacer esto, habrá una renovación en la Iglesia china. Nuestra unidad en la fe no disminuirá de ninguna manera nuestro amor por nuestro país. Todo lo contrario, reforzará nuestra capacidad de cooperar todos juntos para construir y modernizar nuestra nación.”

    Según el Cardenal Zen, obispo de Hong Kong, en Enero el Papa decidió escribir una carta después de haberse reunido con algunos obispos chinos y altos cargos de la Curia.

    Finalmente el 27 de Mayo el Papa firma la Carta a todos los obispos, sacerdotes y fieles laicos de la Iglesia Católica en China, bastante extensa, que se hizo pública el pasado 30 de junio, acompañada (nos tendremos que acostumbrar a esta farragosa nueva costumbre) de una Nota Explicativa. Sean de una iglesia o de otra. Actualmente hay 46 obispos en la clandestinidad y 74 obispos “patriotas”. El Cardenal Zen ofreció traductores al Vaticano. No obtuvo respuesta.

      Principales temas de la carta:
      1. Ante todo es una llamada responsable a la unidad, superando cualquier dificultad con el amor y el perdón.
      2. La iglesia no desea cambiar la estructura o administración del Estado. Son entidades autónomas.
      3. Niega la legitimidad a la iglesia patriótica por no estar en comunión con el Papa, aunque acepta, inevitablemente, la validez de las ordenaciones.
      4. Con la ordenación un obispo recibe tres poderes: santificar, enseñar y gobernar. Sólo puede un obispo enseñar y gobernar en unión con el Papa
      5. Pide que el Gobierno reconozca a los obispos clandestinos y permita la total libertad religiosa.
      6. En la actual situación es de todo punto imposible que haya realmente una Conferencia Episcopal China.
      7. Propone al Gobierno chino un posible acuerdo para la elección de obispos.
      8. Da consejos que ayuden a resolver la abundante casuística
      9. “ … la Iglesia en China, consciente de que el bien de la sociedad y de ella misma, está estrechamente relacionado con el bien de la familia, ha de sentir de un modo más vivo y urgente su misión de proclamar a todos el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia, asegurando su plena vitalidad.” (Punto especialmente conflictivo porque el Gobierno chino sólo permite tener un hijo al 90% de los chinos)
  • 5.- REACCIONES.
  • Los Cardenales Zen de Hong Kong y Paul Shan Kuo,de Taiwan afirman que la versión china resulta difícil de entender y tiene algunos errores de traducción.

    El Vaticano reconoce que la situación se ha agravado después de la publicación de la carta. Y así, el pasado Julio la policía arrestó a 3 sacerdotes de la provincia de Hebei, donde hay una mayor concentración de católicos. Cosa que se venía haciendo con normalidad, pero menos publicidad. En Abril de 2005 la policía arrestó a 7 sacerdotes reunidos con su obispo para hacer un retiro espiritual. En Noviembre de 2005 la policía arrestó a 6 sacerdotes de la diócesis de Shijiazhuang, provincia de Hebei, cuyo obispo llevaba ya 20 años en prisión. Según la Fundación Cardenal Kung, con sede en los Estados Unidos, en estos momentos al menos cinco obispos, 15 sacerdotes y muchos laicos están encarcelados, muchos más bajo arresto domiciliario.

    El 24 de Julio, en una entrevista a la Agencia EFE, el portavoz de la Asociación Católica Patriótica de China afirmó que desea personalmente que el Papa pueda un día viajar al país, y que la carta constituye un avance en las relaciones del Papa con China. Añadió que la iglesia Patriótica es fiel a la doctrina, pero independiente en el aspecto político y en la distribución de los recursos económicos. En esta carta “ha desaparecido cualquier oposición al socialismo” y las acusaciones de cisma.

    Pocos días después de ser “colgada” la carta del Papa en las portales de internet catòlicos, desapareció, por presiones del Gobierno chino.

    “El Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo como respuesta a la carta que estaba dispuesto a continuar con un “diálogo franco, constructivo con el Vaticano”. Sin embargo, advirtió que la Santa Sede no debe interferir en los asuntos internos de China “utilizando a la religión como pretexto”. (Dice la Agencia Reuters desde Hong Kong)

    El padre Yihm Sihua, de Hong Kong, dice: “El gobierno chino insiste desde hace años en que la Iglesia católica no se meta en los asuntos internos del país pero, él mismo, se mete constantemente en los de la Iglesia”. Esta carta “permanecerá mucho tiempo como un texto de referencia”.

    Paul Pei Junmin obispo coadjutor de la arquidiócesis de Liaoning, en el noreste de China dice:«El rápido cambio social ha puesto en crisis la visión del mundo, el sentido moral y la escala de valores de muchos chinos. Por esta razón, para muchos intelectuales chinos ha cobrado gran actualidad la pregunta sobre la manera en que una sociedad mercantilizada y utilitaria puede salvaguardar los valores espirituales.”

    Alexander M. Schweitzer Secretario General de la Federación Bíblica Católica dice: “Se ha acuñado el concepto de «cristianos culturales», que indica a las personas que, sin haber sido bautizadas, se ocupan seriamente de la fe cristiana y buscan el diálogo con los cristianos.”

    El Cardenal Zen expresó su esperanza de que sirva de punto de partida para el diálogo que permita ser a la iglesia católica realmente la iglesia católica, respetada en todo el mundo. Actualmente la voz de obispos y sacerdotes es silenciada, no llega a los líderes políticos. Esta carta del Papa está en manos de todos y puede ser lugar de encuentro.

    El Vaticano está dispuesto a trasladar su representación diplomática a Pekín, sin por ello romper con Taipei, y a llegar a un acuerdo en la elección de los obispos previa a su ordenación canónica.

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