En un artículo de Juan Masiá que publicamos en ATRIO el día 14 de febrero, el profesor silenciado decía que tenía “vergüenza ajena” como intelectual católico por la ignorancia científica y ética que demostraban algunas manifestaciones episcopales. No sé si conocía entonces las declaraciones del máximo responsable de la política familiar del episcopado, el obispo Juan Antonio Reig Pla.

Nosotros estamos estremecidos tras leerlas.
Según este obispo, a quien ninguna autoridad eclesiástica desautoriza –con lo que se supone, dados los cargos que exhibe en el encabezamiento de las declaraciones publicadas en su web oficial, que esta es la manera de pensar de la jerarquía católica– el “Proyecto de Ley –recientemente aprobado por la mayoría del Parlamento Español- “no es sólo inicuo, sino que puede constituirse en una verdadera arma de destrucción masiva de vidas humanas, así como de la integridad psicológica de los que sobrevivan a ella”.
Esto es un buen ejemplo de terrorismo verbal de consecuencias imprevisibles. Hiere la sensibilidad de millones de españoles. Arma un peligroso fanatismo con calumnias. Decir que el parlamento español ha creado un arma de destrucción masiva es un ataque irresponsable a la democracia.
Y dando rienda suelta a su terrorífica diarrea verbal, formado como está por el “teólogo” Gironés, lanza contra el proyecto estas diatribas: “Se facilitan las conductas homicidas… Se hace posible el bioadulterio y el incesto genético… Afectado por una especie de Síndrome de Frankenstein, autoriza la producción de quimeras medio-animal / medio-hombre.
El cura Mantero, en su blog, se lo toma a broma. Ánimo, Pepe, y que la casulla de San Idelfonso te proteja. Tal vez el humor sea una salida.
Pero los cristianos que vivimos en Valencia no podemos menos de pensar que esta es la ideología con la que se está organizando el gran espectáculo mediático mundial de la visita del papa en julio y este es el tipo de obispos que hemos “ofrendado como nuevas glorias a España”. [Las palabras son del himo regional. La realidad es que de Valencia es el obispo Reig y de Valencia ha salido el grupo más numeroso de obispos en los últimos años, desparramados pot toda lapenínsula e islas].
Y nos invade una enorme tristeza y vergüenza.