Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

VALENCIA: Otra Iglesia posible ya es real

26-Febrero-2006    Antonio Duato

XVIII FÒRUM “Cristianisme i Món d’Avui”, 25 y 26 de Febrero.
La Iglesia católica en Valencia sale malparada últimamente en los titulares informativos: “La diócesis se gastará 600.000 euros para el escenario de la visita del Papa, para quien se prepara un apartamento de 180 metros construido sólo para que pase una noche”, “Un profesor jubilado de la Facultad de Teología de Valencia disculpa las agresiones de los maridos porque las mujeres les provocan con la lengua”. Sin embargo vuelvo esta noche del FÒRUM, cuyo tema ha sido “Mística y acción profética en el siglo XXI”, con la sensación de que esa otra iglesia posible, es ya realidad –aunque germinal– en Valencia.
Por décimoctava vez se ha reunido casi un millar de cristianos durante dos días para vivir y testimoniar lo que es la realidad de una iglesia cristiana, viva, creyente, celebrante, abierta, encarnada, comprometida, organizada y en comunión con los sucesores de los apóstoles. Ha sido un acontecimiento que no ha tenido nada de sectario y todo de eclesial.

Si alguien quiere más información sobre lo que es este FÒRUM anual de encuentro, que se apoya en un deseo y un trabajo- abierto a todos- de hacer iglesia, le invito a recorrer las diversas ventanas de su página Web cristianismeimondavui.org . Y si alguien lo prefiere, puede ir directamente al Mensaje final del Fòrum disponible en valenciano o en castellano . Las ponencias se publicarán próximamente en la web del Fòrum y avisaremos de ello.

Ahora yo voy a hacer un pequeño comentario a cada una de las notas con las que he resaltado el carácter plenamente eclesial de la realidad del Fòrum:

1. Realidad viva. Es una reunión anual que tiene historia y sigue creciendo en número de participantes. Su origen -como el de otros foros semejantes en otras diócesis y pueblos de España- está en los movimientos apostólicos y comunidades surgidas tras el Concilio, cuando a final de los años ochenta empezaban a verse desatendidas y marginadas en la actual involución que domina en la Iglesia y en la diócesis. Necesitaban encontrarse por lo menos una vez al año, no contra nada y nadie sino a favor de un cristianismo más vivo y auténtico. Y yo me he alegrado hoy, más que de encontrar a los viejos compañeros de siempre (el grupo de edad mayor lo constituimos los mayores de 50 años), de ver los muchos jóvenes que no conocía, algunos de los cuales son hijos de antiguos militantes.

2. Realidad creyente y confesante. Frente a lo que algunos creen, que los cristianos progresistas tienden a ocultar su fe o avergonzarse de proclamar el nombre de Jesús, me ha impresionado la continua referencia a Jesús y a su espíritu como motor de toda acción. No ha podido estar más presente la figura de Jesús y sus palabras no sólo en las ponencias (de Pedro Trigo. Mística y acción profética en la sociedad laica, de Mª Dolors Oller) sino en todas las intervenciones y testimonios, como el de ese grupo de Acat (Asociación de cristianos para la abolición de la tortura) que se identificaban con Jesús torturado y actuaban para liberar hoy a los torturados, rezando también con Él por los torturadores.

3. Realidad celebrante. Creo que uno de los éxitos de este foro en los últimos años ha sido cuidar hasta el detalle todas las celebraciones, verdadero ejemplo de liturgias creativas pero rigurosas y ordenadas, donde los textos, los cantos, los silencios y los gestos se armonizan en una profunda oración comunitaria. El sábado por la tarde celebramos la oración al estilo de Taizé, acompañados por el recuerdo, la voz y la imagen proyectada del hermano Roger. Hoy la eucaristía ha sido presidida por un venezolano, el jesuita Pedro Trigo, que ponía toda su unción en leer con titubeos las oraciones y fórmulas en valenciano. Y junto a él, en el presbiterio, ocho varones sacerdotes con sus albas y sotanas (expresando la acogida a la estructura sacramental de la Iglesia tal como hoy está vigente) y, mezcladas entre ellos, nueve mujeres que participaban en lecturas y moniciones (para expresar el futuro que esperamos en la organización de los ministerios).

4. Realidad abierta al mundo. Está en el título del foro: “el mundo de hoy”. Pero es sobre todo una realidad aplastante. Tras este día y medio la sensación es que este grupo de cristianos no se ha reunido para huir del mundo sino para conocerlo más y hacerse más presente en él. Creo que es nota distintiva frente a otros movimientos y reuniones que pretenden impulsar “la nueva evangelización”. Por eso la primera ponencia (una maravillosa exposición de Arcadi Oliveres titulada El sistema neocapitalista no tiene corazón” dio sentido y contenido a todas las otras reflexiones y oraciones cristianas. Por eso el cristianismo y la mística que se vive en el Foro invitan a salir a la calle, pero no para pedir en ella privilegios y marcar diferencias sino, como decía la representante de Villa Teresita –un centro de acogida en pleno barrio chino– ,“para vivenciar las palabras de Jesús cuando decía que las prostitutas nos precederán en el reino de los cielos”.

5. Realidad encarnada. Un ejemplo sólo. La asunción de la lengua del pueblo, el valenciano, con una discriminación positiva hacia él en los documentos e intervenciones de la organización, dada la historia de abandono que ha sufrido por parte de la Iglesia, pero dejando que cada uno pueda expresarse en la lengua que prefiera. La inculturación es vivida como exigencia de fe, pues el Hijo de Dios no se encarnó en una tierra y en una lengua concreta. Y el Arzobispo no ha hecho, en los muchos años que lleva, ni el esfuerzo de asunción y uso de la lengua vernácula que hizo el profesor Trigo el único día que estuvo entre nosotros.

6. Realidad comprometida. La cultura del ver, juzgar y actuar está tan metida en la mentalidad de los participantes en el foro, que rezuma en cada momento y en cada detalle. Por eso en la asamblea de hoy no había propuestas genéricas sino de cómo incidir en problemas concretos, de programas y ONGs de solidaridad, de compromisos cívicos, sindicales y políticos, de métodos educativos, de estilo de vida austero y de protección de la naturaleza.

7. Realidad organizada democráticamente desde la base, como un ejemplo de autogestión. Nadie lidera. Muchos intervienen. Pero todos los carismas organizados y trabajos para la unidad. Hay quien dirige el coro, hay quien toca la guitarra, hay quien dirige la fiesta y organiza los bailes, hay quien atiende a la guardería, hay quien “episcopea” porque está pendiente de todo por si falta algo… Y la comunidad religiosa de Jesús-María que cede el colegio, dando un ejemplo de generosidad y libertad.

8. Y dirá alguien que, para completar el modelo de Iglesia en acción sólo le falta la comunión con los sucesores de los apóstoles. Pero no le falta. Porque una de las primeras cosas que hace la coordinara del foro cuando empieza a preparar un evento anual es comunicarlo al Arzobispo y a los obispos auxiliares, invitándoles a acudir y presidir algún acto. Hace años, desde que el obispo Sanus era aún auxiliar, que no asiste ningún responsable diocesano. Pero este es su problema. El foro se siente en comunión. En las celebraciones están presentes y revestidos los sacerdotes ordenados sacramentalmente para presidir eucaristías, que establecen esa comunión. No todo lo que nace fuera de la expresa iniciativa jerárquica, como ejercicio de responsabilidad que tienen todos los cristianos, está fuera de la comunión. Si alguien rompe la comunión en un caso como éste no son los que lo organizan y participan en él sino el obispo que no sabe acoger la legítima libertad y pluralidad de las comunidades.

Después del Concilio se hizo un notable esfuerzo de adaptación de la diócesis al nuevo espíritu eclesial que concebía la Iglesia como sacramento de Dios en el mundo y nuevo pueblo de Dios. Se trataba de partir de la realidad del mundo, no de nuestro mundillo eclesiástico. Por eso se partía de zonas naturales y de sectores de ambiente. Zonas pastorales y movimientos especializados. A todos, laicos, religiosos y sacerdotes nos unía una misma misión. Era necesaria la corresponsabilidad y la colegialidad. Y como expresión de ello el consejo del presbiterio, los consejos de laicos y religiosos, el consejo pastoral integrando a los anteriores, todo expresiones teológicas de autogestión y democracia, que se quedan en formalismos si no permanece el espíritu.

Como único superviviente del equipo de gobierno diocesano que en 1967 emprendió aquella tarea de reforma [González Moralejo y Teodoro Úbeda a la cabeza del proyecto y Pla, Torregosa, Aguilar y Morell secundando. Los seis ya en la casa del Padre], quiero manifestar, para acabar, que ayer vi el mejor resto de aquella renovación y aquel espíritu: análisis riguroso de la realidad social que nos interpela; laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes unidos en la misma tarea de conjunto y no ocupados en hacer capillitas, sectas o guetos; sacerdotes casados que respetan tiempos y normas excluyentes pero que se siguen viviendo la iglesia de Jesús más hondamente que nunca; inculturación en el país concreto y apertura universal; vocación a ser fermento del reino y de la gran familia de los hijos de Dios que trasciende a la misma iglesia histórica.

¡Qué pena que la actual jerarquía, en vez de atender y fomentar este modelo, opte por una iglesia replegada sobre sí misma, que intenta evangelizar a través del dinero, el poder y los grandes espectáculos mediáticos de cartón piedra que pasan sin dejar nada cimentado en el Cristo real!

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