Esta sociedad de la información es tan eficaz para hacernos vivir los acontecimientos (la rebelión “naranja” en Birmania) como para hacer que los olvidemos. No quisiéramos caer en esta trampa. Y Eloy, que entonces nos facilitó la mejor información, nos lo recuerda ahora con ocasión de los Juegos Olímpicos que antes de medio año se inaugurarán en China, el único Estado que puede forzar un cambio en Birmania.

JUEGOS OLIMPICOS Y DEMOCRACIA EN BIRMANIA

Como pone de relieve el Editorial del “Boston Globe” del 14 de enero de este año, el Gobierno de China está intentando que el 8 de Agosto del 2008 sea una fecha propicia, de buen augurio. A China le gustaría convertir los Juegos Olímpicos de 2008 en un escaparate universal que le permita mostrar una imagen remozada ante el mundo.

Por otra parte según algunas informaciones (Ver EL PAÍS de 14-02-2008, págs. 2 y 3, internacional) se están produciendo ya algunas renuncias a participar en los Juegos por parte de personas significadas y China ve con preocupación la posibilidad de que se generalice una posición de boicoteo a los Juegos de lo que existen precedentes como cuando en 1980 fueron boicoteados los Juegos en Moscú por la invasión de Afganistán.

En resumen lo que sucede es que China, con una situación interna de carácter autoritario y no democrático, está ejerciendo un creciente poder de influencia en muchos otros países, de su propia área geoestratégica e incluso fuera de ella siendo preocupante la que pueda ejercer en países de economías precarias o emergentes.

En esta política internacional (de carácter propiamente político y también comercial) China parece no dudar en facilitar apoyo y armas a Gobiernos abiertamente no democráticos e incluso despóticos como sucede con los casos de Birmania (hoy Myanmar) y Sudán, entre otros. La cuestión de Sudan y la crisis de Dafur son los que han provocado la renuncia de Steven Spielberg a su papel como consejero artístico de los Juegos Olímpicos a celebrar en Pekín, afirmando: “mi conciencia no me permite seguir”. También a la cuestión de Sudán se refiere la carta de 120 parlamentarios de los Estados Unidos dirigida a China.

En esta coyuntura parece ineludible destacar la situación de Birmania, un país fronterizo de China y bajo su directa e inmediata tutela política y comercial, y que está regido por una cruel dictadura militar.

Recordemos que las autoridades chinas han establecido el comienzo de los Juegos Olímpicos en Beijing (Pekin) en una fecha y horas con ribetes cabalísticos, precisamente para las 8 p.m. del 8-08-2008 (cuatro ochos).

Resulta en este aspecto curiosa la información facilitada por la BBC el 3 de Octubre de 2007, según la cual Tom White, que fue agregado cultural del Reino Unido en Birmania durante las protestas de 1988, afirma que la Junta Militar Birmana se dejaba guiar por la suerte de los números. Según esta información el dictador Ne Win habría hecho del “9″ el número de su suerte. Y según esta misma información el número favorito del movimiento democrático en Birmania sería el “8″, así la sublevación desatada por el pueblo birmano contra la dictadura comenzó precisamente el 8-08-1988.

Consiguintemente para el pueblo Birmano la fecha de comienzo de los Juegos Olimpicos de Pekin (8-08-2008) vienen a rememorar los atroces recuerdo de una esperanza que resultó truncada, reprimida y bañada en sangre, pues coincide con el veinte aniversario del levantamiento popular del pueblo de Birmania contra la Junta Militar. Este levantamiento fue protagonizado por la llamada “Generación de estudiantes del 88″, al igual que recientemente, en 2007, los monjes budistas birmanos protagonizaron la llamada “revolución azafrán”.

El 26 de Agosto de 1988, ante la Padoga Shwedagon, la hoy Premio Nobel de la Paz Aung San Suuu KYi dirigiéndose a los “reverendos monjes ” y “al pueblo” manifiesta el deseo del pueblo de Birmania de tener un sistema de gobierno democrático y multipartidista, y pone de relieve la contribución de los estudiantes a la consecución de este deseo. Suu Kyi se expresa, como siempre, con palabras de paz y tiende su mano también al ejercito y a los soldados, para que contribuyan a facilitar el camino de la democracia, citando a su padre, Aung San, considerado el liberador de Birmania y héroe por excelencia entre el pueblo y los militares.

La historia desde entonces es bien conocida. El sueño democrático de los estudiantes y del pueblo se frustró, Suu Kyi fue arrestada el 20 de julio de 1989 y aunque su partido NLD (Liga Nacional para la Democracia) gano las elecciones del 27 de mayo de 1990, nunca la Junta Militar Birmana reconoció el resultado y ha mantenido hasta hoy una férrea dictadura.

Precisamente en la coyuntura actual en la que Pekín se propone inaugurar los Juegos Olímpicos en fecha de conmemoración tan significativa para los birmanos, es oportuno recordar el indispensable apoyo que China ha venido dando a la dictadura de la Junta Militar de Birmania, y así lo destaca el citado editorial del “Boston Clobe”.
Recuerda también este comentario editorial el reciente cambio de postura de la India, hasta hace poco proveedora de armas al régimen militar birmano en competencia comercial con China.

Los presos políticos existentes en Birmania, las personas desplazadas a la fuerza de sus hogares y regiones de origen, las personas que realizan trabajos de obras públicas en condiciones de esclavitud, incluidos niños y mujeres, la oposición silenciada y encarcelada, la realidad internacionalmente conocida del arresto de la Premio Noble de la Paz Aung San Suu Kyi, todo clama para que el 8-08-2008 el Gobierno de Pekín pueda escuchar el clamor del mundo libre, para que propicie el camino hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos en Birmania.