La fe personal puede ver en la Trinidad de Dios el Alfa y Omega de toda realidad. Pero, para ser auténtica y no evasiva, esa fe debe promover con realismo una acción social tramsformadora que necesita mediaciones de personas, grupos y organizaciones entre hombres de diversas creencias. Esto tan elemental pero tan olvidado es lo que recuerda este artículo de uno de los más asiduos comentaristas de otros temas.

En otro artículo mío sobre la dinámica trinitaria de la Comunidad terminaba diciendo: “La vivencia de esa dinámica Eucaristía-Trinitaria crea la necesidad de compartirla-trasmitirla-entregarla (Evangelización), hasta tal punto, que nuestras relaciones, multiplican ¿encarnan? esa presencia de Dios y eso nos transforma en comunidad signo-sacramento.”

Voy hacer en este una aclaración: estoy planteando esto desde mi punto de vista –que es eclesial–, pero hay muchos aspectos que podríamos calificar de antropológicos y, por ello, decimos que pueden extenderse a otras comunidades y tradiciones.

No existe otra forma de encontrar a Dios que en la vida, la realidad, los acontecimientos y las personas que nos rodean,. Me parece que no existe un encuentro de Dios sólo entre tu y yo. Por lo menos en mi experiencia, Dios me remite al otro… su encuentro siempre implica un envío a mi propia realidad, para encontrarlo, convertirme y comprometerme con los procesos liberadores de ahora y aquí. Este envío me relaciona con procesos históricos y personas, me obliga a tomar opciones y a buscar maneras (acciones) de ir transformando mi historia, que en Él creo-vivo-realizo como Reino…

Pero todo lo humano y, por lo tanto, los procesos históricos son duales. Es decir, toda organización tiene algo de claridad y algo de oscuridad… por lo que este proceso no alcanzará plenamente la construcción en Él del Reino, presentará sus oscuridades y sus retrocesos. Pero por ello no se debe dejar de comprometernos… En este estado, sostener la acción sólo por sí mismo y al margen de toda comunidad, mantener la coherencia, discernir siempre correctamente, es imposible.

Pero esta pedagogía de Dios para actuar en la historia, nos enseña a encontrarnos, a comprometernos entre nosotros y con Él, seamos creyentes o no.

¿Cuál es el papel de la Iglesia? Propiciar, tanto a nivel social como religioso, la creación de Comunidades de Base… es decir de nucleamientos, ya sea sociales, políticos, económicos, culturales, que promuevan la Liberación y la humanización (organismos intermedios –sindicatos, movimientos, agrupaciones, organizaciones sociales, cooperativas– reivindicativos) y esto con creyentes o no… con Cristianos o budistas… Esta dimensión antropológica intentará superar uno de los problemas más acuciantes, el aislamiento, en encerramiento en sus propios problemas e intereses o en la condena del sistema a la no existencia de personas-grupos-poblaciones.-

Hoy denunciaban en el informativo que varios sudamericanos fueron devueltos sin permitírseles entrar a España, llevando todos lo reglamentario (lo que se pide), y la muchacha denunciaba que las autoridades habían desnudado, golpeado y encerrado a un hermano africano, al intentar entrar con todo lo requerido (incluyendo el dinero) en el aeropuerto…

Existen grupos-poblaciones victimas de injusticia que no existe, porque el sistema las extirpa, las expulsa o las acalla, que a mediano plazo suele equivaler a una condena a muerte.-

Romper con esas dinámicas necesita de esas comunidades intercomunicadas. El sistema de redes alternativas jugará un papel cada vez más decisivo, para multiplicar la capacidad de comunicar e influir de otros grupos, la coordinación y apoyo de las plataformas reivindicativas… en esta realidad la Iglesia, deberá construirse a partir de comunidades (como en el principio), los servicios, tendrán que ir adaptándose, para servir a una realidad cambiante, pero las comunidades y NO LOS MOVIMIENTOS, serán su cuerpo…Comunidades, donde todos… no importa que servicio estemos dando, tengamos un ámbito, en donde confrontar, la vida y la historia en la que estamos inmersos en tanto personas o pueblos, con el Evangelio (Buena Noticia), para convertirnos-comprometernos, en su transformación. (Gadium et Spes Nº 40)