Contrariado está el autor -y con razón- porque el anterior artículo del mismo título fue reproducido, sin saberlo él y recortándole el inicio, en otro blog. Pero este incidente le ha motivado a insistir en lo dicho en esta segunda entrega sobre el mismo tema, con la que contesta a los comentarios allí vertidos…

En primer lugar, he visto que en Religión Digital han publicado –en un blog llamado Rumores de Ángeles, que no conocía hasta que el moderador me lo indicó– una reflexión que yo realicé para ATRIO. Nunca pensé que alguien pudiera tomarla de ATRIO, mutilarla y publicarla sin citar procedencia. Al no mencionar el blog antemencionado esos nombres y acciones con que empieza el articulo, le quita la carne y la sangre. Mi punto de vista de la visión que doy sobre la Obra está anclado en la realidad Latinoamericana, que lucha por llegar a una forma justa de la relación socioeconómica, política, cultural y ética, como paso indispensable para ir avanzando en el despliegue del Reino de Dios en medio nuestro…

El Opus en esta Latinoamérica nuestra aparece asociado al poder y la riqueza. Por supuesto que desarrolla actividades de caridad y por supuesto que deben existir gentes que honestamente en la obra buscan a Dios, pero en tanto institución, en América Latina, esta asociada a los grupos de poder y a una cruzada santa, contra toda reforma progresista y reclamo de justicia y como vimos, con los nombres planteados en la reflexión anterior, dispuesta a aplastar todo intento de Liberación y de ejercicio comunitario del carisma profético de las comunidades en la denuncia de la injusticia y en el anuncio de la justicia…

Y si he invertido tiempo y energía para realizar esta reflexión es porque espero que les llegue la visión crítica que muchos tenemos de la obra, por sus frutos y acciones, de tal manera que puedan ejercer la autocrítica…

Creo que los hechos que relatamos protagonizados por sus obispos…no hacen mal tanto a la obra, como a la misión de la Iglesia misma… que es el anunciar y colaborar en la despliegue del Reino de Dios en medio nuestro… en Él y con todos los hombres de buena voluntad, sin importar su tradición religiosa e incluso su supuesto ateísmo… Porque sin Dios no hay Reino posible, aunque a veces un ateo obre como más creyente que un creyente y adore con su vida a Dios, en espíritu y en verdad, más que quienes se confiesan creyentes y respetan rigurosamente el aspecto cultual…

Finalmente es bueno escuchar del Papa cuando nos dice, que la Palabra de Dios no debe ser manejada como una crónica histórica, sino descubrir su valor salvífico en la alegoría… Debería algún obispo que suspende a teólogos por decir lo mismo, aprender de su Pastor. Y finalmente cuando se habla de vínculo en el amor, vínculo comunitario que supone libertad, como una tensión que nos permite crecer, uno esperaría, que todos dentro de la Iglesia se dieran cuenta de que por amor a los más débiles, pobres y expoliados, debemos levantar la voz profética que nos surge como mandato del Espíritu para denunciar la injusticia y estar al lado del pequeño y del pobre comprometido con sus luchas y compartiendo su destino, no limitándonos a hacer caridad –lo que esta muy bien–, sino también para construir con nuestra lucha un mundo más justo, humano y fraterno, en Jesús Resucitado, nuestro Señor.

Mi reproche es pues a la organización desde esta realidad nuestra Latinoamericana, porque más allá de gestos de caridad, si alguien consiente en que los bienes de todos no sean justamente distribuidos, si no urge a que cada uno tome los bienes necesarios únicamente y comparta todo lo demás, si se opone a la lucha por un mundo más justo, humano y fraterno y alienta a que no se cumpla el destino universal de los bienes que el mismo Padre dispuso, entonces le caerá, sea creyente o no, el reproche de San Basilio:

“Así son los ricos: han tenido buen cuidado de ocupar lo que era común y ahora se empeñan en que el hecho de haberse anticipado les hace propietarios. Si cada uno tomara nada más lo que necesita para satisfacer sus necesidades y dejara el resto a quien lo necesite, no habría ricos ni pobres (San Basilio, Arzobispo de Cesarea del S. IV).”

Ese es mi reproche a la Obra, estar al lado de los que acumulan no siendo fiel al mensaje evangélico y el intentar ahogar con su poder el grito profético de la Iglesia de los Pobres…

Por eso protestamos enérgicamente contra el uso que ese blog “Rumores de Ángeles” le dio a un artículo sin pedir permiso y contra la mutilación que empobrece el planteo…