Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La Obra de Dios es liberar a los pobres III

16-Octubre-2008    Gabriel Sánchez

Estoy que ardo. Leyendo a los entrañables hermanos de Panamá Profundo, me encontré con este testimonio: Lo que he visto y oído en la Costa de Abajo de Colón. Vale la pena leerlo. En él se consigna la persecución de Mons. Aguilar, de la Diócesis de Colon, digno hijo… del Opus.

Seguir las aventuras de Mons. Aguilar da testimonio con su conducta de cómo es el Opus Dei. Ahora se dedica a perseguir y tratar de desmontar las comunidades y su coordinación que llevan décadas de camino en esa porción del Pueblo Panameño. Parece que vuelve a la acción, en contra de los que luchan por su liberación, esa oscura concusión de intereses entre determinados capitales y algunos sectores de las jerarquías…

Quiero volver a dirigirme a los hermanos de las comunidades de Colon que resisten y luchan. Toda la Iglesia Latinoamericanas tiene los ojos y el corazón en el medio de vuestra lucha a la que reconoce como el camino de encuentro con Jesús Resucitado y es en la lucha de los pueblos que sufren y luchan por sus derechos, en donde como dicen los obispos Latinoamericanos en Aparecida, donde se juega la FIDELIDAD DE LA IGLESIA A JESUCRISTO…

    También lo encontramos de un modo especial en los pobres, afligidos y enfermos (cf. Mt 25, 37-40), que reclaman nuestro compromiso y nos dan testimonio de fe, paciencia en el sufrimiento y constante lucha para seguir viviendo. ¡Cuántas veces los pobres y los que sufren realmente nos evangelizan! En el reconocimiento de esta presencia y cercanía, y en la defensa de los derechos de los excluidos se juega la fidelidad de la Iglesia a Jesucristo. El encuentro con Jesucristo en los pobres es una dimensión constitutiva de nuestra fe en Jesucristo. De la contemplación de su rostro sufriente en ellos y del encuentro con Él en los afligidos y marginados, cuya inmensa dignidad Él mismo nos revela, surge nuestra opción por ellos. La misma adhesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y solidarios con su destino.

    (Aparecida 257)

En el VIII Encuentro de Comunidades eclesiales de base de Latinoamérica y el Caribe se decía:

    A lo largo de estos días marcados por la oración y la reflexión, la lucha y la fiesta, hemos compartido y reflexionado, de nuestras culturas, sobre la vida y el caminar de nuestras comunidades a lo largo del continente. Caminar de luces y sombras, de signos de muerte y de vida, donde aparece claro la Esperanza resistente y creativa que nos anima y lo nuevo que está surgiendo en nuestros países. Desde esta mirada hemos podido detectar e iluminar con la Palabra de Dios, aquellas realidades dolientes y esperanzadoras que nos desafían y animan, y que pasamos a detallar:

    1- La globalización neoliberal y sus consecuencias en la vida de las personas y de la naturaleza: Sentimos en nuestras vidas y en la naturaleza las consecuencias de este sistema homicida y genocida que lo único que busca es el lucro y la ganancia en la explotación de los variados recursos naturales (minería a cielo abierto, explotación y contaminación de las aguas, deforestación, etc.)”

Que quienes intentan desmantelar vuestra vida, vuestra lucha y vuestra coordinación, se oponen al Espíritu Santo y renuncian a esa fidelidad a Jesucristo que pide Aparecida, y atacan la fe de los pobres, de los pequeños y de los sencillos… un ataque, que con seguridad encontrará a esas queridas comunidades con la fuerza y la esperanza que han confirmados todos estos años de lucha contra gobiernos que entregan los recursos a multinacionales depredadoras y asesinas.-

Me atrevo a advertir a la Iglesia que dirige Mons. Aguilar, como se advierte a un hermano: te alejas de la fidelidad a Dios si sigues intentando destruir a las comunidades, lo único que vas a lograr así es hacerlas más fuerte…

No entendemos la actitud de Roma, al nombrar a este obispo, generando así enfrentamiento y división en la Iglesia… Recordar que la Iglesia es el pueblo de Dios y repetir la advertencia de Ezequiel (Ez. 34, 2-10) hacemos un llamado a todos los creyentes de buena voluntad que oren por la conversión de Mons. Aguilar, y aquellos que tengan poder, que le instruyan a no dividir el Pueblo de Dios.-

Porque quien no advierte a su hermano que va por mal camino, le será recordada la advertencia de Yahvé a Ezequiel y que es valida para todos los profetas… “pero de su sangre yo te pediré cuenta a ti…”(cfr.33, 8-9)

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