Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

NO PREDIQUEMOS A LOS CIENTÍFICOS

06-Abril-2006    Atrio
    Sobre Diseño Inteligente hemos publicado varias entradas en ATRIO (ver índice de temas) que han sido ampliamente debatidas. Hoy podemos presentar el pensamiento de Hans Küng sobre el tema, gracias a la colaboración de Mertxe Renobales que se ha encargado de la traducción de una entrevista reciente. Y sugerimos también la lectura de un Manifiesto de científicos publicado en Le Monde -sin traducción por ahora- que nos ha enviado Eduardo Mairlot.

Dios no es una categoría para la ciencia, pero hay sitio para creer en la creación divina, dice el teólogo Hans Küng.

Entrevistado por Tom Heneghan y publicado en la página web de Beliefnet el 17 de marzo de 2006.

París - En el debate sobre la evolución y el diseño inteligente, las voces conservadoras han predominado entre los que defienden la idea de que Dios tuvo un papel en la aparición de las especies. Ahora, uno de los liberales católicos más señalados, el teólogo Hans Küng, ha publicado un libro que acepta la evolución como la describen en términos generales los científicos aunque sigue manteniendo un papel para Dios. Según él la actividad de Dios no está en diseñar formas complejas de vida, como proponen los defensores del diseño inteligente, sino en fundamentar las leyes de la naturaleza por las cuales la vida evolucionó y en facilitar la aventura de la creación a lo largo de los 13.700 millones de años. Küng tiene poca paciencia tanto con los científicos que no ven más allá de los límites de su disciplina como con los creyentes que tratan de decir a los expertos cómo debieron de ser las cosas.

En 1979 le fue retirada la licencia para enseñar teología católica al sacerdote, nacido en Suiza, que ahora tiene 77 años, porque desafió la doctrina de la infalibilidad papal. Es un prolífico autor que cayó en desgracia en Roma durante varias décadas. Pero el tono cambió cuando Joseph Ratzinger, antiguo compañero de Küng de la facultad de teología de la Universidad de Tübingen en Alemania, se convirtió en el Papa Benedicto XVI el pasado abril. Aunque el Papa es innegablemente conservador, le invitó a una cena de amistad a su antiguo y rebelde compañero. Entre los temas que hablaron estaba el nuevo libro de Küng sobre la evolución, Der Anfang aller Dinge (en inglés: The Beginning of all things).

Küng habló con Beliefnet por teléfono desde su despacho en la Universidad de Tübingen. Lo que sigue es la traducción al castellano de la traducción al inglés de sus comentarios en alemán.

¿Cuál es su postura en el actual debate sobre la evolución?

Entiendo los puntos de vista de los agnósticos y de los ateos. Pero también veo las cuestiones que el agnosticismo no puede y no quiere contestar. Comprendo perfectamente a aquellos que quieren tener una base en la fe pero piensan que el fundamentalismo que considera la Biblia literalmente no le hace justicia ni a la Biblia ni a las personas de hoy día. Podemos llegar a lo que yo llamaría una postura razonable en el medio.

¿Qué dijo el Papa cuando se encontraron en Agosto?

Estuvimos de acuerdo en que la razón de las ciencias naturales puede entrar en un diálogo con la fe. El Papa no representa una fe irracional. La fe, como decía Pascal, tiene sus razones que la razón desconoce. Un diálogo es posible.

¿Qué opina el Papa de su planteamiento?

Dijo que todos los especialistas en teología fundamental deben [dialogar con los científicos] pero tú [Küng] eres el que puede hablar con ellos como su igual. Esto no quiere decir que tengo que hacerme físico ni biólogo, sino que debo conocer los resultados más importantes de la astrofísica o de la microbiología y reconocerlos. No tiene sentido dudar de sus conclusiones porque presenten algunas pequeñas dificultades, como hacen a veces los partidarios del diseño inteligente o los creacionistas. Pienso que lo que está ahí es lo que hay. Un teólogo no debe dudar del consenso científico, sino que debe ver cómo puede tratarlo.

¿Intervino Dios en la evolución?

La palabra ‘intervenir’ no es muy acertada porque significa ‘meterse entre’. Una intervención generalmente es algo violento o agresivo. Yo rechazaría la idea de que Dios interviene contra las leyes de la naturaleza. Más aún, diría que para la ciencia Dios no es una categoría porque Dios por definición es una realidad que está más allá del tiempo y del espacio, y por tanto no pertenece al mundo de nuestra experiencia científica. Pero hay preguntas que la ciencia no puede contestar. La pregunta fundamental de la filosofía, según Leibnitz, es “¿porqué hay algo en lugar de nada?”. La ciencia no la puede contestar.

En su libro Ud. dice que la religión puede interpretar la evolución como creación.
‘Creación’ es un concepto que explica el origen de las cosas pero es también el proceso continuo de la vida. Por eso podemos interpretar la evolución como creación, pero esto lo hago como creyente, no como científico. ¿De dónde vienen las leyes de la naturaleza?

Prefiero hablar de las constantes de la naturaleza. Considere la velocidad de la luz. ¿Por qué ha estado ahí desde el comienzo? Es necesario preguntarnos: ¿de dónde viene? ¿cómo evolucionó la materia en lugar de permanecer como gas? Los astrofísicos pueden retroceder tan sólo hasta justo después del Big Bang. Yo tengo que ir más allá del tiempo y del espacio, y entonces podemos decir, “no sé”. No se debe hablar de Dios ligeramente en sentido antropomórfico.

¿Así que Ud. quiere distanciarse de la imagen personal de Dios?

No quiero distanciarme. Pero si hago la pregunta desde el punto de vista científico, no puedo referirme a Dios Padre. En términos científicos es absurdo. El símbolo del padre ciertamente tiene una función y cuando leo la Biblia no tengo ningún problema con él. La causa fundamental del mundo es Dios. Pero también puedo rezar el Padre Nuestro.

¿Necesitó la materia una inteligencia anterior para organizarse?

La materia necesita constantes en el comienzo. Necesita masa y una energía inicial. ¿De dónde la obtiene? Esta energía inicial funciona según ciertas constantes naturales cósmicas que vienen dadas. No se inventaron ni se introdujeron en ningún momento. Ningún biólogo diría que se necesita una intervención o un organizador para que la vida surja de la materia inerte. Pero, ¿qué es lo que une todo y le hace funcionar? ¿De dónde viene todo? ¿Por qué no se desorganiza todo?. Estas son las grandes cuestiones que un científico no puede contestar. Vamos por mal camino en cuanto se intenta forzar intelectualmente a los científicos a reconocer a Dios.

El Papa Benedicto XVI y el Cardenal Schönborn han entrado en el debate de la evolución para contrarrestar lo que ellos consideran como la influencia creciente del pensamiento materialista. ¿Esto influyó en Ud.?

Estoy de acuerdo en que el materialismo es una visión primitiva del mundo, aunque se presente en una forma sofisticada. Pero no es bueno tratar de demostrar la religión a los científicos. Esta no es mi intención. Es un logro increíblemente gigante para la humanidad que, al final de un proceso de 13.700 millones de años, haya pequeños seres que son los primeros, por lo que nosotros sabemos, en tratar de entender todo esto. Es un logro sorprendente. Para un creyente, la ciencia puede explicar el proceso de la creación en una magnífica forma, completamente diferente de la visión de que todo ocurrió en 6 días. Y sin embargo, el científico puede tener una imagen diferente de la realidad cuando admite que “hay más entre el cielo y la tierra que lo que sueña tu filosofía”, en palabras de Shakespeare. No se puede reducir al música simplemente a física y matemáticas.

¿Por qué dice Ud. en su libro que el hombre no es la corona de la creación?

“Corona” suena mucho a ‘auto-coronación’, como si fuéramos el producto final. ¿Qué seremos dentro de unos pocos miles de millones de años? Es suficiente decir que somos los preliminares del producto final.

¿Es el hombre sólo un producto secundario?

No, yo no diría eso. Esta es la gran cuestión del principio antrópico. Las últimas investigaciones muestran que, por lo que podemos conocer, no hay vida en ningún otro sitio del universo. Probablemente estamos solos. ¡Qué curioso que estemos en una estrella completamente secundaria de la Vía Láctea, que es una de cientos de miles de galaxias! Una persona religiosa puede decir que la creación obviamente tiene una finalidad. Pero esta es una afirmación religiosa. No debemos hablar de diseño inteligente. El hecho de que hayamos surgido es un producto de la necesidad y del azar.

¿Por qué es la evolución tan controvertida en Estados Unidos pero no en Europa?

También hay interés aquí [en Europa], pero hay una gran diferencia. Aquí hay muy pocos fundamentalistas. Las clases de religión en nuestras escuelas son mucho más sofisticadas y las clases de biología también son mejores aquí. Muchos americanos nunca han tenido un curso de biología serio. Tampoco tenemos aquí, como ocurre en América, profesores que tienen miedo de enseñar estos hechos biológicos porque algunos padres puedan montar una bronca. Es un tema tan politizado en América. Todos estos casos sobre la evolución en los tribunales son contraproducentes: dañan a la religión y no ayudan para nada.

Tom Heneghan es el editor de temas religiosos de la agencia de noticias Reuters de París. Es co-autor del libro “Pope John Paul II: reching out across borders” (Reuters / Prentice Hall, 2003).

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