Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Un nombre para recordar: Shirin Ebadi

24-Diciembre-2008    Eloy Isorna
    Algunas revistas publican por ahora el designado Hombre del Año. Nosotros queremos en esta Navidad que anuncia una nueva vida y una nueva sociedad, proclamar a esta mujer que nos presenta Eloy, junto a las otras que él cita y otras que podéis ir añadiendo Mujer y Mujeres del Año. No hay nada más difícil que mantener la esperanza de los derechos humanos y la igualdad real de la mujer son compatibles con todas las religiones y culturas, incluido el islam, desde el mismo centro de una nación dominada por el islamismo radical.

    Shirín Ebadí: Una mujer en el “santoral” de las defensa de los Derechos Humanos
    Un nombre para recordar, en el 60 aniversario de la Declaración de Derechos Humanos, y al hilo de una injusticia.
    Junto a Rigoberta Menchú , Aung San Suu Kyi , y otras muchas, Shirín Ebadí merece ser situada en un hipotético “santoral” de mujeres defensoras de los derechos humanos y la democracia.

La noticia que ahora (22-12-2008) nos llega y trae su nombre a la actualidad es muy breve. Está fechada el 21 de diciembre de 2008 en Teherán y dice que el Centro o Circulo de Defensores de Derechos Humanos en Teherán, que dirige Shirín Ebadí, ha sido cerrado por las fuerzas de seguridad. En la sede de esta organización estaba prevista una ceremonia para celebrar el 60 aniversario de la Declaración de Derechos Humanos.

Quizá hayamos olvidado que Shirín Ebadí es Premio Nobel de la Paz de 2003 (el nombre de Shirín Ebadí, no es fácil de recordar, al igual que el de la birmana Aung San Suu Kyi, en nuestros hábitos de lenguaje). Shirín Ebadí, es mujer y esto ha sido un problema más, añadido a su pacifica lucha por la democracia y la defensa de los derechos humanos. Nació en Irán en 1947. Se graduó en Derecho en la Universidad de Teherán en 1968 (año en que fue asesinado Luther King) y en marzo de 1969 fue nombrada juez, la primera mujer juez en Irán. Diez años mas tarde, en 1979 (año de la revolución iraní, capitalizada por el ayatolá Jomeini, que derrotó al dictador Sha Mahammed Reza Pahlevi) fue privada de su cargo y relegada a trabajos administrativos en el juzgado que había presidido.

Su lucha se ha desarrollado en un doble frente: el de la acción pacífica en el día a día y el de la clarificación y difusión conceptual.

En el campo de la pacífica acción, ha sido defensora de su propia dignidad como persona y como mujer y la de otros, defendiendo justas causas ante los Tribunales (una vez que a partir de 1992 y después de muchas solicitudes fue autorizada a ejercer como abogada); estableció una asociación para la defensa de los derechos del niño en Irán; también, en asociación con otros abogados, una asociación para ofrecer servicios legales gratuitos a demandados y prisioneros políticos por razones ideológicas y a sus familiares. Igualmente, a partir de la concesión del Premio Nobel, estableció una organización para la remoción de minas, entre otras acciones.

Desde el punto de vista conceptual, cabe señalar que ha publicado once libros dedicados principalmente a los derechos humanos. Defiende que no es verdad que de acuerdo con el Islam , las mujeres no puedan ser abogadas o jueces, como le dijeron después de la revolución. También defiende que no hay incompatibilidad ninguna entre el Islam y la defensa de los Derechos Humanos, si bien reconoce que, desafortunadamente, la situación de los derechos humanos no es muy buena en la mayoría de los países islámicos. Shirín Ebadí afirma que “(…) Los estudios islámicos muestran que el Islam no presenta incompatibilidad con los derechos humanos” . Pero esta visión cuenta con dos tipos de oponentes: Por un lado los occidentales defensores de la guerra y el “choque de civilizaciones”, y por otro “algunos gobiernos islámicos que son también dictatoriales que violan los derechos de su gente (y buscan legitimidad para hacerlo)”.

En el pensamiento de Shirín Ebadí está la idea de que es la cultura y no las normas del Islam, ni la concepción religiosa del Islam, las que discriminan a la mujer. Es la interpretación del Islam desde una cultura represiva. Así afirma que “la cultura presenta raíces mas profundas que la religión. Varios factores se combinan para constituir la cultura de una nación, uno de los cuales es la religión. Al igual que cualquier otra ideología la religión está abierta a la interpretación. Es la cultura de una sociedad la que ofrece su propia interpretación de lo que la religión debiera constituir (…) Por lo tanto las interpretaciones de una ideología o religión (incluido el Islam) no son específicas de una sociedad. Cualquier ideología está abierta a varias interpretaciones”. Por eso ella había dicho ya en 2003, al recibir el Premio Nobel: “La difícil situación discriminatoria de las mujeres en los estados islámicos, también, ya sea en la esfera de las leyes civiles o en el ámbito social, político y de justicia cultural, tienen sus raíces en la cultura patriarcal y dominada por los hombres que prevalece en estas sociedades, no en el Islam”

El concepto que tienen Shirín Ebadí sobre los derechos humanos es global, no cabe prioridad o acentuar más los unos que los otros, los derechos civiles y políticos y los derechos económicos. Afirma: “Los derechos humanos son indivisibles. La humanidad los necesita a todos. La libertad sin justicia social no sirve y la justicia social no tiene sentido en ausencia de las libertades individuales. Para un individuo se requieren los derechos humanos en su totalidad” .

También piensa que en el plano de las grandes estructuras es preciso seguir profundizando en la democracia y el respeto a los derechos humanos y, entre ellas, en la ONU y el Fondo Monetario Internacional. Por otra parte, no dudará en afirmar: “La lucha contra el terrorismo es una lucha legítima y debe llevarse a cabo. Sin embargo no debería convertirse en una excusa para violar los derechos humanos. La lucha por los derechos humanos debería enmarcarse dentro del ámbito de las Naciones Unidas. Al mismo tiempo los terroristas deberían ser arrestados y juzgados. Pero (….) juzgar a terroristas solamente no es suficiente. Hay que enfocar el terrorismo buscando las causas de sus raíces. El terrorismo emana de dos fuentes básicas: una es el prejuicio. El prejuicio es resultado de la ignorancia y la falta de educación. Si buscamos erradicar el analfabetismo en el mundo estamos dando de hecho, los pasos para controlar y combatir el terrorismo. La segunda raíz del terrorismo es la injusticia. Debemos buscar reducir las fuentes de injusticia en el mundo. Si eliminamos estas dos causas, seguramente podremos liberarnos del terrorismo también.”

NOTA: Fuente de las declaraciones citadas de Shirín Ebadí: “Violencia política y derechos humanos. Shirín Ebadí en conversación con Neermen Saikh” Traducido del inglés por Gabriela González. En internet: Polylog. Foro para filosofía intercultural 5 (2004) y Discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz 2003

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