Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La Mística de los mártires

06-Mayo-2009    Gabriel Sánchez
    Este artículo de Gabriel quiere ser otra visión de la mística hoy, basada en experiencia y memoria del martirio. No hay duda que el martirio tiene una gran importancia en la formación de cristianismo. Pero hay que tener cuidado con no absolutizar este paradigma como muestra Marciano Vidal en este artículo de Iglesia Viva, que recomendamos, a quien quiera profundizar más el tema, tras leer el de Gabriel. Como siempre, nuestro amigo uruguayo empieza presentando un hecho y haciendo luego su comentario…

  • I. Roberto Killmeatte con los productores de la película 4 de Julio.
    • Por Laura Vales

    ¿Quién diría que ese hombre que acaba de entrar, protegido del frío por una campera gris y una bufanda, alguna vez fue sacerdote? Llega con su mujer, Ana, y apenas se acomoda en la silla cuenta que nunca le gustaron las sotanas. Lo dice y se abalanza sobre el plato de facturas en un gesto que rompe cualquier pose. El entrevistado es Roberto Killmeatte, sobreviviente de la masacre de San Patricio, ocurrida el 4 de julio de 1976 cuando un grupo de tareas de la Esma (Escuela Militar de la Armada) entró en la parroquia de los palotinos, en el barrio de Belgrano, y asesinó a tres sacerdotes y dos seminaristas. El miércoles se cumplieron 31 años de los crímenes.

    En la mesa del reportaje también están Pablo Zubizarreta y Juan Pablo Young, directores del documental 4 de Julio, que recrea aquella historia. Cuando ocurrió, ellos eran muy chicos: tenían 3 y 6 años. Todavía no se conocían, aunque los dos vivían cerca, a pocas cuadras de la iglesia de Estomba y Echeverría.

    Killmeatte y otros seminaristas habían llegado allí en 1973. “Estudiábamos en Brasil, en la Universidad de Santa María –recuerda Killmeatte–, pero con la vuelta de Perón y el clima que se vivía en la Argentina quisimos terminar de estudiar dentro del país. Aunque inicialmente pensábamos en alquilar una casa en la que instalarnos con uno de los curas, la congregación nos mandó a la iglesia de San Patricio; entonces pedimos que, ya que íbamos a instalarnos ahí, los padres (Alfredo) Kelly y (Alfredo) Leaden vinieran con nosotros, como responsables de la parroquia.”

    Killmeatte y sus compañeros eran una camada novedosa dentro de la congregación palotina; un grupo que se sentía identificado con la Teología de la Liberación y la opción por los pobres. Como parte de ese proyecto, habían abierto una misión en Los Juríes, en Santiago del Estero.

    Young, que junto a Zubizarreta investigó durante cinco años la historia de los palotinos, define al grupo como parte de una propuesta de cambio que entendía lo político-religioso como dos pedazos inseparables de la misión pastoral. La mayoría de los seminaristas, cuenta, eran además estudiantes universitarios. No es de extrañar que cuando se mudaron a Belgrano trastrocaran las costumbres de la parroquia, hasta entonces de corte tradicional. Se negaron a tener cocinera, dejaron de cobrar los casamientos, los novicios no usaban vestimenta clerical y trabajaban fuera. En el documental hay vecinos que recuerdan las homilías del padre Alfredo Kelly, de tono encendido y contenido, irritante para algunos sectores de la feligresía.

    4 de julio

    Ya avanzado el ’76, después del golpe, el padre Kelly daría un sermón que reflejó uno de esos picos de tensión, cuando denunció desde el púlpito que se estaban haciendo remates de los bienes robados a los desaparecidos y que feligreses de San Patricio habían participado de ellos. La homilía quedó en la memoria como “el sermón de las cucarachas”, calificativo que Kelly usó para describir a quienes, dijo, ya no podía seguir llamando ovejas de su rebaño. Poco después, Kelly supo que estaba circulando por el barrio una carta en la que un grupo de feligreses pedía su destitución, acusándolo de “comunista”. El sacerdote escribió en su diario personal sobre su preocupación por el tema. Horas antes de los asesinatos, durante la cena, también habló de estos movimientos, preocupado por las consecuencias que podrían implicar. La noche de los crímenes, el 4 de julio de 1976, hubo testigos que vieron a un Peugeot negro estacionado frente a la iglesia, con cuatro hombres en su interior. Entre estos testigos, jóvenes reunidos en una casa vecina, estaba el hijo de un militar, que hizo la denuncia a la comisaría, que mandó a un patrullero. Un policía habló con los del auto y les dijo después a los denunciantes que no se preocuparan. Antes de retirarse, desde el patrullero soltaron que iba a haber un operativo para “reventar a unos zurdos”.

  • II. LA MISTICA DE LOS MARTIRES…
    • Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. (Ap. 17, 6)

      Montevideo, 5 de mayo de 2009 – Gabriel Sánchez

    Hubo, hay muchos hermanos, desde los movimientos liberadores del pueblo y desde el compromiso cotidiano por un mundo más justo…que arriesgan y muchas veces pierden la vida…por aquellas cosas en las creen y muchas de esas personas en esta bendita zona del mundo, son creyentes y miembros de comunidades…

    Así se ha generado en este Sur del mundo un martirologio, asociado a luchas del pueblo, con sus fechas y con su memorial… ¿La pregunta esta gente que da la vida o esta dispuesta a darlo, lo hace al margen de toda mística y espiritualidad? En primer lugar, debemos reconocer que quienes tratamos de comprometernos con el hacer de la historia desde un caminar solidario con nuestro pueblo, junto a todos los hombres de buena voluntad y somos creyentes católicos y supongo que otros creyentes lo viven igual…sentimos que en ese ámbito, en ese caminar…Dios se hace presente en nuestras vidas y toma posesión de ella de una manera profunda y decisiva, tal vez como suelen decir los entrañables teólogos de la hora (como Torres de Queiruga), Dios esta presente con seguridad en la vinculación profunda que surge entre quienes luchan por su liberación (cuando amamos)…Dios es más que amor, Dios es cuando amamos y actuamos (praxis) ese amor, desde nuestras riquezas y limitaciones culturales, históricas, sociales, políticas, físicas y económicas.-

    Es en la lucha con los más pobre y desposeído, en donde Dios se nos devela.-

    Este contacto con Dios, nos da certeza (que no son intelectuales o teóricas) que nos lleva vivir plenamente esa praxis liberadora… como verdadera comunión con Dios… y en nuestra respuesta… más allá de nuestros logros o fracasos, ese unirnos a los hermanos ese compartir la lucha y los sueños, más allá de cual es su tradición religiosa o sean creyentes o no, se transforma en un Pan compartido, que nos llama a ir gastando la vida juntos… en un descubrir juntos los rumbos y los horizontes… y construir juntos los sueños.-

    Es entonces que ese lugar… camino compartido, lugar de encuentro, de comunión y de entrega de la vida a y con los hermanos y Dios…

    Esta mística… que es alimentada por un espiritualidad, del compromiso, creemos los miembros de las comunidades que parte de un mandato de Jesús y que es en Él un ir construyendo el Reino…Donde todos los hombres somos hermanos…

    Por eso la Eucaristía para nosotros tiene el sentido de ofrecer los esfuerzos, las luchas, los sueños, que compartimos con todos… al Señor y el realiza ese misterio de incorporarlo a su Cuerpo y a su Sangre…presente en el Pan y el Vino… allí están los rostros, las luchas, la entrega y los sueños de todos los que dieron la vida…entre ellos los queridos hermanos PP. Alfredo Leaden, delegado provincial; Alfredo Kelly, párroco, Pedro Dufau, los estudiantes Salvador Barbeito, Emilio Barletti, Jorge Kelly, Rodolfo Capalozza y Miguel Robledo. (Que forma parte del entrañable martirologio de esta Suramérica nuestra que busca el rumbo de la Vida Nueva) Los mártires de San Patricio…

    He ahí el centro de nuestra mística, que sin pretender ser un éxtasis… es lo suficientemente significativo, como para convocarnos a dar la vida…

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