Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La refundación de la Teología

07-Julio-2009    Antonio Duato
    Me sugiere Gonzalo Haya la conveniencia de publicar e ATRIO, completando sus comentarios semanales, esta presentación del libro de Mancuso que publico en el último número de Iglesia Viva. Pude ayudar para ver la importancia que tiene el intento del joven teólogo laico de refundar la teología como expresión de fe -no mera filosofía pero desde un imaginario moderno, donde se imponen la el lenguaje de la ciencia moderna.

Recuerdo que cuando Iglesia Viva organizó una reunión de teólogos para tratar cómo se hacía teología en la España de los ochenta –de la que salió el número 132 de la revista en 1987–, invitamos a un joven sacerdote, brillante teólogo recién licenciado, para que nos expusiera cómo veía él la teología como disciplina universitaria por la que valía la pena apostar. Su respuesta fue un jarro de agua fría para los demás reunidos, todos nosotros más mayores: no hay futuro para una teología dado el reducido margen de creatividad que imponen los dogmas y el ejercicio represor del magisterio.

Unos años más joven que el referido teólogo que nos lanzó el jarro de agua fría a los prebostes de Iglesia Viva es Vito MANCUSO, quien sin embargo se ha atrevido a seguir haciendo teología desde su condición de laico y con la libertad que le da pertenecer a una universidad no eclesiástica, la San Raffaele de Milán. En 1996 apareció su primer libro con la tesis presentada en el Laterano: Hegel teologo. Y en 2005 su primera obra comprometida y programática de una nueva teología laica: Per amore. Rifondazione della fede. Pero el libro que hoy presentamos, el único suyo traducido hasta el momento al castellano, es el que le ha dado notoriedad y suscitado polémica. En 2007 se vendieron de él 120.000 ejemplares en Italia. Ninguna intervención de la Curia romana, aunque él mismo se proclama “formalmente” herético al no aceptar algunos dogmas sobre el origen del alma, el pecado original y los novísimos. Pero sí dos duras críticas en L’Osservatore Romano y La Civiltà Cattolica, una de ellas del arzobispo Bruno Forte.

Realmente el libro es como un tratado totalmente renovado de los clásicos “De Deo creante et elevannte” y “De Novisssimis”. Y no es una mera filosofía de la religión, sino una auténtica teología que busca el entendimiento de la fe por la razón, no la mera reducción de la fe a lo que pueda demostrar la razón.

Lo mismo que Santo Tomás en el siglo XIII, incorporando a la teología toda la ciencia y filosofía que suponían los escritos de Aristóteles –que, curiosamente, llegaron a la cristiandad sólo a través de los árabes Averroes y Avicena–, el autor en este libro reflexiona sobre todo lo dicho por la teología y los concilios anteriores, pero incorporando en esta reflexión la ciencia y la filosofía modernas.

Este ha sido el gran éxito del libro de Mancuso “El alma y su destino”. Que siendo un teólogo académico, formado en la teología clásica, es a la vez un pensador laico, moderno y libre, que habla a los hombres de hoy de los temas de la vida y la muerte que siguen interesando también hoy. A los teólogos clásicos les discute la irracionalidad de muchos de sus presupuestos y formulaciones, incapaces para expresar hoy una fe cristina que él sigue confesando, y al hombre de la calle les explica la fe tradicional de forma que pueda ser comprendida y admitida hoy.

¿Se basa su éxito en el morbo de ir contra la doctrina establecida o en el coraje de presentar la fe cristiana de siempre con el imaginario y las expresiones nuevas tomadas de la ciencia y la filosofía modernas? Yo creo más bien lo segundo y, porque creo que es un libro que abre caminos, rompiendo barreras que otros teólogos no se atreven a franquear –este es el valor que el Cardenal Martini le atribuye en su carta de presentación–, he hecho lo posible por ponerlo cuanto antes a disposición del lector español.
En Atrio.org se ha abierto una presentación y discusión semanal sobre su contenido, capítulo a capítulo (todos los martes, exceptuando agosto) pero me gustaría que la comunidad teológica no le haga el vacío que le ha hecho la Asociación Italiana de Teólogos a la que pertenece desde hace tiempo. Cualquier recensión teológica seria será tomada en consideración por la revista.

En la carta de presentación dice el Cardenal Martini: “Entreveo discrepancias sobre las conclusiones a las que llegas en diversos puntos, pero no puedo negar que intentas siempre razonar con rigor, con honestidad y con lucidez, y que tienes coraje al exponer tus ideas, diciendo incluso abiertamente que tales ideas no siempre concuerdan con la enseñanza tradicional ni a veces con la oficial de la Iglesia. Por eso tu libro encontrará desacuerdos y críticas. Pero será difícil hablar de estos temas sin tener en cuenta todo lo que has dicho con valiente penetración.”

Y estos son los autores que Mancuso siente en sus agradecimientos más cercanos a él: Simone Weil, Dietrich Bonhoeffer, Pável Florenski y Pierre Teilhard de Chardin.

IGLESIA VIVA, 238, ABR´JUN 2009, págs. 141-142

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