Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La cruzada de Rouco

03-Junio-2006    Antonio Duato

El cardenal Rouco, Arzobispo de Madrid, ha presentado su libro España y la Iglesia Católica. Con esta ocasión, cuenta Religión Digital, hizo un repaso a sus cuatro grandes preocupaciones: reformas estatutarias, la paz en el País Vasco, la influencia laicista en la sociedad y la situación de la familia. Pero donde se ha manifestado con más claridad ha sido en su casa, en declaraciones a la COPE, que han sido recogidas por Europa Press.

Dos expresiones no han llamado especialmente la atención.

1. “En este momento tenemos una Iglesia con una vitalidad que no creo que vaya a fallar de una manera que nos llevase a una ruptura de nuestra convivencia, de nuestra unidad, de nuestros valores y de buscar un bien común que sea el bien común de todos. Yo creo que no, que lo superaremos”.

Por lo visto el cardenal es oyente asiduo de la COPE (como lo son la mayoría de los obispos españoles, incluidos los andaluces) y ve a España como la describen sus gurús, una sociedad que camina hacia el desastre. Este es el mayor efecto perverso de la COPE: la ideología ultra derechista que inyecta en sus responsables que lo son a la vez de toda la iglesia española. ¿En qué basan ese diagnóstico catastrofista en un proceso que se está llevando de acuerdo con la constitución y la mayoría del parlamento? ¿Quién le ha dicho que la Iglesia tiene una gran vitalidad cuando es la institución que menos confianza suscita hoy entre los españoles? ¿Cómo va a superar estos supuestos desastres que se avecinan? ¿Saliendo a la calle? ¿Con un Rajoy más duro e intransigente? ¿Sustituyendo a Rajoy con otro hombre más auténticamente legionario? ¿Explotando el aplastante impacto mediático de la visita papal? Tal vez podría ser el principio de proclamar la gran cruzada contra la “dictadura del relativismo”. Porque a través de este término es como parece pretende ganarse la adhesión de Benedicto XVI a su proyecto de reconstrucción de España una, grande y católica.

2. Al respecto, criticó “la dictadura del relativismo” que, según su opinión, “no sólo está relativizando todos los valores morales y las verdades más elementales del hombre sino que quiere imponerse como doctrina y teoría que inspire los elementos jurídicos”.

Es verdad que “la dictadura del relativismo” es una expresión papal. Muy difícil de compaginar con el proclamado respeto por la autonomía de los estados y la aceptación de la democracia. Porque sin relativizar las opiniones no cabe la tolerancia ni el juego democrático, como bien expresó en su día el filósofo católico Dario Altiseri . Porque ¿quién decide lo que son esos “valores morales y verdades más elementales” a que hace referencia? ¿Los representantes de la Iglesia que es la depositaria de la única interpretación válida de la llamada ley natural? ¿Se trata de aceptar la democracia pero de menores de edad, bajo la protección suprema del magisterio eclesiástico? Por ejemplo en definir qué es el matrimonio civil, lo que es la sana sexualidad. ¿Acaso no es esto añorar los principios fundamentales del movimiento que reconocían: “la legislación española se inspirará siempre en la doctrina de la Santa Madre Iglesia”? Y no me digan que es exagerar. Porque, sean las que sean las disquisiciones papales sobre el veneno del relativismo, esa referencia a luchar contra la dictadura del relativismo tiene en España connotaciones muy serias y graves porque, con la excusa de luchar contra la “dictadura del frente popular”, la Iglesia apoyó en España una sublevación militar y la constitución de una verdadera dictadura política.

Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

Los comentarios están cerrados.