Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Carta fraterna a Benedicto XVI

19-Septiembre-2006    Atrio
    Esta carta de Audalla Conget, secretario de la Junta Islámica, busca la distensión, no la polémica. Y contiene muchos puntos de reflexión para teólogos y simples creyentes de uno u otro credo. En definitiva, sólo por la mística se llega al verdadero cristianismo y al verdadero ilsmismo, donde es más fácil sentirse unidos, llamando al mismo Dios, en lengua semita, “Abba”.

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Querido hermano Benedicto: sin ninguna duda sabes que como musulmanes nuestra ascendencia en la Fe se remonta a nuestro padre común, el profeta Abraham, progenitor de Ismael e Isaac, y que formamos parte de ese luminoso universo de creyentes que Dios le prometió como descendencia. Y sacándole afuera, le dijo: “Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.” Y le dijo “Así será tu descendencia”(Gen 15,5)

Hermano, nosotros los musulmanes, y con nosotros la humanidad entera, esperamos mucho de ti. Esperamos tu contribución clara, decidida y decisiva a la desactivación de la infinidad de espoletas de odio que se encuentran listas para ser activadas en los arsenales mentales de las personas más alejadas a la espiritualidad y a la trascendencia, tanto en Oriente como en Occidente.

Es por la responsabilidad que tienes ante el genero humano y especialmente ante el universo de creyentes prometido a Abraham, que vemos con tristeza que tu lección de teología del otro día en la Universidad de Ratisbona no ha sido una de las más afortunadas, ni correctas.

Una lección teñida de irresponsabilidad e indolencia, que fomenta una visión trivial y frívola del Islam, que favorece el enfrentamiento entre creyentes y que hace el juego servilmente a los terroristas y a los poderes que no dudan en asesinar a miles de inocentes, violar toda clase de resoluciones, invadir impunemente los países o desplazar millones de personas y dejarlas sin hogar y sin historia en nombre de una clase de dios, libertad o democracia que no se corresponden y no armonizan con los valores que dimanan de un Dios Misericordioso y Compasivo.

En el momento en el que redactamos esta carta podemos leer titulares donde ya se pone en cuestión la seguridad de tu persona. Sentimos que has sido inducido por los oscuros poderes dominantes del mundo a traspasar esta línea roja que nunca debiste cruzar y tememos que la utilización de tu elevada persona y posición sean así mismo manipuladas hasta el extremo más dramático. Un ataque cruento a la Iglesia, supondría una inmejorable excusa y perfecta coartada para legitimar, sin más, el progresivo y definitivo exterminio de la fe unitaria.

Tú, hermano Benedicto, tendrás que reflexionar si con una declaración así estás siendo un valeroso defensor de la Verdad; si estás siendo el destacado favorecedor de la Paz que todos esperamos y hacia el que también los fieles musulmanes dirigimos nuestra mirada.

Tienes que ser consciente de que ya se ha utilizado el Islam para enfrentar a los creyentes recientemente. Y tenemos que recordar el martirio de los hermanos cistercienses de Tibhirine. Asesinato este, en el que las sospechas de que la autoría real fuera de los servicios secretos de un país europeo de marcada tradición colonialista en la zona, son puestas de manifiesto por los mismos hermanos de los mártires en páginas web y en las sosegadas conversaciones de los claustros.

Nos volvemos también hacia ti porque creemos en la bondad del mensaje de Nuestro Señor Jesús. No te extrañes de que nos refiramos a él con estas palabras, pues es así como las madres musulmanas enseñan a sus hijos a llamar a Jesús, “el hijo de Maryam, la palabra de la Verdad, sobre el que dudan” (Corán 19, 33).

Como ves, para nosotros Jesús también es “palabra”, es la pronunciación viva de La Verdad. Es él quien aporta en la Revelación el concepto de la Ternura de Dios. Jesús es “al Ruh al Qudus”, el Espíritu de Santidad… Jesús es tan vuestro como nuestro, él es quien nos une, si es que lo que verdaderamente queremos es la unión y la Paz.

Lo que no nos deja de sorprender es que en aras de dar valor a la razón quieras robar la significación que tiene el semitismo de la persona de Jesús. Jesús es arameo, el arameo es la lengua materna de Jesús y con el esquema mental que forma la lengua materna semítica es en la que se dirige y relaciona con Dios. El mismo Pablo lo recuerda en su carta a los Romanos cuando nos señala que “…recibisteis un espiritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!”.

Creemos sinceramente que devolver el Nuevo Testamento al estudio pre-griego acentuaría las extraordinarias similitudes del mensaje de Jesús con el Islam. Evitar esto sería tratar de disimular la naturaleza semita de Jesús, una acción que no sólo sirve para ahondar la brecha entre los creyentes sino que acabará suponiendo que el cristianismo pierda no solo a Dios (Padre), con el que ya tiene cerrado el acceso debido a las intermediaciones innecesarias que el cristianismo ha impuesto, sino que la pérdida será más terrible aún, si cabe, siendo al verdadero Jesús a quién se acabará descolgando de la trascendencia y por tanto de la Revelación, para transformarlo en un “ídolo de la razón” que convertirá definitivamente vuestra creencia en una religión materialista. Nuestra propuesta es que retornéis a la oración de Jesús: “Padre nuestro…” “Abbá…” ¡Qué grave perdida ha sido para el cristianismo el cimentar la teología al margen de la oración de Jesús y vivir en la permanente contradicción!

¿Cuál es el conflicto entre razón y trascendencia? Creemos que tu lección tiene alguna discordancia en relación con este tema a pesar de que el maestro de Tomás de Aquino fue el musulmán hispano Averroes.

Basáis toda la Dogmática en el “misterio”. La transustanciación es un misterio, los sacramentos todos son un misterio, la Virginidad de Maria es un misterio, la concepción de Maria es un misterio, la humanidad y la divinidad de Jesús en equilibrada medida es un misterio, la Trinidad… es un misterio. Nosotros compartimos alguno de estos misterios con vosotros, especialmente en lo que se refiere a Maria, pero ¿cómo nos vais a explicar la Trinidad con la razón…? ¿Cómo se puede explicar el misterio del amor de Dios con la razón como única arma? ¿Cómo podéis explicar todos los misterios de la fe católica sin el socorro de un Dios trascendente? ¿Es que Dios tiene medida? Ni siquiera el rostro humano de Dios podría tener explicación, si es que la tiene, sin un Dios trascendente.

Por último, hablas de que el Islam se ha propagado por la espada.

En realidad creemos que lo haces para disimular tu profunda admiración por nuestra fe, por nuestra adoración perseverante e intensa. Una fe inquebrantable que hace que os preguntéis, sin encontrar respuestas convincentes, porqué son tan pocos los musulmanes que se convierten al cristianismo, y tantos los que después de haber sido cristianos activos dentro de la Iglesia, reconocemos en el Islam nuestra propia constitución como seres humanos, nuestro lugar en el cosmos. La verdad es que es muy duro cuando se es cristiano ver cómo las mezquitas están abarrotadas todos los viernes de hombres y mujeres de todas las edades con las frentes pegadas al suelo en la actitud más sincera de aceptación de la voluntad de Dios. Que sobre todo sea de hombres, la mayoría de ellos jóvenes, es algo que llama la atención especialmente. Y las iglesias vacías, tan sólo las mujeres, fundamentalmente ancianas, rezan aquí o allá, diseminadas entre los bancos solitarios. Es muy duro. Lo sabemos muy bien los que fuimos católicos y hemos servido muchos años a la Iglesia. Da vergüenza, incluso, que los dos únicos ayunos obligatorios de la Iglesia (a pan y agua) lo cumplan tan pocos feligreses y sin embargo más de 1.500 millones de personas hagan un ayuno total, de sol a sol, durante los benditos treinta días de Ramadán. La pregunta que, quizá, debéis haceros es ¿qué es lo que hay en el interior de los corazones de esos creyentes? ¿fanatismo… o pura y simple experiencia de Dios?.

¿Es que es posible que 1.400 años después de las supuestas conquistas islámicas, quienes han profesado la fe por la espada sigan haciéndolo hoy con este inmenso fervor? El único lugar en el mundo islámico en el que no se pudieron seguir dando estas impresionantes muestras de intenso amor a Dios fue en la España andalusí, donde fue llevado a cabo un genocidio religioso brutal contra judíos y musulmanes por medio de una espada mucho más fuerte, violenta y sanguinaria. Una espada que se yergue de nuevo, y cuya sombra no debería confundirse con la cruz de Nuestro amado Señor Jesús.

Hermano Benedicto, no tengas miedo al Dios trascendente al que adoramos. No tengas miedo al abismo. Si de verdad tu fe es un acto de confianza plena saltarás, sin dudarlo, al vacío del Dios Único. Reflexiona y medita si quizá vuestra fe es una fe asistida y asida, en la que por un impulso de la natural debilidad humana permanecéis en el borde del precipicio refugiados en el asidero de la imagen humana de Dios donde obtenéis la seguridad que os falta para entregaros plenamente a Él.

Nuestra fe, salvando pequeñas diferencias, se parece a la de Francisco de Asís, Juan de la Cruz o Teresa de Ávila, todos ellos Justos y conocedores de la tradición espiritual islámica llamada sufismo, practicantes de una fe despojada, una fe que asciende en el hermoso salto al vacío de la inmensidad de Dios para conocer por fin que sólo Dios basta, sólo Dios queda, sólo Dios existe, sólo Allah existe…

¿Porqué temer entonces?

Allah te ama, hermano Benedicto.

Que Su Misericordia se derrame sobre ti y sobre la Iglesia con abundancia. Y de nuestra parte, Paz.

Audalla Conget

Secretario de Junta Islámica

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