Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Invitación al diálogo

23-Octubre-2006    Aref Ali Nayed
    El discurso de Ratisbona, cuya edición oficial ha sido corregida y aumentada (como comenta Antonio Moreno ), ha tenido como efecto positivo el interés suscitado en intelectuales musulmanes que quieren entablar directamente un diálogo con el papa, sin la mediación de expertos islamistas a cuya parcialidad algunos atribuyen los desaciertos. Hoy publicamos la primera parte del largo artículo al que nos referíamos en un Un análisis a fondo de la conferencia papal. Junto con la Carta abierta de 38 intelectuales y líderes musulmanes es una invitación al diálogo histórico, filosófico y teológico. Invitamos en Atrio a aportar reflexiones e ideas cuya seriedad y relevancia será especialmente moderada en este Foro de Diálogo.

Comentario de un musulmán al discurso de Benedicto XVI sobre “Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones”.

Por Aref Ali Nayed*

©2006. Texto completo en inglés.
[Traducción de AD para ATRIO.org]
El Pontífice de la Iglesia Católica de la cristiandad, Benedicto XVI, pronunció una conferencia titulada “Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones” en la Universidad de Regensburg (12 de septiembre, 2006).[1]

La conferencia del Pontífice ocasionó una profunda y dolorosa ruptura en las relaciones entre musulmanes y católico en muchas frentes: diplomático, político y, más intensamente, en el popular. La cobertura periodística, superficial respecto de la conferencia y de gran intensidad respecto a las reacciones populares descritas, ha impedido en gran parte las consideraciones esclarecedoras y críticas de su contenido. Este artículo intenta realizar un estudio completo de la conferencia.

Es de desear que una consideración equilibrada y justa de la conferencia pueda ayudar al necesario diálogo teológico y filosófico entre estudiosos musulmanes y católicos, incluido el mismo Pontífice católico. Tal diálogo es una urgente necesidad para reparar el daño en las relaciones católico–musulmanas y para curar las heridas recientes que han provocado los desastres de un mundo turbio y afligido.

El discurso de Benedicto es un trabajo complejo que se tiene que afrontar desde varios niveles y ángulos: teológico, filosófico y político. Espera que suscite al menos un proceso de sucesivas reflexiones musulmanas sobre él y en discusión con él.

Para no alterar, al parafrasear, el significado de la Conferencia de Benedicto XVI , citaré siempre el texto de la traducción oficial de Vaticano publicada en el Sitio web del Vaticano, con el registro de la propiedad literaria por Libreria Editrice Vaticana.

Para dejar bien claro desde el principio mis propios presupuestos e instrumentos conceptuales, es importante indicar que el autor de este artículo es un devoto sunita y teólogo musulmán de la escuela Ash’arita, Maliki en la tendencia jurisprudencial y Shadhili/Rif’ai en inclinaciones espirituales. El autor está profundamente comprometido en la posibilidad de discusiones filosóficas fructíferas basadas en una común humanidad y en la posibilidad de alimentar el diálogo inter-religioso en base a nuestra común creencia en Un Verdadero Dios. Estos compromisos se han traducido en varios años de prácticas y estudios filosóficos e inter-religiosos.

Es importante tener en cuenta que Benedicto XVI habla, por lo menos hasta cierto punto, como un antiguo profesor que regresa a su querida Universidad para hablar, una vez más, como un profesor. Por supuesto, el discurso de una persona y su recepción, dependen mucho de bajo qué aspecto se hace el discurso. Discursos diferentes se asocian con estándares normativos diferentes y deberán ser juzgados según los estándares apropiados a cada uno de ellos.

Una cosa es considerar la conferencia como de Joseph Ratzinger en cuanto Benedicto XVI, el Pontífice de la Iglesia Católica romana y del Jefe mundial de todos católicos. Y otra es considerar la conferencia como que de Joseph Ratzinger en cuanto profesor alemán de Teología. El tono nostálgico de los pasajes de apertura de la conferencia y la referencia a las primeras conferencias de los años cincuenta, deja bien claro que Ratzinger está, hasta cierto punto, hablando, una vez más, como profesor alemán de Teología. Sin embargo, Ratzinger, habiendo sido constituido Papa Benedicto XVI y teniendo en cuenta la vestimenta eclesiástica con la que él dio la conferencia, es natural que, a pesar de la emotiva nostalgia, los receptores de la conferencia no pudieran prescindir siquiera del papel eclesiástico de Ratzinger.

Es inevitable, por lo tanto, que la conferencia fuera recibida como la de un Papa católico romano y no solamente como la de un Profesor de Universidad. El Vaticano asume claramente esto publicando la conferencia como del “Santo Padre” y como parte de un “Viaje Apostólico”.

Como señalaban el filósofo romano Cicerón y el filósofo inglés Bradley, los deberes de uno dependen mucho de la posición o el estado que cada uno ocupa. Es importante notar que cuando el profesor Ratzinger hablaba en su antigua Universidad, el Papa Benedicto XVI estaba mucho más presente en sus oyentes. [2]

En un mundo cruel repleto de guerras y disensión, mucho de lo cual sucede entre cristianos y musulmanes (cualquiera que sea la bandera o etiqueta bajo la que ellos en concreto luchen), es muy importante que los líderes religiosos de todas religiones hablen y actúen responsablemente. La gravedad y la responsabilidad está en la correlación directa con la importancia del oficio religioso desde el cual se habla. Hay todo tipo de profesores de universidad que dicen todo tipo de cosas desagradables acerca de Islam y los musulmanes. Ellos son a menudo simple y correctamente ignorados. La conferencia del profesor Ratzinger era sobre todo del Papa Benedicto XVI. De ahí que no pueda ignorarse y deba ser afrontada desde todos los posibles niveles.

Es también importante para los musulmanes, en el espíritu de imparcialidad buscado en el Islam, apreciar y sostener cuantos aspectos positivos haya en la conferencia. Uno de esos aspectos son los importantísimos párrafos, relegados desgraciadamente al final de la Conferencia de Benedicto XVI, sobre la importancia de profundizar y ensanchar la noción de la razón occidental para incluir y acomodar la contribución que la religión revelada puede aportar. La crítica anti-positivista de la concepción común de la razón que domina en las universidades occidentales puede ser sin más apreciada y aceptada por muchos musulmanes. Por supuesto, tal crítica no es original pues sigue los desarrollos anti-positivistas de la Filosofía de la Ciencia al menos desde que Karl Popper y sus discípulos escribieron importantes obras. No obstante, el uso de tales razonamientos anti-positivistas para dejar espacio al discurso revelado es fructífero para todos. [3]

Si Benedicto XVI hubiera empezado con sus últimos párrafos y los hubiera desarrollado apreciando la aportación histórica del Islam a través de los tiempos a la sensatez y apropiada discusión, nos hubiéramos encontrado con un sugerente discurso conducente a la con-vivencia y co-resistencia pacífica de cristianos y musulmanes a las pretensiones de la irreverente razón cientificista. El Islam puede ser realmente el mejor aliado del cristianismo contra las pretensiones arrogantes del positivismo cientificista y para una razón más profunda y más espiritual. Por desgracia, no fue eso lo que Benedicto XVI hizo realmente. Permítasenos examinar cómo empezó él realmente la Conferencia y después cómo la continuó sección por sección, citando importantes párrafos en el recorrido.

Benedicto XVI empieza su conferencia, de forma muy distendida, hablando de los recuerdos de su tiempo en la Universidad de Bonn en 1959 donde “nos encontrábamos antes y después de las clases en las salas de profesores. Había allí un intercambio vivo con historiadores, filósofos, filólogos y, naturalmente, entre las dos facultades teológicas.”

Está claro que Benedicto XVI está bien dispuesto y cultiva las discusiones históricas, filosóficas, filológicas y teológicas. Es importante que él esté comprometido en todos estos niveles. Del contenido de la conferencia, está muy claro que Benedicto XVI puede entablar una discusión muy relevante con estudiosos musulmanes serios.

No cabe duda de que él está muy interesado en el Islam y que él lo toma muy seriamente. Sin embargo, los materiales de estudio y sesiones con los que él conecta parecen ser de un tipo muy particular y estrecho. Siendo un intelectual católico que respeta la especialización, Benedicto XVI parece depender mucho de los trabajos de orientalistas católicos, algunos de los cuales no tienen especial empatía con el Islam.

El año pasado, Benedicto XVI dedicó la reunión anual que él tiene generalmente con sus antiguos estudiantes doctorales al estudio del Concepto de Dios en el Islam. Muy poco se sabe acerca del contenido de esta reunión, pero algo se puede vislumbrar de lo que pudo haber sido por los informes proporcionados posteriormente por dos de los participantes claves. El tema y el contenido de la reunión tienen una gran relevancia directa respecto a la Conferencia de Benedicto XVI en Ratisbona. Sería muy útil para entender la posición verdadera de Benedicto XVI con respecto al Islam que el contenido de este importante Seminario “privado” se hiciera completamente público. [4]

También hubiera sido útil para Benedicto XVI oír a teólogos musulmanes decir por sí mismos lo que ellos pensaban y enseñaban acerca de Dios. En vez de eso, Benedicto XVI invitó a sus estudiantes para escuchar y discutir con dos expertos católicos especializados en las relaciones cristiano-musulmanas. Ambos, el jesuita alemán Christian Troll y el jesuita egipcio Samir Khalil Samir, son expertos católicos renombrados en estudios islámicos. Sin embargo, ambos tienden a ser profundamente sospechosos de lo que puede ser llamado “Islam tradicional”. Troll está convencido fundamentalmente que el Islam debe reformarse y es un experto en ello y un partidario activo de “reformadores” no-tradicionalistas. Samir es menos caritativo con el Islam, sea tradicional o “reformado”, y es a menudo bastante hostil. Junto con algunos otros consejeros cercanos de Benedicto XVI, como el jesuita americano Joseph Fessio, Samir ha estado tomando claramente un enfoque islamofóbico que puede explicar la orientación de la Conferencia de Benedicto XVI.

Es digno de mención que algunos de los consejeros más cercanos de Benedicto sobre el Islam han sido recientemente personas hostiles que creen que el Islam, por lo menos como pauta, es intrínsecamente violento y que están llenas de temor por su expansión. Varios consejeros católicos o seculares que saben hacer algo mejor que inculcar islamofobia en el corazón de Pontífice, han sido generalmente marginados, jubilados o ignorados. Algunos, como el Obispo profundamente respetado Michael Fitzgerald, han sido removidos a otro cargo, respetable pero menos central e influyente. La asunción del Consejo Pontificio para el diálogo inter-religioso por el Consejo Pontificio para la Cultura y el continuado deterioro del Instituto Pontificio para Estudios árabes e islámicos, todo ha confluido para crear una situación donde Benedicto XVI es aconsejado cada vez más en el Islam por expertos católicos que son lo menos favorables al mismo. [5]

Es muy importante que expertos musulmanes se esfuercen en contrastar intelectual y teológicamente con Benedicto XVI y no a través de filtros de algún orientalista católico islamo-fóbico. Es importante que el Pontífice católico escoja sus consejeros con un criterio más amplio y que se libere de visiones estrechas y predispuestas, aunque las tengan quienes son tenidos por tan “expertos” en estudios islámicos. El debería también tener cuidado al confiar asuntos puramente étnicos a la pericia de algunos expertos católicos árabes. Se sabe bien que algunos miembros de minorías dentro de una cultura más grande son a veces los menos conocedores de su riqueza completa. Algunos miembros de minorías a menudo están obsesionados con sentimientos de persecución y temores de destrucción. Hay algunos especialistas árabes católicos islámicos que tienen visiones muy dudosas sobre el Islam y los musulmanes pero se confía en sus visiones islamo-fóbicas porque resulta que ellos son árabes.

Por otro lado, hay cristianos árabes, tanto católicos como no-católicos, que tienen una comprensión y una estima muy profundas del Islam y de los musulmanes y que podrían proporcionar al Pontífice muy buen consejo. Figuras respetadas y justas tales como Obispo Michel Sabah y el Metropolita Georege Khoder pueden ofrecer a Benedicto XVI una comprensión profunda del Islam y de los musulmanes. Hay también varios orientalistas católicos no-árabes que puede ser de gran ayuda a Benedicto XVI en asuntos islámicos. Entre estos expertos están Maurice Bourmans, Michel Lagarde, Etienne Renault y Thomas Michel.

En tiempos de guerra y la disensión nosotros los humanos tendemos a hacer caso a los que nos infunden temor al que se percibe como enemigo y oímos a los que nos ayudan movilizar nuestras energías contra él. En nada ayuda a Benedicto XVI o nuestro turbado mundo que las personas en las que él confía en asuntos islámicos digan abiertamente cosas como éstas:

    “Benedicto apunta a puntos más esenciales: la teología no es lo que cuenta, por lo menos no en esta etapa de la historia; lo que cuenta es el hecho que ese Islam es la religión que se desarrolla más y que está llegando a constituir un peligro para el occidente y el mundo. El peligro no está en el Islam en general, sino en una cierta visión de Islam que nunca renuncia abiertamente a la violencia y engendra terrorismo, fanatismo.” [6]

O peor todavía:

    “El Occidente está una vez más bajo sitio. Doblemente, porque además de los atentados terroristas hay una nueva forma de la conquista: la inmigración combinada con la alta fecundidad. Ojalá que, siguiendo el valiente ejemplo del santo Padre en estos tiempos tormentosos, pueda realizarse un diálogo cuyo sujeto sean las aspiraciones a la verdad del Cristianismo y del Islam.” [7]

Tales visiones son muy peligrosas y sólo conducen a más guerra y disensión. Ellas son la contrapartida y el reflejo exacto de las visiones de los terroristas seudo-islámicos.

Cristianos y musulmanes deben estar alerta contra tales maniqueas y polarizadas visiones y deben esforzarse por vivir diariamente en el discernimiento profundo y justo para mejorar la situación dolorosa en la que todos nosotros vivimos.

Es esencial, por lo tanto, que expertos serios y razonables, musulmanes y no musulmanes, entablen con el Pontífice una discusión académica e intelectual del tipo que él ensalza en el principio de su Conferencia.

    “Una vez un semestre había un dies academicus, en el que profesores de cada facultad se presentaban ante los estudiantes de toda la universidad, haciendo posible una experiencia genuina de universitas -algo que usted también, Rector Magnífico, acaba de mencionar-, la experiencia, es decir, del hecho de que a pesar de nuestras especializaciones que a veces hace difícil comunicarnos unos con otros, nosotros constituíamos un conjunto, trabajando en todo sobre la base de una sola racionalidad con sus varios aspectos y compartiendo responsabilidad para el uso correcto de la razón -esta realidad llegó a ser una experiencia vivida.”

Benedicto XVI aprecia claramente la experiencia de “universitas” por el encuentro periódico con el otro. El ve claramente que la especialización puede llevar a un estrechamiento peligroso que cierra horizontes de comunicación verdadera. Es importante indicar que así como hay una “universitas” basada en nuestra humanidad y sentido común, hay una universitas monoteísta basada en nuestra creencia común en Un Dios Verdadero. Es importante que cristianos y musulmanes, a pesar de (y a causa de) su entrega devota a sus propias religiones, trabajen juntos en el mutuo respeto y el diálogo a favor del Dios Único y Verdadero. Tal diálogo debe llegar a ser una experiencia vivida que nos conduzca hacia la paz del mundo.

Benedicto XVI indica luego la importancia de las investigaciones y discusiones acerca de la razonabilidad de la fe y señala que en tales investigaciones y discusiones incluso el escepticismo radical tiene que considerarse y tiene que ser afrontado. “Que incluso ante tal escepticismo radical es todavía necesario y razonable plantear la pregunta sobre Dios por el uso de la razón, y hacerlo así en el contexto de la tradición del cristianismo: esto, dentro de la universidad como un todo, se aceptaba sin duda”.

El reconocimiento de la importancia de tal investigación y discusión es la base misma del extenso y profundo campo de Estudios Islámicos llamado “Ilm al-Kalam” o teología sistemática musulmana. De hecho, muchos manuales de Kalam abren con consideraciones extensas de la posición de los escépticos como medio para establecer la validez de buscar las razones a favor de la fe religiosa. Todos los gran estudiosos de Kalam reconocen el hecho de que las discusiones, las argumentaciones y las disputas con otros pueden sólo ser realizadas sobre la base de una razonabilidad humana compartida que forma una especie de “universitas scientiarum”.

Los manuales de Kalam están repletos de discusiones razonadas extensas con escépticos, ateos, naturalistas, cristianos, judíos, zoroástricos, budistas, hindúes, aristotélicos, platonicos y una multitud de otras religiones y filosofías.

Es lamentable que ese aprecio de Benedicto por las discusiones basadas en el “universitas scientiarum” no parece extenderse al Islam y a los musulmanes. A pesar de que muchos intelectuales e instituciones musulmanas respondieron positivamente a la nueva apertura de la Iglesia Católica al diálogo con ellos (como se reflejaba en los documentos de Vaticano II) y trabajaron muy esforzadamente en muchos escenarios del diálogo, Benedicto XVI parece pensar (en otras partes posteriores de su conferencia) que tal discusión razonable es sólo posible dentro de un cuadro europeo/ cristiano /helenista. Esto es histórica y actualmente falso e injusto.

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Notas

1. Publicado con el título inglés: “Faith, Reason and the University Memories and Reflections”, con el © Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana. Todas las citas son de esta Confrencia, excepto cuando se dice lo contrario.

2. Cicero, Marcus Tullius: De Officiis.Translated by Walter Miller. Loeb Editions. Harvard University Press, Cambridge, 1913. See also: Bradley, Francis Herbert. “My Station and Its Duties” in Ethical Studies. Oxford University Press, Oxford,1988.

3. Hago refrencia aquí a la post-positivista Filosofía de la Ciencia de Karl Popper, Thomas Kuhn, Imre Lakatos y otros. Para los muschos significados de Razón y Racionalidad y la posibilidad de un significado más profundo de estos términos, véase también Whose Justice? Which Rationality? de Alasdair MacIntyre. University of Notre Dame Press, Notre Dame, 1988.

4. Sobre este importante seminario véase:
-“When Civilizations Meet: How Joseph Ratzinger Sees Islam” por Samir Khalil Samir, S.J. www.chiesa, Roma, September 25, 2006. Originalmente publicado por Asia News. [Texto en español en ATRIO]
-“Islam and Democracy, a Secret Meeting at Castel Gandolfo: The synopsis of a weekend of study on Islam with the pope and his former theology students”
por Sandro Magister. www.chiesa, Roma, September 25, 2006.

5. Como confirmación de esta cita véase el excelente “Benedict XVI and Islam: the first year” por Abdal Hakim Murad. First appeared in Q News.

6. When Civilizations Meet: How Joseph Ratzinger Sees Islam fue escrito y publicado en “Asia News” por Samir Khalil Samir, S.J. www.chiesa, Roma, September 25, 2006.

7. “Is Dialogue with Islam Possible? Some Reflections on Pope Benedict XVI’s Address at the University of Regensburg” by Joseph Fessio, S.J.. Ignatius Insight. September 18, 2006

8. The following is a useful standard text on Islamic philosophy and theology: Fakhry, Majid. History of Islamic Philosophy. Columbia University Press, 2004.

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    *El Autor, Aref Ali Nayed, estudió ingeniería (B.Sc.(Eng.)), Filosofía de la Ciencia (M.A.), and Hermenéutica (Ph.D.) en la Universidad de Iowa y en la Universidad de Guelph. También estudió, como estudiante extraordinario, en la Universidad de Toronto y en la Pontificia Universidad Gregoriana. Es antiguo profesor del Pontificio Instituto para los Estudios Árabes (Roma) y en el International Institute for Islamic Thought and Civilization (Malaysia). Actualmente es Consejero del Cambridge Interfaith Program de la Facultad of Divinity en Cambridge, y dirige un negocio familiar como Director Gerente de Agathon Systems Ltd. (IBM, Nortel and NCR Partner for Libya).

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[Traducción de AD para ATRIO.org]

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