Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

La pacificación en Euskadi

17-Diciembre-2006    Atrio
    Publicamos para su debate en ATRIO este texto de la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria, que nos envía su impulsor principal, el cura rural y profesor de Teología en Vitoria Félix Placer. Es la voz de un sector de la Iglesia vasca, la más próxima a Herri Batasuna desde un planteamiento de teología de la liberación autóctona, que no representa ni mucho menos a toda esa compleja realidad del clero vasco, tan afectado por las tensiones que lo dividen. Preguntémonos con la máxima serenidad posible, sin generalizaciones ni insultos: ¿qué aspectos de la realidad o del mensaje cristiano nos descubre este texto? ¿qué aspectos importantes se omiten en él? ¿de quién creemos que será la responsabilidad si se rompe ahora la tregua y se aleja la esperanza de paz?

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    Impulsando el proceso de paz

    Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria

    La esperanza abierta tanto por el alto el fuego permanente de ETA como por otras decisiones y tomas de postura de diversos grupos políticos preparó hace unos meses el campo adecuado para iniciar un diálogo y negociación que resolvieran el largo y doloroso conflicto de Euskal Herria en su relación con los Estados español y francés.
    Como sacerdotes en diversas comunidades de los siete herrialdes vascos tratamos de apoyar y alentar ese proceso de una paz, que sea obra de la justicia, y que ahora en estos próximos días de Navidad adquiere especiales connotaciones para los creyentes en Jesús de Nazaret y para muchas personas y grupos.

    Sin embargo somos conscientes, juntamente con una gran parte de nuestro Pueblo, de que este proceso de paz, buscado y planteado con honestidad democrática por una amplia mayoría política y social vasca, se encuentra en un momento difícil.

    Los centros de poder estatal oponen crecientes obstáculos, retrasan urgentes decisiones y dilatan respuestas que expresen y hagan creíble la voluntad decidida de impulsarlo por cauces auténticamente democráticos.

    Como resultado nos encontramos todavía, después de siete meses de expectativas, con las manos vacías y con una distancia creciente entre la paz y normalización deseadas y la realidad política dominante. En opinión de muchas personas, los ataques e impedimentos de una oposición recalcitrante y la postura de un gobierno, más a la defensiva que audaz y empeñado en llevar adelante sus compromisos adquiridos, están imponiendo el bloqueo político de un proceso de resolución tan esperado. Se mantiene la Ley Antiterrorista, la Audiencia Nacional no cesa en sus detenciones y juicios entre los que el denunciado macrosumario 18/98 y otros procesamientos son graves factores añadidos a la suma de obstáculos para un digno y justo proceso de paz, los presos y presas continúa en condiciones de alejamiento y represión permanentes, con el consiguiente sufrimiento para sus familiares. Las denuncias por parte de los detenidos de malos tratos y torturas en las comisarías durante el periodo de incomunicación son constantes. Determinados medios de comunicación se confabulan para enturbiar las informaciones, incluso sirviéndose de manipulación de opiniones con total impunidad y falta de ética profesional, como hace algunas semanas lo hizo la cadena Antena 3 -Mundo Televisión.

    En consecuencia se está logrando lo que algunos pretenden: que crezca la tensión, manifestada a veces en acciones de repulsa en la calle, y que el desaliento se apodere de las conciencias debilitando la esperanza en un proceso de paz que, al parecer, quieren impedir a toda costa por intereses partidistas.

    Por nuestra parte, al igual que en otras ocasiones y ahora con inquietud y también con firmeza, pedimos a todos los sujetos directamente implicados y responsables, en primer lugar, una lectura honesta del conflicto que nos enfrenta, llegando sin miedo, a la verdad y a sus raíces que, en última instancia, son históricas y tienen su origen y actualidad en la conculcación de los derechos íntegros de un Pueblo, con su propia historia e identidad.

    En segundo lugar, invitamos a seguir sin reticencias ni condiciones previas dilatorias, excusas culpabilizadoras o requisitos legales obstaculizantes, el camino del diálogo dando pasos hacia una negociación sincera que considere las múltiples posiciones desde planteamientos estrictamente democráticos y sin exclusiones.

    En tercer lugar, insistimos en el talante ético y democrático, contrastado por todas las partes implicadas, abierto a la diferentes propuestas, de forma que todas puedan ser discutidas. En este sentido no entendemos una mesa de diálogo la que a priori se descarte plantear un proyecto de autodeterminación o territorialidad, como opciones políticas ética y democráticamente asumibles.

    Y, por supuesto, sin olvidar que, en última instancia debe ser el Pueblo afectado -Euskal Herria- quien deberá decidir el proyecto que juzgue más apto para la convivencia tanto interna como con los demás Pueblos y Estados.

    Desde nuestra lectura e interpretación ética y evangélica subrayamos el momento histórico y decisivo que vivimos como un signo de los tiempos que nos invita al entendimiento mutuo, a la búsqueda honesta de soluciones, a formas de reconciliación, desde el respeto a las decisiones democráticas. Toda la Iglesia debemos ser parte activa y alentadora de este proceso. Por ello lamentamos las posiciones reticentes de la mayor parte del episcopado español. En su reciente Instrucción pastoral, Orientaciones morales ante la situación actual de España, reconocen en principio "la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la unidad política de España"; sin embargo no dejan de inclinar la balanza ideológica, desde su particular "visión ponderada", hacia su modelo de la "unidad histórica y cultural de España", para cuya "ruptura" no ven razones actuales que la justifiquen. Mas que sembrar interrogantes y sospechas ante la legítima libre decisión de un pueblo, sujeto de sus propios derechos, nos parece importante seguir la invitación abierta de Benedicto XVI a que "todos intensifiquen sus esfuerzos para consolidar los horizontes de paz que parecen abrirse en el País Vasco y en toda España y a superar los obstáculos que puedan presentarse a lo largo de este camino."

    En este tiempo nos invita el evangelio a allanar los senderos y preparar los caminos de la paz, desde la fe en quien quiso le reconociéramos en la humanidad sufriente que busca la noticia de su liberación. Es un momento particularmente oportuno para que quienes queremos seguir su mensaje y construir la paz nos unamos a tantas personas y grupos -en especial al llamamiento de Ahotsak- que, desde una voluntad honesta, trabajan en Euskal Herria y en otros pueblos de la tierra por acercarse a la verdad, por realizar la justicia y conseguir un mundo solidario. Pensamos, sobre todo, en todas las víctimas que han sufrido y sufren de manera especialmente dolorosa las largas consecuencias del conflicto, se encuentran encarcelados, están alejados de su patria, separados de los suyos, encausados,…

    En los próximos días de especial sensibilidad cristiana, de símbolos y canciones entrañables que anuncian la paz y la convivencia deseamos que brille para todos la luz de una esperanza alentada por el desarrollo decidido de un proceso de justicia y paz.

    Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria

    Navidad 2006

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    NOTA DE ATRIO:

    Al publicar este texto se añadió inmediatamente una nota del moderador que ha quedado al fondo de los comentarios publicados y que recomiendamos leer antes de los demás comentarios.

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