Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Religión y transexualidad

21-Marzo-2007    Mª José Hernández
    A propósito de la polémica sobre las fotos de Montoya, María José nos envió este comentario que nos ha parecido oportuno ponerlo como nuevo post para que todos nos sintamos interpelados y, si nos parce, comentemos. ¡A su imagen y semejanza nos creó!

Las polémicas y manidas fotografías de José Antonio Moreno Montoya, pertenecientes a su colección “Sanctorvm”, me ha sugerido algo no relacionado con la polémica política-partidista, el buen gusto, la estética o la agresión consciente que el autor reconoce haber hecho por catarsis, para liberarse de una religión de la que intenta escapar.

Picada por la curiosidad (y el morbo, todo hay que decirlo) busqué las famosas imágenes, que pueden encontrase integras en la página oficial del PP de Extremadura. ¿Qué me parecieron? Pues nada del otros jueves. Burdas copias inspiradas en algún que otro cuadro que podemos encontrar en el Museo del Prado, como “La Vía Láctea” de Rubens, o “El origen de la Vía Láctea” de Tintoretto; o como los “Ecce homo” que saldrán próximamente en muchas calles de España. Más de una creo que se las podía haber ahorrado (por aquello de que podrían considerarse de mal gusto). Pero hay dos que han ofendido especialmente a algunos: un Cristo hombre transexual y una Virgen mujer transexual. Pero esas mentes “sensibles” a quienes les ofenden especialmente esas imágenes es mí a quien ofenden, por mi propia condición de mujer transexual.

Voy a intentar hacer un ejercicio parecido al de Gregorio Marañón en 1955. Para demostrar que los modelos que usó El Greco para pintar a los Apóstoles eran en realidad enfermos mentales, lo que les dotaba de esa expresión de espiritualidad que quería proyectar, realizó una sesión fotográfica con residentes de El Nuncio, la institución mental de Toledo en aquella época.

Soy consciente que el artículo 525 del CPE establece penas de hasta doce meses para quien ofenda o hagan escarnio de las confesiones religiosas de otros; como que también serán condenados a la misma pena los que lo hagan de quienes no profesan creencia ninguna. Pero, ¿se puede incluir en este supuesto el considerar a las personas transexuales (creyentes) como hijos de Dios y, por lo tanto, hechos a su imagen y semejanza? Porque yo, permitidme, a las fotografías provocativas les he puesto rostro: el de Jorge, Dani, Ruller, Lolo, Víctor, José, Marcos, Alec…, Mónica, Andrea, Juana, Eva, Beatriz, Natalia, Joana, Kim, Carla… personas todas de carne y hueso, con sentimientos y creencias, con defectos y virtudes, pero muy humanas, en todos los sentidos, que han luchado por unos derechos que se les había negado durante mucho tiempo.

Hace unos años, la feminista norteamericana Gloria Steinem relataba en su libro “Revolución desde dentro” una anécdota que entroncaría con esto. Ocurrió en los años setenta del pasado siglo en Estados Unidos, cuando en un barrio deprimido de una de sus ciudades, no importa cual, una mujer negra de mediana edad, que estaba en un programa de formación para adultos, en este caso de pintura, dibujó una representación de Dios como mujer negra; esto le ocasionó algún que otro problema, pues consideraban las autoridades eclesiásticas que era una osadía mostrar a Dios así. Ella respondió que le habían enseñado desde niña que todos estamos hechos a su imagen y semejanza, por lo que consideraba que Dios también era una mujer negra. Su argumento era contundente: ¿por qué podía ser representado Dios como un hombre blanco y de edad avanzada y no como una mujer negra? Al final no le permitieron exponer su dibujo. Y yo pregunto, ¿por qué si “El Nazareno” era judío, por lo tanto semita, siempre se le representa con rasgos latinos europeos?

No pretendo ofender a nadie pero tampoco permito que intenten ofenderme. Por lo que me limito a exponer sólo esto, pues sigo considerando que algunas fotografías, que creo que se podía haber ahorrado hacer, pueden ser ofensivas para creyentes y no creyentes, mujeres y hombres. Pertenezco a una asociación laicista, pero no soy excluyente; defiendo que cada cual pueda vivir y expresar su ideas y creencias en libertad, yo incluida. No creo tener la razón absoluta, es más, la mayoría de las veces estoy equivocada. Tan sólo he pretendido dejar constancia que hay personas “diferentes”, que comparten las mismas creencias que muchas personas y que consideran que también son hijos Dios, creados a su imagen y semejanza.

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