Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

¿Iglesia o Movimiento cristiano?

23-Julio-2007    Gonzalo Haya Prats

Ya que algunos se interesan, seguiré reflexionando en voz alta. Así, si me extravío, alguien me llamará desde el camino.

Creo que Jesús no pretendió fundar una religión o una iglesia distinta de la judía. Creo que Jesús impulsó un movimiento a partir del judaísmo que era su ambiente. Ni dio instrucciones a sus discípulos para que organizaran algo distinto. Si lo hubiera hecho no habrían surgido prácticas e interpretaciones (teologías) distintas desde la primera y segunda generación de discípulos.

Creo que Jesús impulsó un movimiento. Reconozco que no sé la definición o las características que la sociología atribuye al concepto de movimiento. Reflexiono desde un nivel cultural medio; y creo que todavía me paso porque a Jesús se le entiende mejor desde un nivel cultural más sencillo, que es al que ordinariamente se dirigió (excepto cuando discutía con los escribas y fariseos; entonces empleaba algunas argucias legales). Los pobres son los mejor capacitados para entender a Cristo. Yo solamente puedo reflexionar desde lo que soy y desde el ambiente en que me muevo.

A Jesús se le comprende mejor desde una inteligencia emocional que desde una inteligencia conceptual. No digo desde el sentimentalismo o desde el mero sentimiento, sino desde una verdadera inteligencia fundamentada en las emociones, en la simpatía, en la connaturalidad, en la similitud o analogía con el objeto o persona. Comprendemos a las personas porque de alguna manera experimentamos lo mismo que ellas parecen expresar. Por eso se comprende mejor en la madurez que en la juventud.

    “El corazón tiene razones que la razón no entiende” (Pascal).
    “Es con el corazón como vemos con claridad. Lo esencial resulta invisible para los ojos” (Saint Exupery).

La inteligencia emocional es sintética, intuitiva, holística, elaborada por el hemisferio cerebral derecho. La inteligencia conceptual es analítica, deductiva, elaborada por el hemisferio cerebral izquierdo.

La inteligencia emocional puede caer en subjetivismos, en parcialidad; pero también la inteligencia conceptual ha caído en numerosos errores y generalizaciones infundadas. Las dos son necesarias y deben corregirse y completarse mutuamente. No podemos prescindir ni de una ni de otra.

No basta analizar filológica o sociológicamente lo que dijo Jesús, porque ni siquiera sabemos exactamente lo que dijo Jesús. Comprendemos mejor a Jesús desde el relato de su vida, que además está mejor atestiguado que algunas frases aisladas.

Comparto con muchos exegetas, teólogos, y pastores –mejor informados que yo- la impresión de que la iglesia que percibimos difiere significativamente de lo que Jesús impulsó. Me refiero a la iglesia perceptible, sociológica, no al cuerpo místico de Cristo ni al Reino de Dios. Y no se trata de debilidades humanas sino de su estructura o, mejor, de su espíritu (espíritu con minúscula).

Me gustaría esbozar una comparación global de lo que creo que impulsaba Jesús y de lo que veo de la iglesia católica romana, que es mi iglesia y es la que conozco mejor (sin que por ello la juzgue mejor o peor que otras iglesias cristianas u otras religiones; no soy quién para juzgar).

Confieso que me resulta difícil esta comparación porque por formación y temperamento soy más analítico que intuitivo, y en el análisis se evapora la diferencia, porque los conceptos son casi iguales en ambos casos. Lo que varía es su ponderación, su espíritu, “lo esencial” que decía Saint Exupery. Se trata de la práctica no de la teoría: qué se pone de relieve, dónde se carga el acento, qué predomina en el mensaje, qué efecto se pretende.

De todos modos me arriesgaré en un primer intento como sugerencia abierta para que los que lo lean aporten su vivencia para completarlo y mejorarlo.

  • Comenzaré con una imagen, que espero no sea tomada como facilitona y demagógica, porque creo que merece una reflexión. Se nos ha hecho tan familiar que ya no vemos la contradicción que encierra. Me refiero al contraste entre la cruz de Jesús y los crucifijos de oro, marfil y piedras preciosas que llevan los obispos o que atesoramos en nuestras catedrales. Me refiero al portal de Belén y a los belenes artísticos, me refiero a los cálices, custodias y vestiduras sagradas, me refiero a las catedrales, palacios episcopales, monasterios… mientras que Jesús no tenía donde reclinar su cabeza.

    Conceptualmente se acusa a la Teología de la liberación de establecer a los pobres como lugar teológico, pero ¿es que se puede pensar como Jesús teniendo asegurado no sólo el pan sino las comodidades burguesas?

  • Cuando le preguntaron a Jesús si era el Mesías, él dijo “los ciegos ven, los cojos andan”. La iglesia siempre ha fundado hospitales, ha repartido ropa y comida…. ; gracias a ello sigue siendo creíble para muchos, pero ¿es su sello de identidad?
  • Jesús proclamó el Reinado de Dios, el proyecto de amor, justicia, solidaridad… que difunde la felicidad colectiva en este mundo y en el más allá. La iglesia nos estimula con una salvación individual, casi un “sálvese quien pueda”, que nos descarga de la responsabilidad de lo que suceda a nuestros hermanos (ya dijo Caín: ¿Acaso soy el guardián de mi hermano?).
  • Jesús nos abrió el horizonte de la utopía, la iglesia multiplicó las leyes y cánones, la línea roja de la salvación individual.
  • En la escenificación del Juicio final sintetiza Jesús el criterio de salvación o reprobación. ¿Es éste el criterio que aplica la iglesia? Lo primero para la iglesia es la ortodoxia, el credo, los dogmas; después, en la moral, los sacramentos, la sexualidad.
  • En el lavatorio de los pies visualiza Jesús la actitud de servicio, que los últimos serán los primeros… La iglesia, el jueves santo, lava los pies a doce ancianos aleccionados por las monjas del asilo, pero qué impresión produce al mundo de hoy ¿de servicio o de poder?
  • La eucaristía fue instituida en una cena de amistad, cena de despedida, probablemente en la fecha solemne de la pascua; sus elementos fueron el pan y el vino que tenían delante. ¿Recuerda nuestra eucaristía una comida de fraternidad? Es más bien un símbolo que tiene que ser explicado para que se entienda. En la última cena participó Judas; en la eucaristía actual no pueden participar los ortodoxos, los monjes de Taizé, los divorciados, o los raterillos de Entrevías.
  • Jesús se expresó en un lenguaje simbólico, en parábolas. Nuestra iglesia se expresa en un lenguaje conceptual. Jesús fue poco preciso, ambiguo. ¿Qué quería decir con lo del camello y el ojo de la aguja? Nuestra iglesia es precisa: esto es dogma de fe, infalible, irreformable, válido en cualquier tiempo o cultura; aquello otro es relativismo…

Creo que Jesús impulsó un movimiento de amor, confianza en el Padre, justicia, solidaridad… El movimiento es espíritu (con minúscula y también con mayúscula) y se asfixia con excesiva reglamentación. Sin embargo, cuando el movimiento se extiende y multiplica, parece conveniente organizarlo -o quizás en la espiritualidad no sea conveniente-. Las “Epístolas pastorales” ya iniciaron esta organización. Pero la organización es solamente un medio; lo malo es cuando se convierte en un fin que eclipsa el verdadero fin.

¿Cuál es el equilibrio entre espíritu y letra? Creo que el desequilibrio actual no es lo que Jesús deseaba.

Haz hoy mismo tu APORTACIÓN (Pinchar aquí)

Escriba su comentario

Identificarse preferentemente con nombre y apellido(s). Se acepta un nick pero con dirección de e-mail válida.

Emplear un lenguaje correcto, respetar a los demás, centrarse en el tema y, en todo caso, aceptar las decisiones del moderador