Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

El blindaje de los Legionarios de Cristo

17-Agosto-2007    Emilio Bartolomé

Recientemente, y de modo discreto, el P. Álvaro Corcuera, Director General de la Legión de Cristo, ha estado visitando las distintas casas legionarias, una por una, para explicar a sus religiosos la derogación –parece que exigida por orden superior– de los votos secretos, también conocidos como votos privados.

Estos votos privados son dos: El primero impide al religioso criticar cualquier aspecto de la persona del superior, incluido su carácter moral, y no sólo eso, le impide también escuchar conversaciones en las que se critica a algún superior. El segundo impide a los religiosos desear cargos en la Congregación y por supuesto maquinar de cualquier modo para conseguirlos.

El P. Maciel, el fundador, diseñó un doble escudo de seguridad para que sus actos degenerados no fueran conocidos en el interior de la Congregación. El primer escudo es la norma de la incomunicación que significa que sus religiosos tienen prohibido hablar con personas ajenas a la Congregación, (a no ser por razones de oficio). El segundo escudo, eran lo votos que antes se llamaban secretos y que se emitían no en la capilla sino en la sacristía. Estos votos han sido muy importantes para esta congregación, hasta el punto de que una sola crítica al superior era motivo de expulsión inmediata de la Congregación.

Esta noticia, unida a una política más flexible de visitas a la familia, indica que algo se está moviendo en el interior de esa Congregación, al tiempo que siembran un montón de incertidumbres, debido al sigilo y al secretismo con que se está haciendo o por las explicaciones ilusas que nos dan. Hace poco tiempo contactaba con un Legionario, que me decía que la causa del cambio de política de visitas familiares es debido a que los billetes de avión ahora están más baratos.

Dado que ni los Legionarios de Cristo ni el Vaticano informan de las medidas tomadas con esa Congregación, nosotros tenemos todo el derecho de especular, con mayor o menor acierto sobre lo que está sucediendo en el entorno de los Legionarios de Cristo.

Especulación primera: Las normas de visita familiares están aprobadas en Capítulo General y ni siguiera el Director General puede cambiarlas, tan sólo otro Capítulo General podría cambiarlas. PERO si de hecho se están cambiando y no se ha celebrado Capítulo alguno, la conclusión es que es el Papa quien ha dado indicaciones al respecto.

Especulación segunda: Esta especulación es mucho más interesante que la anterior. Se están derogando los votos privados, votos que vienen recogidos en las Constituciones, aprobadas por el Papa Juan Pablo II. ¿Quién deroga esos votos? Sólo puede hacerlo una persona, el Papa actual. ¿Entonces qué pasa, que un Papa deshace lo que otro hace? Puede que sí. Pero seguramente hay otra explicación, mucho más plausible e interesante.

Allá hacia el año 56, cuando surgieron las primeras denuncias contra Marcial Maciel, el Vaticano intervino la Congregación y los padres visitadores encontraron que las Constituciones que se habían entregado al Vaticano no coincidían con las constituciones que se entregaban a los hermanos y que les exigían cumplir.

La pregunta que surge ahora es: ¿no habrán hecho otra vez lo mismo? ¿Qué es más probable, que un Papa deshaga lo que otro ha hecho o que haya dos copias distintas de las Constituciones y que por ello el Vaticano ni siquiera necesita dar comunicado alguno sobre la derogación de los votos privados?

Algunos exlegionarios, desde hace tiempo, vienen preguntando a especialistas de derecho canónico sobre determinados cánones de las constituciones, en aparente contradicción con el derecho canónico. Uno de ellos es el que permite a los superiores escuchar las confesiones o hacer dirección espiritual de sus religiosos, cosa expresamente prohibida por el derecho canónico, pues es incompatible la responsabilidad de un superior que es velar por el bien de la Congregación, con la de intervenir en el terreno de la conciencia individual del religioso. En este sentido, son muchas las quejas de los exlegionarios, a la que me sumo yo mismo, y que manifiestan que ellos han estado en la Congregación, contra su deseo, y con la conciencia presionada por los superiores que afirmaban que ellos tenían vocación.

La sospecha, sobre la existencia de dos Constituciones distintas, una la que se presenta al Papa para la aprobación y otra la que se entrega a los religiosos, se acentúa por el hecho de que determinadas personas han ido a la Congregación de Religiosos del Vaticano a pedir copia de las mismas y se les ha indicado que las deben pedir a los Legionarios.

De verificarse, la existencia de dos Constituciones, ello implicaría la ILICITUD y posible INVALIDEZ de profesiones religiosas y ordenaciones sacerdotales, por engaño. También cuestionaría la posible ilegalidad de la actuación de los Legionarios de Cristo, en aquellos países como España donde se reconoce el derecho canónico y las Congregaciones religiosas están automáticamente reconocidas debido a su concordancia con el derecho canónico.

Una vez más la sabiduría popular tiene razón: “Dime de que presumes y te diré de que careces”. En este caso los Legionarios presumen de ser leales y obedientes la Papa, pero le engañan y manipulan vilmente.

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