Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

¿Matar al mensajero?

22-Septiembre-2007    Eduardo de la Serna
    Una vez más estamos con Eduardo de la Serna, el primero que denunció la manipulación del documento de Aparecida, en su deseo de que brille la transparencia plena en este tema. Pero, a pesar de las discusiones sobre el texto, Aparecida representa un múltiple desafío de futuro como señala José María Arnaiz sm en su artículo ¿Qué estaba en juego en Aparecida? que nos ha llegado a través de Proconcil. Esperamos aquí opiniones y aportaciones tanto respecto al texto del documento como a los desafíos que plantea Aparecida a pesar de todo.

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El Arzobispo de Aparecida, y actual presidente del CELAM acaba de publicar una “aclaración” sobre los “supuestos cambios” del documento de Aparecida. Parece que el tema les sigue preocupando ya que “vuelven” sobre el tema. Una y otra vez.

1.- Las declaraciónes del Arzobispo no aclaran la evidente contradicción entre los dichos del ex-presidente del CELAM, el Card. Errázuriz (”el texto tal como salió de Aparecida se envió por correo electrónico al CELAM, allí se imprimió sin tocar ni una coma y se entregó así al Papa”), y los dichos del ex-secretario, mons. Stanovnik (el CELAM hizo muchos cambios de estilo, etc… [en el texto adjunto se reiteran los dichos de Stanovnik]). ¿Se hicieron cambios o no? ¿A quién se le da la razón? ¿quién no dice la verdad? (seguramente por estar mal informado porque nadie creería que un obispo mienta).

2. Los dichos de Stanovnik añaden que los cambios se hicieron en constante comunicación con la Comisión para América Latina, presidida por el Card. G. B. Re. Personalmente desconozco cuánto castellano y qué pericia tiene sobre vocabulario y lenguaje español el italiano cardenal. ¿Para qué se comunican con él si los cambios son de estilo y numeración?

3. Se afirma que hubo cambios, pero que afirmar que los hubo resulta una calumnia. Quizá el que no entienda bien el castellano sea yo, pero esta idea me resulta confusa.

4. Se afirma que los cambios son sólo de estilo y nada más; y que no hubo cambios importantes. ¿Por qué tanto problema entonces? Aunque -claro- ver un simple cuadro sinóptico del texto auténtico y el texto manipulado hace dudosa esa afirmación (puede verse en la página del Grupo de Sacerdotes en la opción por los pobres). Personalmente me resulta ligeramente molesto que se burlen de mi inteligencia.

5. Si es cierto que el Papa afirmó que no quiere mezclar el Magisterio Episcopal Latinoamericano y el Magisterio Pontificio, por lo que se limitó a autorizar la publicación (cum Petro et sub Petro), no se entiende que ningún dicasterio pueda modificar un texto del Magisterio Episcopal Latinoamericano aprobado casi por unanimidad (sólo 2 votos en contra y una abstención).

6. La referencia a que se ha calumniado es semejante a lo que me ha dicho el Sr. Cardenal Errázuriz. Yo, me he dedicado a transcribir su carta y luego a sacar conclusiones, por lo que cualquiera podría haber dicho “esto no se concluye de lo dicho”, o “aquí se fuerza la interpretación”. Nadie lo ha dicho, al menos a mí. A menos que se prefiera “matar al mensajero”.

7. Este texto, al igual que el de algunos obispos chilenos, parece un pedido de algún ex miembro del CELAM a fin de “proteger” o “rodear” a alguien que parecía al descubierto.

8. Se me insinuó que afirmando esto, hacía que se dudara de la honorabilidad de algunos obispos, o que ellos perdieran credibilidad. El Card. Medina Estevez acaba de bendecir una placa en homenaje a Pinochet. ¿Mostrar un cuadro sinóptico hace perder credibilidad? Curiosa y endeble parece.

9. A continuación me permito un breve punteo de los temas “no-menores” que resultaron perjudicados por la manipulación y los cambios cuya autoría -hasta ahora- sigo atribuyendo o sospechando originada en el CELAM (obviamernte con el visto bueno de algunos en Roma)

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  • Anexo 1: ¿cambios no-menores?
  • Pasado el primer “temblor”, pareciera que para evitar más “olas”, hay una suerte de acuerdo tácito entre los obispos (y otros “analistas”) a raíz de los cambios del documento de Aparecida. El planteo parece ser: los cambios existieron, pero son “legales” (más o menos felices según el que afirma este dato), pero además, -¡y acá está el punto principal!- LOS CAMBIOS NO SON SUSTANCIALES

    Yo quiero señalar estos elementos:

    Con respecto al Documento auténtico, el documento manipulado presenta (los números, obviamente,pertenecen al documento auténtico):

      Relativización del método ver -juzgar-actuar (”contemplar a Dios”, no “la realidad” #19);
      Relativiza la responsabilidad del poder económico en las causas de la situación (#45; 66; 490); en la droga (#435); en los MCS (#505g)
      Relativiza el compromiso con los pobres (#62);y la opción por los pobres (#191; 406; 420);
      Relativiza el compromiso con la democracia (#74);
      Relativiza el colonialismo frente a indígenas y afrodescendientes (#96);
      Relativiza el valor de las CEBs (#104; 193-196);
      Relativiza el Diálogo interreligioso (#106); y se muestra “prudente” ante el ecumenismo (#248.249)
      Relativiza la novedad del Concilio Vaticano II (#109; 115)
      Relativiza el lugar del diácono (#224);
      Relativiza la relación eucaristía-vida (#266-267);
      Relativiza la renovación de la parroquia (#309);
      Relativiza la renovación de los seminarios (#334);
      Relativiza el lugar de la mujer (#470)

    Además:

      Omite autocrítica (#98; 109; 115; 241); la “Iglesia” no debe “convertirse” (#382);
      Subordina el laicado a la jerarquía (#102)
      No ve negativo el clericalismo (#109; 209), el moralismo (#109), la discriminación de la mujer (#109); el sacramentalismo (#110);
      No valora la “evangelización más inculturada” (#112; 339; 343);
      Profundiza la crítica a la vida religiosa (#109; 235);
      Omite las confesiones de la humanidad de Jesús con “notas calcedonianas” (#158; 304);
      Omite la crítica al personal civil y militar en las cárceles (#447);
      Refuerza la “ética” matrimonial (#455; 456j) y familiar (#465a; 467; 481; 487; 556)
      La novedad de la “Palabra de Dios” se reduce al ámbito de la celebración (#187); y aumenta la insistencia en la celebración eucarística (#266-267)
      Refuerza el “poder” del presbítero (#209), y su “piedad” (#211) y formación (#340), y el poder del obispo (#239; 248; 298);
      Refuerza la “pastoral vocacional” (#329-330); la insistencia en el celibato (#332.335); la “escuela católica” (#344.350; 490);
      Manifiesta claro temor a la bioética (#484-488)

    Si estos son “cambios menores” ¿qué hubieran sido “cambios importantes” para estos señores?

    Es probable que muchos -¿la mayoría?- de los obispos esté conforme con los cambios, pero ese no es el punto. Es probable que nos repitan que es “legal” que Roma cambie textos, pero si el Papa expresamente no quiso cambiar nada, como se ha dicho reiteradas veces ¿qué autoridad tienen los dicasterios romanos para cambiar (suponiendo que hayan sido ellos), o qué autoridad tiene el CELAM para hacer cambios que vayan más allá de lo evidentemente estilistico? Es probable que tres o cuatro párrafos sean mejores con los “retoques” espurios, pero ¿quién los autorizó? Si los cambios son “sin importancia”, ¿por qué se oponen a que volvamos a la 4ª redacción?

    [Además: siempre escuché que Puebla también había sufrido “cambios menores”; visto lo que enitneden por “menores”, ¿no sería interesante conocer la versión auténtica?]

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  • Anexo 2: texto del Presidente del CELAM: R. D. Assis
  • Los supuestos cambios del Documento de Aparecida

    Declaración del presidente del CELAM

    Un diario brasileño, con amplia repercusión en la prensa de otros países, publicó una noticia desconcertante. Afirmó que “el documento votado en mayo por la 5ª Conferencia General del Episcopado de América Latina y del Caribe fue adulterado por la Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) antes de ser entregado al Papa. ” En el mismo artículo afirma que el texto “divulgado por el Vaticano con la aprobación de Benedicto XVI contiene más de 200 enmiendas hechas por el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz Ossa y por el obispo argentino Andrés Stanovnik, respectivamente presidente y secretario general del Celam de ese entonces”.

    La actual presidencia del Celam consideró, desde el primer momento, que la noticia divulgaba afirmaciones erradas, con las cuales difamaba a la presidencia anterior del Celam, que se distinguió siempre por su honestidad, su transparencia y su espíritu de comunión. Después de haber estudiado cuidadosamente el camino del Documento Conclusivo, puede dar fe, a ciencia cierta, de lo siguiente:

      1. Después de su aprobación en Aparecida el día 31 de mayo, el Documento Conclusivo fue entregado a la Secretaría General del Celam para la revisión usual en este tipo de documentos. Mons. Stanovnik da testimonio de que ella consistió en corregir fallas de digitación; errores gramaticales, de ortografía y puntuación; en mejorar el estilo y en ubicar adecuadamente varios párrafos que estaban fuera de lugar, como también en homogenizar la numeración de los párrafos, dándoles a algunos una letra como subdivisión de un número; en corregir errores en las citaciones al pie de página, y en mejorar la redacción confusa de algún número.

      2. Esta revisión gramatical y estilística del Documento Conclusivo la realizó la Secretaría General, sin alterar el contenido de ningún párrafo del texto aprobado por la Asamblea. Su intención y su deber era respetar íntegramente dicho texto, consciente, además, de no tener atribución alguna para modificarlo.

      3. El Documento Conclusivo le fue entregado al Santo Padre el día 11 de junio en Roma por los tres Presidentes de la Vª Conferencia General. Ese 11 de junio los tres Presidentes de la Conferencia de Aparecida cesaron en sus funciones.

      4. Los Sínodos de los Obispos y las Conferencias Generales del Episcopado trabajan en comunión con el Santo Padre: “cum petro et sub petro”. Por eso, le entregan a él sus conclusiones de modo que el Papa las apruebe o autorice su publicación. El Documento Conclusivo, conforme a la práctica habitual de la Curia Romana, fue distribuido a los diversos Dicasterios. Así los Dicasterios podían proponer precisiones que eviten ambigüedades, como también la citación de algún documento importante que trate la misma materia.

      5. En general, los diversos retoques que recibió el texto del Documento, aunque numerosos, no cambiaron el espíritu del Documento, tampoco el significado original de sus reflexiones teológicas ni de sus orientaciones pastorales. Hicieron más clara y más precisa una redacción que fue concluida bajo la presión del tiempo disponible. Se ha mejorado la lectura y la comprensión del texto, sin modificar su sentido.

      6. Una mención especial debe hacerse de los párrafos acerca de las Comunidades Eclesiales de Base. Ya en el aula surgió una duda acerca de su aprobación, cuando se quiso reponer el texto de la redacción anterior. Según los peritos consultados en Roma, el número de los votos obtenidos no alcanzó para su aprobación. En efecto, el artículo 7, 2 del Reglamento de la Conferencia General estipula que “para aprobar los textos conclusivos, se requieren las dos terceras partes de los votos válidos de los votantes presentes”, cantidad que los mencionados párrafos no obtuvieron.

      7. Ello no obstante, la Comisión Pontificia para América Latina consideró que no se podía perder todo el rico contenido de dichos párrafos. Interpretando la intención de la Asamblea, estimó que le habría dado dos tercios de los votos a los párrafos correspondientes, si éstos hubieran sido levemente modificados, y si hubiera aparecido con claridad la continuidad con el Documento de Puebla. Así le propuso al Santo Padre que los incluyera en el Documento Conclusivo.

    Como puede comprobarse, las acusaciones hechas a la Presidencia anterior del Celam, particularmente a su presidente y secretario, son gratuitas e injustas. Es más, son ofensivas y difamatorias.

    Gracias a Dios, quienes estudian el Documento Conclusivo de Aparecida no reparan en los rumores difundidos, tan contrarios al espíritu de comunión de la Asamblea. Lo acogen con mucha gratitud, como fruto de una hora de gracias de nuestra Iglesia en América Latina y el Caribe, como invitación a rezar y a colaborar con el Espíritu Santo, para que nuestra Iglesia discípula y misionera, experimente el fuego de Pentecostés y sea fuente de vida en Cristo para nuestros pueblos.

    + Raymundo Damasceno Assis
    Arzobispo de Aparecida, Brasil
    Presidente del CELAM

    18 de septiembre de 2007

      [Texto de la Declaración tomado de ZENIT, sábado, 22 septiembre 2007]

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