Lugar de Encuentro de lo sagrado y lo profano

Mi salvación, tu salvación

29-Octubre-2007    Carmen Hernández de Almendralejo
    Carmen empezó a entrar en ATRIO hace dos años con sus heridas y su corazón a flor de piel. Sus comentarios, rebosando lirismo, se hacían a veces enigmáticos y desconcertantes. Esta es la segunda vez que nos presenta una reflexión personal para que debatamos. Esta vez sobre la concreción que debe tener la salvación para que sea real.

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    El Hombre/mujer (el ser humano) sabe, al fin, que está solo en la inmensidad del universo indiferente, de donde ha emergido por azar. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte” Jacques Monod

Si caminamos en pos de una mítica y futura Salvación, creo que deberíamos mirar, en primer lugar, quiénes somos, el lugar de partida de cada persona y la maleta que nos acompaña en ese camino.

Como bien dice Jacques Monod emergemos por azar en un lugar, clase social y familia no elegidas, y por lo tanto cada persona tenemos un “equipaje y bagaje” que no es el elegido sino que es heredado al igual que nuestros genes y cuanta información y deformación estos llevan en sí. Por lo tanto no es igual mi vida que la de mi vecino-a del quinto, el africano-a, o los de países con más soleras de Europa, los hombres del G-7. Como tampoco es igual ser un empresario-a y rico-a a estar pintando monas en el paro, sin currículo, sin máster y con cincuenta años después de haber estado veintisiete años “sirviendo” como buena y fiel ama de casa.

Quienes tuvieron la gran suerte de ir a grandes y buenos colegios “tienen el don de lenguas”, gracias a buenos profesores y colegios bilingües, en contra de quienes no fuimos apenas cuatro o cincos años al colegio, o quienes no han ido ni siquiera irán un solo día al colegio, y por lo tanto nunca tendrán o tendremos la misma visión y necesidad de salvación. Partimos de una meta en la cual cada ser humano somos “yo y mi circunstancia (Ortega y Gasset) y es indudable que nuestra “Salvación” estará condicionada también por esta misma circunstancia…

No es lo mismo pedir una salvación que te sea restauradora de cuanto has vivido en esta vida por herencia y por el azar, que pedir una salvación que sea seguir sentado a la derecha de dios omnipotente…es decir, Sentirse salvado desde el primer día del nacimiento o del bautismo ¡Que los-as hay!

Así pues y desde mi vida yo misma me interrogo: ¿Qué es la Salvación para mí, qué salvación quiero, dónde debe estar dicha salvación, con quién quiero compartir esa salvación y sobre todo cuándo comienza mi Salvación?

¿Quiero formar parte del sistema que me excluye y que me castiga por haber actuado según sus dictámenes y leyes de políticas sociales y culturales? ¿Quiero compartir esta Salvación y permanecer con aquellas personas que me hirieron, que me maltrataron, que abusaron de mí como persona y que me anularon incluso antes de nacer bajo una moral sexista y misógina?

¿Qué salvación puedo pedir, siguiendo el rastro y actuaciones adulteradas de Dios-a? ¿En base a qué rostro y manifestación de divinidad me baso cuando veo que los paradigmas que me fueron ofertados no son los que a mi se me manifiestan como reales? Por lo tanto no son válidos en mi verdadera restauración y no me sirven para una posible futura Salvación si me inutilizan y desautorizan en la vida de búsqueda y fe (Camino) hacía esa futura Salvación…

Quizás si miro a como empezó la Creación, y como cada uno de los personajes del AT fueron “llamados”, voy formando mi propio camino en los suyos, voy acogiendo sus limitaciones, dudas, miedos e incluso equivocaciones… Si me fijo en los profetas compruebo que son casi anulados y exterminado por ser precisamente eso, ¡Profetas! Y por denunciar y anunciar que Dios-a no es domesticado-a y aún menos domador-a, y que permanece a las afueras de todo imperio y templo, ley y moral que mata juzgando a la persona. ¡Dios-a! no Salva bajo el paradigma del miedo y la excomunión, no es esa mi Salvación la que recurro cuando siento miedo.

De ahí, que recorro estos textos y compruebo que sigo necesitando algo más de voluntad, sentimiento y deseo para ser salvada, compruebo que nosotras las mujeres en demasiadas ocasiones (por no decir casi siempre) necesitamos de argucias para vencer la predestinación que la religión ha dado a nuestra vida, ¡encadenando comportamientos, sentimientos y deseos a ciertos estatus y en muy en particular al género!.

De ahí que, desde mi experiencia personal y humana, la Fe ha sido vista en proyección y a largo plazo como una restauración propia, es la que me aporta y restaura mi Felicidad. Es quitar la lepra adosada a mi feminidad la que me restaura, es saber que no necesito cortar mi flujo para ser Digna, puesto que lo soy desde mi nacimiento, pensamiento, corazón y deseo… es desde este concepto que me hace mirar a la Creación de donde parto y me encarno, consumando creación y salvación, en la figura de Jesús caminante y peregrino, en pos de una humanidad mejor y Salvífica en mi misma. Él es el cayado donde mi apoyo en cada caída, es el restaurador y el Go-el de la persona débil y apartada de todo sistema y por lo tanto es quién aporta ya desde este momento mismo el visado para seguir mi viaje sin tener que cruzar a nado o en pateras ¡Excluida! La salvación que me reporta Ser yo misma, Mujer que elige su propio camino y destino…

Yo como la cananea soy quien debo interpelar y requerir esas migajas de un Dios-a que se me brinda gratuitamente, puesto que es ¡Mi Dios-a!, ser como la Samaritana y salir a horas tempestivas de mi día-noche (Vida) en busca del Agua Viva, no importa el camino y el qué dirán, pues la recompensa será mi Salvación… Es este Pozo el que me instará a abandonar cualquier religión que no ponga Luz en mis preguntas, y a entregarme a la que me da a conocer al Dios-a de los Evangelios, la que resuena dentro de mi núcleo y meollo “Yo soy el que habla contigo” (Jn 4:1-15), la que tiene un lenguaje claro y entendible para mi. Es Dios-a Encarnado quién se me Revela y restaura y por lo tanto me Salva, en mi miga y razonamiento que me da y me descubre el Don más preciado para una Mujer: “Su feminidad”. Aquí se Consuma mi Redención y por lo tanto mi Liberación y Salvación, es ahora cuando ya no pienso en mi salvación puesto que ya soy salvada… La Salvación es una historia y no un hecho, ¡Mi historia, Tú historia…!

La verdad, es que no entiendo una salvación desde el concepto de un sacrificio, la de encarnación para redimirnos, y sí la que dice Pierre Teilhard de Chardin “La humanidad progresa al modo de un río que sigue su propio curso. El rió corre hacia el mar, la humanidad se dirige hacia algo más grande que ella.”

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